Diputados exigen que ponga remedio a la inseguridad
Rechaza Torreblanca que el crimen derrote a su gobierno
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, que incluyó elementos del Ejército, el gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca Galindo, rindió ayer su primer informe de labores, que se convirtió en un reclamo de seguridad por parte de los diputados de todas las fracciones.
Un día después de que dos hombres fueron decapitados y sus cabezas colgadas afuera de oficinas de la Secretaría de Finanzas estatal, el mandatario aseguró que la violencia y la inseguridad que padece la entidad no es privativa de Guerrero, ni mucho menos imputable a un gobierno.
"La inseguridad creada por el crimen organizado se ha extendido en varias ciudades de la República, en parte por la falta de empleos, el debilitamiento de las instituciones públicas, pero también por el deterioro de los valores fundamentales de la sociedad mexicana", justificó.
El Congreso del estado fue fuertemente resguardado por elementos del Ejército, por un equipo especial con perros pastor alemán que recorrieron el interior del inmueble y por efectivos de todas las corporaciones policiacas de la entidad.
Los representantes de todas las fracciones parlamentarias urgieron resolver el problema de inseguridad. El diputado local Fermín Gerardo Alvarado Arroyo, del Partido Revolucionario Institucional, propuso al gobernador "que deje los campos de golf y se vaya a las montañas a atender los problemas".
En el acto, que duró poco más de una hora, Torreblanca Galindo negó que su administración esté rebasada, y mucho menos derrotada, por el crimen organizado. Reconoció por primera vez la labor de la policía comunitaria -la cual no cuenta con aval de los gobiernos federal y estatal- en ocho municipios del estado.
Al término del informe, el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Heriberto Salinas Altés, reconoció que el mensaje "para que aprendan a respetar", que apareció junto a las cabezas de los ejecutados, "es para el gobierno estatal".
Precisó que Alberto Ibarra Velásquez, quien se presumía era uno de los ejecutados -además del comandante de la policía preventiva municipal Mario Núñez Magaña-, se presentó a trabajar, aunque no señaló si ya se conoce la verdadera identidad de la víctima.
Versiones extraoficiales señalaron que el Servicio Médico Forense identificó al otro asesinado como Erick Jiménez Martínez y que su cuerpo tenía una zeta en la espalda, realizada con un objeto punzocortante; que es originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas, y presuntamente miembro de la banda de Los Zetas.
Después del informe de labores, alrededor de las 17:30 horas, tres personas resultaron lesionadas, entre ellas un bebé y un capitán de la Policía Federal Preventiva, contra quien tres sujetos dispararon con rifles tipo AK-47 y AR-15, en el municipio de Zihuatanejo. De acuerdo con un parte oficial, el capitán Francisco Mendoza Godínez se encontraba en una enramada donde se vende agua de coco y comida en la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, cuando de una camioneta bajaron los agresores y simplemente accionaron sus armas.
Con información de Notimex