DESFILADERO
Calderón, las encuestas y el FELIFE
Documentan 11 errores graves del candidato panista
Los Pinos le organizó el encuentro con salvadoreños
Se vislumbra, para el 2 de julio, un fraude electoral
Ampliar la imagen Una falta de respeto a Condoleezza Rice, titular del Departamento de Estado de Estados Unidos, a quien Felipe Calderón llamó "señorita Arroz", provocó enorme irritación en la Casa Blanca FOTOAp
E stá confirmado: el candidato de la Alianza con Fox, Felipe Calderón Hinojosa, va a la cabeza de todas las encuestas. ¿Ahora sí ya de todas? Sí, al menos de todas las que él mandó hacer. ¿Nada más? Bueno, también ha tomado la delantera en aquellos sondeos de opinión pagados por la residencia oficial de Los Pinos y en estudios demoscópicos patrocinados por la oficina de relaciones públicas de la organización clandestina de ultraderecha El Yunque, cuyos dirigentes ocupan cargos claves en el gabinetazo del gobierno del cambio... de siglo.
El repunte de Calderón es "sorprendente", aseguraron observadores, tomando en cuenta que el candidato presidencial de Marta Sahagún y Diego Fernández de Cevallos ha cometido once graves errores en su breve campaña electoral. De estos, cinco son tácticos y seis estratégicos, repartidos tanto en política exterior como en política externa.
El más grave de todos ellos, agregaron, no se sabe cuál es. Pero hay un debate entre expertos para esclarecer esta duda. Hace dos semanas, recordaron, Calderón Hinojosa se refirió a la titular del Departamento de Estado, Condoleezza Rice, como "señorita Arroz", una falta de respeto que provocó enorme irritación en la Casa Blanca.
Los especialistas no entienden por qué el abanderado de la ley Televisa "tuvo un rapto de debilidad mental al llamar señorita Arroz a doña Condolencia, plagiando un mal chiste que desde 2004 repite la columna Desfiladero a cargo de un periodista populista de extrema izquierda y de origen venezolano".
Esto, matizaron sin embargo, no es lo peor. Durante la tregua de Navidad impuesta por el Instituto Federal Electoral (FELIFE), Calderón se reunió con empresarios alemanes ligados a la fundación Konrad Adenauer y les ofreció una buena tajada de Pemex si lo ayudaban a llegar al poder. Después le dijo lo mismo a un grupo de empresarios españoles, vinculados con la empresa Repsol, vanguardia del neocolonialismo ibérico en América Latina.
Para la Casa Blanca y en especial para los amigos y socios del presidente George WC Bush, cuyos intereses prioritarios son los de las empresas petroleras que poseen en Texas y en nombre de las cuales han invadido Afganistán e Irak y preparan el asalto a Irán y promueven la caída de Hugo Chávez en Venezuela, los coqueteos de Calderón con alemanes y españoles, y el hecho de referirse a Condolencia como "señorita Arroz" no son gestos amistosos del candidato del Fobaproa hacia el gobierno estadunidense.
Por si lo anterior fuera poco, Calderón ha rebuznado al anunciar que bajará las tasas de interés mientras la tendencia mundial, determinada por la política económica de Estados Unidos, anticipa que éstas se mantendrán a la alza. Pero al contraponerse a este lineamiento del Departamento del Tesoro y guiñarle el ojo a los petroleros de España y Alemania y llamar a Condolencia "señorita Arroz", el candidato panista parece confirmar su intención de convertirse en un dolor de cabeza permanente para Estados Unidos.
¿Guerra contra Venezuela?
Asimismo, Calderón ha hecho pronunciamientos para exhortar a los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a bajar los precios internacionales del crudo, una medida que afectaría la captación de divisas en México, acentuaría la pobreza y agudizaría la expulsión de mano de obra a Estados Unidos, agravando el conflicto social protagonizado por más de 6 millones de migrantes mexicanos en aquel país, que tienen al gobierno de WC al borde mismo de un ataque de nervios.
No contento con darle a oler el petróleo mexicano a los rivales de la familia Bush, no satisfecho con decirle "señorita Arroz" a Condolencia, no conforme con su irresponsable desafío al Departamento del Tesoro, Calderón luce dispuesto a mandarle más mexicanos muertos de hambre a Bush en una postura que tiene ya el aspecto de una franca hostilidad hacia un gobierno con el que México mantiene firmes relaciones diplomáticas.
Pero eso no es todo. Si llegara a la Presidencia de la República -lo que no lograría sin causar un hondo desgarramiento político en México-, el candidato de Provida y de los rancheros salvajes del Bajío no podría solucionar el enfrentamiento diplomático abierto por Vicente Fox contra el gobierno constitucional de Venezuela. Y no podría, en primer lugar, porque no se lo permitiría el mismísimo Hugo Chávez, sobre todo a la luz del encuentro que Calderón sostuvo esta semana con ex líderes de la guerrilla salvadoreña en la ciudad de México.
En una casa de las Lomas de Chapultepec, el candidato de la ultraderecha mexicana se reunió con Eduardo Sancho (alias Fermán Cienfuegos), Facundo Guardado, Guadalupe Martínez y Salvador Samayoa, entre otros ex dirigentes del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, una de las organizaciones de extrema izquierda más canibalistas de América Latina, entre cuyos métodos de "discusión interna" figuraba el asesinato de sus propios compañeros, como el del poeta Roque Dalton, al que le pegaron un tiro mientras dormía, por oponerse a la línea política de quienes hace tres días Calderón describió como sus "nuevas amistades".
Traidores todos a la causa que alguna vez dijeron defender, los ex comandantes del FMLN ya habían dado pruebas de su conversión al neoliberalismo cuando en 1994 algunos de ellos sobrevolaron la selva de Chiapas en compañía de altos jefes del Ejército Mexicano para "ayudarlos" a reprimir con más eficacia al EZLN. Pero 12 años después, militando abiertamente en la ultraderecha, algunos de los que estrecharon la mano de Calderón el miércoles aparecen vinculados con los paramilitares de Colombia y con grupos que en Venezuela intentan derrocar a Chávez.
Lo más interesante del caso es que estos ex comandantes fueron alguna vez jefes de Rubén Aguilar Valenzuela, para quienes el actual vocero bongocero de Los Pinos actuó como portavoz cuando militaba en la guerrilla salvadoreña, lo que deja al descubierto una vez más la participación de la Presidencia de la República en la campaña electoral del PAN. Así que aparte de su hostilidad involuntaria -por torpeza, por ignorancia, por deficiencia mental- contra Estados Unidos, Calderón parece estar embarcándose en una alianza con personas que en el pasado cometieron asesinatos por motivos políticos para agravar hoy, hoy, hoy, el enfrentamiento de México contra Venezuela, un proyecto del que los mexicanos nada bueno tenemos que esperar.
México: rebelión en puerta
En el plano interno, los errores de Calderón no han sido menos espectaculares. Sus discursos contra la ayuda económica a las personas de la tercera edad, contra el apoyo a las madres solteras (pese a que se casó con una de ellas), contra el aborto (pese a que éste fue practicado en su propia familia) y contra la píldora del día siguiente, no le han servido de mucho en materia de popularidad electoral.
Su abierta complicidad con Televisa a cambio de las reformas a la Ley de Radio y Televisión que van a provocar un profundo malestar social en México, tampoco le ha atraído, sino al contrario, la simpatía mayoritaria de los jóvenes. ¿De dónde resulta entonces que el candidato del oscurantismo es ya el "favorito" del electorado mexicano? La respuesta es simple.
El país ya decidió, arriba y abajo, su voto en favor del político más exitoso del sexenio y de muchos sexenios. Pero la dictadura que Carlos Salinas de Gortari dirige desde hace 25 años y que hoy burdamente representa Fox, ha caído en estado de pánico, sabiendo, como muy bien sabe, que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no sólo pondrá fin a sus desmedidos e insultantes privilegios sino que marcará el inicio de una nueva etapa en la historia de este país, una etapa de la que el salinismo, sin duda, será barrido más temprano que tarde.
Frente a tal certeza, Fox, el PAN, El Yunque y Salinas han tomado la decisión extrema de perpetrar un fraude electoral el próximo 2 de julio. Ya están trabajando en ello, por un lado, con las supuestas "encuestas" que le dan la ventaja a Calderón y, por el otro, con la complicidad de Luis Carlos Ugalde, el presidentito del FELIFE, que hasta hace poco era secretario particular de Jesús Reyes Heroles en la embajada de México en Washington.
Hoy, ese pequeño Reyes Heroles -minúsculo a la sombra de su padre- es el director de la casa GEA-ISA (o Fea-Risa), que en su último sondeo "descubrió" que Felipe había "rebasado" a Andrés Manuel. Para lo demás, estarán Ugalde y las televisoras. Pero -mientras millones se rebelan en las calles de Francia y de Estados Unidos, y mañana en Italia sepultarán bajo una montaña de votos la carrera política de Berlusconi- en México, señores salinistas, el pueblo está listo para lo que se les ofrezca.
La ley Televisa que acabará con las radios comunitarias, la pretensión de Fox de dictar la política económica de López Obrador en 2007 y el fraude electoral que se avecina, son ingredientes vomitivos pero al parecer ineludibles de un coctel que los mexicanos vamos a revolver con prudencia y calma durante los benditos días de amor y playa de la Semana Santa. ¿Y después?