La Auditoría Superior revela que no reportó pasivos por 25,944 millones de dólares
Contrata Pemex deuda para pagar impuestos a la Federación
Adquiere financiamiento a tasas hasta de 12% en dólares que beneficia a bancos e intermediarios
Advierte que los Pidiregas serán un lastre si no se cumplen las premisas que justificaron la inversión
Ampliar la imagen Torre de Pemex Foto: La Jornada
La estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) omitió deuda en la Cuenta Pública de 2004, por 25 mil 944 millones de dólares, unos 292 mil 262 millones de pesos, de financiamientos obtenidos en el extranjero y otros 47 mil 331 millones de pesos en pasivos relacionados con las obras de los Proyectos de Inversión con Impacto Diferido en el Registro de Gasto (Pidiregas), reveló la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Por otro lado, la estrategia de Pemex de obtener financiamientos en pesos en el mercado bursátil mexicano, seguida por el gobierno del presidente Vicente Fox, mediante enormes colocaciones de certificados bursátiles, distrayendo recursos nacionales para otros propósitos, ha ocasionado un flujo de efectivo circular, dado que este dinero se ha destinado en gran medida al pago de impuestos.
Las auditorías financieras realizadas por el órgano fiscalizador del Congreso revelaron que la mayor parte de los Pidiregas se financió con la venta anticipada de crudo a través de bonos de mediano plazo, con el fin de registrar en forma diferida la deuda de Pemex. "Los cupones que pagan estos bonos suponen por sí mismos, precios muy altos".
Para agravar las cosas, la operación se realiza mediante una cadena compleja que deja grandes utilidades a los bancos participantes o intermediarios. Se calcula, de manera muy conservadora, que estos financiamientos tienen un costo total muy elevado, traducido a tasas de interés, de entre 8 y 12 por ciento en dólares.
Este mecanismo de financiamiento propició el abandono y la sustitución de los mecanismos que eran tradicionales y que tenían menor costo como la colocación de bonos, el papel comercial, las aceptaciones bancarias y los créditos blandos de bancos de comercio exterior internacionales y agencias multilaterales de apoyo.
Respecto de las operaciones financieras que Pemex no reveló, como los 25 mil 944 millones de dólares de recursos captados en el exterior, la ASF precisó que con estos recursos se liquidó en dólares facturas de proveedores y contratistas de obras en construcción mediante Pidiregas.
Pese a que Pemex omitió estas operaciones al Congreso en la Cuenta Pública de 2004, sí las reportó como deuda a las autoridades bursátiles de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) y a los inversionistas de la Bolsa Mexicana de Valores. También se detectaron irregularidades por un importe por 311 mil millones de pesos por pagos en exceso e injustificados, así como a la falta de controles adecuados.
El financiamiento de los proyectos industriales se realiza también bajo esquemas muy caros. Las amortizaciones a la conclusión de los proyectos de ampliación de los campos petroleros, plataformas, refinerías, entre otros, basados en los Pidiregas, requieren que los flujos propios que éstos generen sean suficientes para cubrir la deuda, sus intereses y producir utilidades.
La ASF alerta que los Pidiregas "representarán en el futuro un pesado lastre si Pemex no crece adecuadamente y si no se cumplen las premisas optimistas que sustentaron las inversiones. La rentabilidad de los proyectos Pidiregas se ha visto afectada también por los retrasos en la construcción , los aumentos en las inversiones, los problemas de ejecución y conflictos legales. Estos conflictos han sido muy serios y comprometen grandes gastos en caso de perderse".
Por lo que se refiere a las finanzas de Pemex, la ASF advierte que la empresa atraviesa por una importante crisis financiera, que amenaza con producir severas distorsiones en el sector y en la economía en su conjunto.
Las cifras oficiales de 2004 hacen notar que técnicamente Pemex es una empresa cuyo pasivo total representa el 94.3 por ciento del activo, su patrimonio tiende a cero y su deuda representa el doble del activo circulante de la paraestatal.
Esta situación ha sido ocasionada por la enorme carga fiscal aplicable a Pemex en la que el Estado toma 60.8 por ciento de sus ingresos brutos que se integra por la suma de los impuestos directos y derechos, por lo cual la carga fiscal se ha incrementado en los últimos años.
De esta manera, la deuda de Pemex representa casi ciento por ciento de su activo total y sigue creciendo; el endeudamiento está constituido, principalmente, por proyectos de producción de crudo y no se han atendido los grandes rezagos de las áreas industriales.
Pese a ello, en el periodo 2000-2004 Pemex fue rentable; sus utilidades antes de impuestos le habrían permitido quintuplicar el valor del activo fijo al cierre de 2004; sin embargo, el esquema fiscal y la falta de autonomía presupuestaria le impiden ampliar la infraestructura necesaria para su crecimiento y desarrollo.
Sólo durante el periodo 2000-2004, la actividad exportadora de Pemex produjo al país un total de 85 mil 437 millones de dólares, cifra sin precedente, que representaron 10.2 por ciento de las ventas totales del país al exterior.
Sin planeación estratégica
De las diversas auditorías que realizó la ASF se identificó que los planes de negocios elaborados por Pemex y sus organismos subsidiarios no incluyen elementos clave de la planeación estratégica, entre los que destacan, escenarios alternativos necesarios para prever estrategias ante cambios probables en el futuro inmediato, indicadores de desempeño para medir el cumplimiento de los objetivos propuestos.
Tampoco se llevaron a cabo acciones para el control y la evaluación de las estrategias, por lo que los recursos destinados para dicha planeación resultaron ineficaces.
Por otro lado, los Consejos de Administración de Pemex tienen normadas por ley sus atribuciones, pero difícilmente se puede decir que sigan prácticas de buen gobierno corporativo recomendadas.
Tampoco existe un código de buenas prácticas corporativas ni se mide el nivel de ejecución de los consejos, cuya conformación y responsabilidades son rígidas e inmutables en una administración.
"La conformación de los consejos de Pemex no es adecuada por múltiples razones. En primer lugar, porque cada consejero tiene un sesgo hacia la secretaría de Estado y organismo que representa, cuyos intereses se oponen frecuentemente a los de la empresa". Asimismo, en el caso del Consejo de Administración de Pemex la representación sindical le da un giro particular a la toma de decisiones. "Desde luego los consejeros no son independientes".
No es lógico tampoco que los órganos internos de control y los comisarios públicos sólo tengan una participación indirecta en los consejos, como invitados, con voz pero sin voto y sin asumir directamente las responsabilidades que implica el control.
Por otra parte, los directivos de las empresas subsidiarias de Pemex tienen en general más información que los Consejeros y deciden cuál es la información que van a revelar y cómo la van a revelar, es decir, que el consejero actúa con información limitada.
Además, el Consejo de Administración de Pemex no evalúa el cumplimiento de los objetivos estratégicos de la industria petrolera, ya que aun cuando tiene conocimiento de la situación a través de los informes que rinde el director general de Pemex, carece de indicadores que le permitan medir el grado de eficiencia, eficacia y economía con que la entidad lleva a cabo su gestión y desempeño.