Usted está aquí: jueves 13 de abril de 2006 Ciencias La evolución del almacenamiento digital

ENTORNO TECNOLOGICO

La evolución del almacenamiento digital

CUAUHTEMOC VALDIOSERA R.

Una de las características fundamentales de la dinámica era digital es el inmenso volumen de información disponible para los usuarios de los medios informáticos.

La realidad de la informática contemporánea rebasa cualquier expectativa tanto social como tecnológica. Asimismo, la posibilidad de compartir sin restricciones la información que hay en la red tendrá consecuencias que aún no es posible contemplar.

En la actualidad se maneja gran cantidad de información que se va almacenando, y que adquiere un valor específico. Por ello se necesitan buenos dispositivos que nos garanticen rapidez y eficiencia

El almacenamiento digital ha crecido rápidamente dado el auge de cámaras digitales, teléfonos celulares, reproductores de MP3, impresoras, entre otros dispositivos. Los usuarios conocen las tarjetas de memoria y exigen tener lo más reciente que se ha lanzado al mercado.

Las primeros PC carecían de disco duro, sólo disponían de una o dos disqueteras gracias a las cuales se cargaban los programas y se guardaba la información; incluso era posible llegar a tener almacenados en un único disquete ¡de 360 Kb!, el sistema operativo, el procesador de textos y los documentos más utilizados.

Evidentemente, los tiempos han cambiado: ahora la mayoría dispone de discos duros de capacidad equivalente a miles de aquellos disquetes, y aun así se quejan de falta de espacio.

Para grabar datos en un soporte físico más o menos perdurable se usan casi en exclusiva dos tecnologías: la magnética, que se basa en la histéresis magnética de algunos materiales y otros fenómenos asociados, mientras que la óptica utiliza las propiedades del láser y su alta precisión para leer o escribir los datos.

La tecnología magnética para almacenamiento de datos se ha usado desde hace decenas de años, tanto en el campo digital como en el analógico. Consiste en la aplicación de campos magnéticos a ciertos materiales cuyas partículas reaccionan a esa influencia, generalmente orientándose hacia determinadas posiciones que conservan tras dejar de aplicarse el campo magnético. Esas posiciones representan los datos, bien sean una canción de los Beatles o bien los bits que forman una imagen o el más reciente balance de la empresa.

Dispositivos magnéticos existen infinidad; desde las casetes o las antiguas cintas de música hasta los modernos zip y jaz, pasando por disqueteras, discos duros y otros similares. Todos se parecen en ser dispositivos grabadores a la vez que lectores, en su precio relativamente bajo por MB (lo que se deriva de ser tecnologías muy experimentadas) y en que son bastante delicados.

Les afectan altas y bajas temperaturas, humedad, golpes y sobre todo campos magnéticos; si quiere borrar con seguridad algunos disquetes, póngalos sobre un altavoz conectado dentro de un coche al sol y déjelos caer a un charco un par de veces. Y si sobreviven, compre acciones de la empresa que los ha fabricado.

El disco duro es un dispositivo compuesto por una o varias láminas rígidas de forma circular, recubiertas de un material que posibilita la grabación magnética de datos. Un disco duro normal gira a una velocidad de 3 mil 600 revoluciones por minuto y las cabezas de lectura y escritura se mueven en la superficie del disco sobre una burbuja de aire de una profundidad de 10 a 25 millonésimas de pulgada. El disco duro va sellado para evitar la interferencia de partículas en la mínima distancia que existe entre las cabezas y el disco.

Los discos duros proporcionan un acceso más rápido a los datos que los discos flexibles y pueden almacenar mucha más información. Al ser las láminas rígidas, pueden superponerse unas sobre otras, de modo que una unidad de disco duro puede tener acceso a más de una de ellas. La mayoría de los discos duros tienen de dos a ocho láminas. Actualmente, los tamaños son del orden de varios gigabytes (de 8 a 80), su tiempo medio de acceso es muy bajo (algo menos de 20 milisegundos) y su velocidad de transferencia es tan alta que deben girar a más de 4 mil revoluciones por minuto (rpm). El primer disco duro se instaló en un ordenador personal en 1979; era un Seagate con una capacidad de almacenamiento de 5 MB. Actualmente la capacidad de almacenamiento de un disco duro puede superar los 500 MB.

En 1976, Philips, de Holanda, desarrolló el disco compacto digital, cuya aplicación era audio, pero no es sino ocho años después que logró establecerse en el mercado como estándar para aplicaciones de audio. En los años ochenta se buscó extender la aplicación de estos discos para el almacenamiento de datos, pero la digitalización de video requería de gran cantidad de espacio y equipamiento costoso y potente para su decodificación en tiempo real.

Un CD de audio normal permite almacenar hasta 75 minutos de música en 650 MB de espacio digital. Una digitalización lineal de video permitiría el almacenamiento de aproximadamente 25 segundos de película con su audio correspondiente (1 MB por cuadro de video y 24 cuadros por segundo); una hora de película requeriría cerca de 145 discos compactos. Por ello se utiliza una técnica de compresión digital que permite almacenar información, audio y video en un formato. La técnica de compresión para video fijo se conoce como JPEG, mientras que la utilizada para el video en movimiento se conoce como MPEG.

La tecnología óptica de almacenamiento por láser es bastante más reciente. Su primera aplicación comercial masiva fue el superexitoso CD de música que data de comienzos de la década de 1980. Los fundamentos técnicos que se utilizan son relativamente sencillos de entender: un haz láser va leyendo (o escribiendo) microscópicos agujeros en la superficie de un disco de material plástico recubiertos a su vez por una capa transparente para su protección del polvo.

Realmente el método es muy similar al usado en los antiguos discos de vinilo, excepto porque la información está guardada en formato digital (unos y ceros como valles y cumbres en la superficie del CD) en vez de analógico, y por usar un láser como lector. El sistema no ha experimentado variaciones importantes hasta la aparición del DVD, que tan sólo ha cambiado la longitud de onda del láser, reducido el tamaño de los agujeros y apretando los surcos para que quepa más información en el mismo espacio.

El disco de video digital, también conocido en la actualidad como disco versátil digital (DVD), es un dispositivo de almacenamiento masivo de datos cuyo aspecto es idéntico al de un disco compacto, aunque contiene hasta 25 veces más información y puede transmitirla al ordenador o computadora 20 veces más rápido que un CD-ROM.

En un principio se utilizaban para reproducir películas, de ahí su denominación de disco de video digital. Hoy los DVD-video almacenan hasta 133 minutos de película por cada cara, con calidad de video LaserDisc y que soportan sonido digital Dolby surround; son la base de las instalaciones de cine en casa que existen desde 1996. Debido a la cantidad de información que se maneja actualmente, los dispositivos de almacenamiento se han vuelto casi tan importantes como la computadora.

Aunque actualmente existen dispositivos para almacenar que superan las 650 MB de memoria, la gente aún se queja por la falta de capacidad para transportar documentos y para hacer backups de la información más importante. Todo esto sucede debido al aumento de software utilitario que nos permite, por dar un pequeño ejemplo, convertir el CD en archivos de Mp3.

De entre los dispositivos encargados de tomar el relevo al disquete actual, las memorias USB destacan frente al resto (los CDs grabables, por ejemplo) por su sencillez y manejabilidad. Ofrecen la capacidad de un pequeño disco duro. Se transportan cómodamente en el bolsillo y se conectan a la computadora para intercambiar datos de manera simple: basta enchufarlos a la entrada USB (presente en todas las computadoras desde hace más de un lustro) para intercambiar archivos con la PC.

El futuro de estos dispositivos es integrarse en otros, puesto que cámaras, reproductores de música o PDA sirven también para almacenar y transportar datos en sus tarjetas de memoria. En Japón, ya hay diversas iniciativas para aprovechar este aparato, como la posibilidad de comprar entradas de espectáculos por Internet y guardarlas en el llavero USB.

La posibilidad de almacenar datos en distintos formatos y su casi universalidad a la hora de funcionar catapultaron a las tarjetas de memoria a toda clase de dispositivos: desde móviles a impresoras.

El uso de las memorias digitales es uno de los mercados de mayor crecimiento en el mundo. Se espera que el mercado mundial de tarjetas de memoria crezca de 7.5 mil millones de dólares en 2004 a 34.5 mil millones en 2008.

El futuro del mundo de la memoria flash es bastante alentador, ya que se tiende a la ubicuidad de las computadoras y electrodomésticos inteligentes e integrados y, por ello, la demanda de memorias pequeñas, baratas y flexibles seguirá en alza hasta que aparezcan nuevos sistemas que lo superen tanto en características como en costo y, al menos en apariencia, no es factible ni siquiera a medio plazo, ya que la miniaturización y densidad de las memorias flash está todavía lejos de alcanzar niveles preocupantes desde el punto de vista físico.

 
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