De Fernando del Paso a Manuel Espino
Dejemos las falsas cortesías a un lado.
Usted no puede decir que respeta nuestra opinión -la de Elena Poniatowska, Carlos Monsivaís, Carlos Montemayor, Jesusa Rodríguez y mía-, y al mismo tiempo sospechar de nuestra integridad moral.
O es una cosa, o es la otra.
Yo, por ejemplo, me dirijo a usted sin el menor respeto. ¿Cómo tenerlo cuando usted avala una de las campañas políticas más sucias que se hayan hecho en México?
Por otra parte, yo no tengo el menor asomo de duda sobre su integridad moral: usted, simplemente, carece de ella. Como carecen todos aquellos que apoyan la campaña de agresión contra el candidato del PRD a la Presidencia de la República.
Usted sabe muy bien, lo sabemos todos, que los espots de televisión que ha hecho el PAN en contra del candidato Andrés Manuel López Obrador van mucho más allá del insulto personal. Se trata de una campaña inmoral destinada a infundir miedo en los votantes. Una campaña que denigra no sólo a su partido, señor Espino: también a México.
Y una cosa más: Elena Poniatowska no es una pobre señora. Es una gran señora. Pero no me sorprende que usted no entienda por qué lo es. Más bien, me sorprendería mucho que lo entendiera.
Fernando del Paso