Megabizcocho interpreta una ingenua muñeca de azúcar para fiesta de XV años
La pastelería Lo Ideal, centro de la sátira político-musical de Regina Orozco
De la obra, que logra participación activa del público, habrá una única función el sábado
Ampliar la imagen La muñequita con "chichis de azuquítar, que no de Succar", va perdiendo su inocencia conforme transcurre el espectáculo, cuya última función será en El Bataclán Foto: José Carlo González
Amanece en la pastelería Lo Ideal. La muñeca del pastel de XV años apresura al encargado a abrir la cortina del establecimiento. Desde la cúspide saluda a los muñequitos de los pasteles más pequeños: "¡Qué maravilla! ¡Hoy es un nuevo día!"
El público congregado en el teatro bar El Vicio representa a esos muñequitos y la inocente muñeca es la cantante y cabaretera, la Megabizcocho, Regina Orozco. Empieza el espectáculo.
La muñeca, de 14 años, caireles, diadema plateada y vestido rosa, necesita escoger chambelán y pide a los muñequitos que la ayuden. Su padrino -Cecilia Sotres, de Las Reinas Chulas- es un panzón que toma coñac y exhorta a la concurrencia a apoyar a Madrazo: "Preciosos y preciosas, vámonos poniendo de acuerdo... les funcionó muy bien 70 años... nunca hay que olvidar que todo tiempo pasado... fue anterior".
En esta ocasión, Memín Pinguín le gana a todos los candidatos, incluidos La Botarga (que quiere hacer una República Similar Mexicana), "Pati Chapoy en un Mercado" y Andrés Manuel López Obrador. El padrino se retira molesto: "El de los pollos rostizados me va a ayudar a que se caiga el sistema de la pastelería".
Hace un par de semanas terminó la temporada de Regina Orozco en El Vicio. El próximo 15 de abril se presentará en El Bataclán.
Intenta mover al público
La más reciente producción de la prolífica artista, con formación operística, es una inquietante sátira político-musical que intenta mover al público a no quedarse dormido en sus laureles en este país-pastelería en el que las autoridades se llevan a un "pobre niño pobre" por robarse un bolillo de 85 centavos, mientras una pandilla de ladrones que viaja en limusina "de tres cuadras de largo" y reza el Padre Nuestro se sale con la suya.
Siguiendo la tradición del cabaret, Regina Orozco en ningún momento lanza moralejas. Se mofa de todos, y, en primer lugar, de sí misma.
Más allá del tono irónico, se percibe urgencia en su voz, sobre todo al final, cuando exclama: "¡Ay Virgen de Guadalupe, dales conciencia a estos! ¡Que voten por Memín Pinguín!"
La cabaretera constantemente mete al público en el espectáculo: hay momentos en los que deja de haber espectadores y todos son muñequitos del pastel; Regina celebra sus chistes tanto como ellos se carcajean de las ocurrencias de la Megabizcocho (aunque hay ocasiones en que no saben si reír o llorar).
Bonita y El protoplasma
Las canciones merecen mención aparte. Acompañada por Valdomero Jiménez, en el piano, Regina vuelve a mostrar el impresionante manejo que tiene de su versátil voz. Interpreta, entre muchas otras, Bonita, de Luis Arcaraz, hecha famosa por Tin Tan, y una célebre canción de este entrañable teatro bar, El protoplasma, de la artista Jesusa Rodríguez, con música de la compositora Liliana Felipe.
La escenografía y luces de la función corren a cargo de Roberto Cabral, y el show se lleva a cabo con la "ayuda amorosa" de Jesusa Rodríguez.
A lo largo del conmovedor espectáculo, la muñeca, "con chichis de azuquítar, pero no de Succar", va perdiendo su inocencia, quizá un poco como los mexicanos, quienes al parecer ya no creemos en ningún político.
Sin embargo, la muñeca nos deja un asomo de esperanza al encontrar, al final, una rosa en el mar.
(Unica presentación en El Bataclán, el 15 de abril a las 21:30 horas; cover: 200 pesos.)