Edúcate
para el sexo
Por
Sandalo Gálvez El
primer amor casi siempre se conoce en la escuela primaria. Es la
edad, también, en que suele descubrirse si te gustan los niños
o las niñas –aunque nunca faltan los que se enteran ya
más grandecitos. Es una época para experimentar afectos
y, por supuesto, para aprender a convivir con los demás.
La diferencia es la información con que se cuenta. Entre más
pequeños se nos enseñe acerca de la sexualidad, estaremos
mejor preparados para conocer e identificar las reacciones de nuestro
cuerpo. Una ayuda valiosa, pues muchas de nuestras emociones, deseos
y ganas a veces no son tan fáciles de manejar.
Una educación libre de prejuicios prevendría problemas
frecuentes entre los jóvenes, desde cosas comunes, como controlar
esa sensación como de gatos revolviéndote la panza cada
que estás cerca del chavo o chava que te gusta, hasta situaciones
complicadas y hasta trágicas, como los abusos sexuales, los
embarazos no deseados, el sida u otra infección sexual.
Para los chavos y chavas con una orientación distinta de la
heterosexual tener educación sexual puede hacer la diferencia
entre vivir con angustia permanente —”¿será normal
lo que siento?”, “cómo le hago para contarle a todos”— y
saber que lo que eres no se define por tus preferencias, primer paso
para vivir una vida sexual y sentimental plena.
Contar con instrucción sobre sexualidad puede ser una herramienta
muy útil, pues ayuda a tener una comprensión más
clara del proceso de aceptación de la orientación sexual
que se ha descubierto, y reducir lo más posible los riesgos
que implica tener una vida sexual activa —recuerda: siempre usa
condón.
Los jóvenes gays son más propensos que los heterosexuales
a vivir situaciones de riesgo para su salud sexual, debido en parte
a la exclusión de temas sobre diversidad en los contenidos de
la educación sexual que hoy existe. La conciencia sobre los
embarazos no deseados (a veces transmitido como miedo), que se construye
entre los adolescentes heterosexuales, de poco le sirve a un chavo
que comienza a sentir que las chavas no son lo suyo.
Ampliar los alcances de los programas educativos para incluir a todas
las orientaciones y preferencias puede ayudar a tomar decisiones de
forma más informada, positiva, y libre.
¿Qué tan diferentes serían nuestras prácticas
si desde los primeros años de escuela contáramos con
una formación sobre las expresiones diversas de la sexualidad?
Seguramente muy poco, al final la hormona es poderosa. Lo que sí cambiaría
es la forma de realizar esas prácticas. Quizá mejoraría
la manera de ver y vivir nuestra salud y nuestras relaciones. Cuenta
conmigo.
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Jóvenes
Gays, Lesbianas y Familias, es un proyecto de coparticipación
entre Letra S y DIF-DF Tel.: 5532-2751
Correo: [email protected]
Si eres un chavo o una chava gay Te
esperamos todos los sábados,
de 11:30 a 14:30 horas, en el Centro Cultural y Recreativo “Niños
Héroes” del DIF-DF, ubicado en Popocatépetl (Eje 8 sur)
No. 276, entre prolongación Uxmal y División del Norte, Col.
Santa Cruz Atoyac.
Entrada libre
INICIAMOS EL 18 DE MARZO
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