ASTILLERO
La Corte, a escena
Renovación en curso
¿Liberal o conservadora?
Monumento a la ausencia
LA DECISION DE investigar las andanzas de Mario Marín coloca a la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el escenario de la redefinición política en que hasta ahora parecían moverse solamente los otros dos poderes, el Ejecutivo y el Legislativo.
DE CARA A la renovación de las cámaras y de la Presidencia de la República, la Corte vive una legítima lucha interna a cuyo final quedarán trazados el perfil y los alcances del cuerpo colegiado que tomará decisiones fundamentales en el entramado político y partidista que surja del 2 de julio próximo. Atenerse a la letra de la ley, manteniendo una actitud conservadora que con frecuencia acaba siendo condescendiente con el titular del Poder Ejecutivo, sería una de las vertientes posibles (esa corriente ha sido encabezada hasta ahora por el derechista ministro Mariano Azuela, quien deberá dejar el cargo el próximo 15 de diciembre, aunque su sucesor será designado el 2 de enero de 2007). Otra postura posible sería la de la corriente liberal, cuyo principal representante ha sido el ministro Genaro Góngora, quien ya ha sido presidente de la Corte y podría aspirar a un nuevo periodo, aunque la edad y los señalamientos -así fueren falsos o ciertos- de amistad o cercanía con el candidato presidencial perredista podrían llevarlo a declinar una nueva oportunidad (en ese caso, es probable que surgiera la postulación del ministro más joven, José Ramón Cossío). Jesús Aranda, el reportero de La Jornada que cubre con pericia la información judicial, ha señalado que otros aspirantes destacados son los ministros Juan N. Silva Meza y Guillermo I. Ortiz Mayagoitia pero que, "en caso de que ellos resuelvan hacerse a un lado", entonces podrían aparecer los nombres de sus colegas Olga Sánchez Cordero y Sergio Salvador Aguirre Anguiano, aunque éste con cuestionamientos por haber sido regidor panista en Jalisco.
LA REMODELACION DEL máximo órgano judicial del país estará, desde luego, tocada por los intereses políticos, que saben de la importancia de acomodar piezas y buscar garantías para sus intereses. El actual presidente, Vicente Fox, podrá proponer un candidato a ministro, debido a que uno de los once jurisperitos pasará a jubilación, y el nombre y la orientación ideológica de ese candidato podrían ser manejados políticamente como sugerencia para que fuese tomado en cuenta como posible presidente de la SCJN (no está de más recordar que al esposo de la señora Marta, a ésta y a sus hijos, les sería utilísimo contar con un amigo transexenal en un ámbito, el judicial, ante el cual pareciera que inevitablemente acabarán compareciendo algunos de los Fox Brothers, los bribiesquitas, la propia presidenta de (Ro)bamos México, y otros miembros de la familia presidencial extendida). Pero el presidente electo (sobre todo si éste se apellida López Obrador) habría de tener especial interés en frenar maniobras tan evidentes y, asumiendo la tesis de la política globalizada, que debe meterse en cuanto hueco le sea posible, seguramente buscará impulsar y hacer nombrar a algún personaje cercano o afín.
EN ESTOS REACOMODOS de mediano plazo se ha inscrito la decisión de empujar a la Corte hacia posturas más abiertas y modernas, sin escudarse en interpretaciones cansinas u opacas. La Corte, una Corte que podría ser clave en la resolución de complicados conflictos políticos sometidos a su arbitrio en una eventual época de choques que arranque el primero de diciembre de 2006, deberá contar con autoridad moral suficiente para que sus decisiones no parezcan contaminadas por partidismos o sometimientos (el ministro Azuela, por ejemplo, siempre será recordado por su visita a la casa presidencial para acordar los términos del desafuero contra López Obrador) pero, al mismo tiempo, requerirá flexibilidad, nuevos aires y vocación de modernidad.
EL GOBER PRECIOSO patalea, mientras tanto, tratando de aparentar que la decisión indagatoria de la Corte lo favorece. Con un cinismo digno de mejor causa, Marín se dice complacido porque lo van a investigar, cuando su esperanza, y la del priísmo madracista, era que la Corte se abstuviera de intervenir y, con ello, el poblano y los tricolores en general pudieran convertir, mediante artificios de publicidad, esa abstinencia en un presunto triunfo. Aun cuando los resultados de las investigaciones de la comisión nombrada por la SCJN no tendrán efectos jurídicos obligatorios, el peso moral de una resolución en su contra, desde el más alto foro judicial de la nación, acelerarían una caída hasta ahora posdatada que muy bien podría darse en el plazo de dos meses que al interior de la Corte se estima tardará el trabajo de indagación. Dos meses que se cumplirían a mediados de junio, un par de semanas antes de la elección presidencial.
ASTILLAS: NO ES QUE López Obrador sea muy bueno, sino que sus adversarios son muy malos: las representantes de los otros dos candidatos presidenciales importantes, Rosario Green, en nombre de Madrazo, y Josefina Vázquez Mota, en representación de Calderón, están contentas y orgullosas de su presunta sagacidad, o venganza, o ingenio, consistente en colocar una silla o un atril en el debate del próximo 25, para con ello -según eso- exhibir la testarudez e irresponsabilidad del peje tabasqueño que no habría aceptado asistir a tan importante sesión de controversias. No parecieran darse cuenta las entusiastas diseñadoras de modas polémicas de que simplemente han construido el escenario ideal para que el lobo AMLO les tumbe la casita levantada por dos cochinitos. Debatir sin el puntero, y dedicarle un monumento a su ausencia, es la mejor manera de hacerlo resaltar, con la agravante, para el dúo Felidrazo, de que no habrá tregua mediática y, por tanto, la nota del día no estará en el recinto donde cuatro peleen contra una silla vacía, sino en las declaraciones cómodas que desde un sillón de su casa pueda dar el más presente de los ausentes de esta comedia de enredos... ¡Hasta mañana!
* Fax: 5605-2099 * [email protected] *