Ojarasca 108  abril 2006

BAJIO_DEL_TULE_01
Bajíos del Tule, Territorio Wixárika, Jalisco, 17 de marzo
 
 
 

Nueva reconvención de la OIT al gobierno

Bancos de San Hipólito
 
 

José Godoy y Evangelina Robles



La Organización Internacional del Trabajo (OIT) a través de su comisión de expertos en aplicación de convenios y recomendaciones, emitió recientemente una Observación individual sobre el Convenio 169 ratificado en 19901, para México, donde abunda en dos asuntos: la reclamación presentada por varios sindicatos mexicanos2 sobre la reforma constitucional en materia indígena de abril de 2001 que contiene alegatos que cubren gran parte del Convenio, y el seguimiento a la recomendación de 1998 al gobierno mexicano por el incumplimiento de compromisos contraídos al ratificar el Convenio 169, específicamente para resolver las causas que dieron lugar a la queja interpuesta en el caso de las comunidades huicholas (wixaritari) de Bancos de San Hipólito, Saucito y Tierra Blanca relativa a tierra y territorio, y el despojo de la titularidad de su tierra.

Bancos de San Hipólito es una comunidad wixárika enclavada en un rincón de Durango donde conviven con comunidades cora, o'dam (tepehuanas) y mexicaneras. En Bancos existe un gobierno propio, con asamblea, gobernador tradicional, juez local, comisariado autónomo de bienes comunales, cahuiteros (sabios), ancianos, jicareros (que cuidan las jícaras de los antepasados como la tierra, el maíz, el sol, el venado, el fuego); maraka'ames (guías espirituales y médicos tradicionales) y múltiples comités para el funcionamiento de la comunidad en agua, economía, transporte, educación, y otros.
Ahí se congregan representantes de los ranchos de la comunidad y de zonas huicholas expandidas en Jalisco, Zacatecas, Nayarit y Durango. Esta región habla plenamente su lengua wixárika, tiene vestimenta propia, cultiva sus maíces, cumple su costumbre y reconoce un territorio que posee y conserva contra cualquier adversidad, contra el racismo, el desprecio y el desconocimiento. Juntos, los wixaritari mantienen su modo y son una comunidad que declaró su autonomía para poder seguir siendo, autogobernándose.

Bancos y la zona segregada a Tatei Kié "la casa de nuestra madre" San Andrés Cohamiata, son ejemplos de la guerra permanente de despojo contra los pueblos indígenas.
Los wixaritari habitan estas tierras desde antes de la Conquista, y se mantienen ahí en el siglo XXI. San Andrés Cohamiata obtuvo títulos virreinales que datan de 1725. En 1809 un acordonamiento (medición con cordeles) de su territorio amparó más de 200 mil hectáreas. Con base en estos documentos, en 1921 San Andrés inició trámites para su Confirmación y Titulación de Bienes Comunales.

Pese a esto, en los cincuenta la Reforma Agraria dotó de 23 mil hectáreas del territorio de San Andrés Cohamiata a varios ejidos en Zacatecas. En 1960 el gobierno admitió que San Andrés aún ostentaba la posesión y documentos de 129 mil hectáreas en las que se incluían Bancos de San Hipólito, Tierra Blanca y Saucito.

En 1961 el gobierno tituló tierras a mestizos llegados a la región que expulsaron a los coras locales y mañosamente utilizaron sus títulos virreinales para solicitar la adjudicación de estas tierras al gobierno federal conformando núcleos como el de San Lucas de Jalpa y San Juan Peyotán.

En esta titulación indebida se les concedieron tierras de los wixaritari, lo que dejó a los habitantes de Bancos de San Hipólito, Saucito y Tierra Blanca sin reconocimiento legal sobre su territorio.

En 1965, se titularon mediante Resolución Presidencial solamente 74 940 hectáreas a San Andrés Cohamiata.

A más de cuarenta años, los wixaritari de esta zona segregada siguen realizando gestiones ante todas las instancias a su alcance para que se les reconozca su territorio ancestral. En 1994 tramitaron una queja ante la Organización Internacional del Trabajo (oit) por violaciones a sus derechos territoriales y por incumplimiento del Convenio 169, logrando que en 1998 se emitiera una recomendación al gobierno mexicano para que resolviera las causas que dieron origen al conflicto. El Estado mexicano no ha escuchado e ilegaliza a estos poseedores antiguos en su propia tierra por no tener un título otorgado por el gobierno. Van ocho años de informes y seguimientos sin lograr una solución efectiva.

En cincuenta años el gobierno ha logrado despojar a los tateikietari de la titularidad de dos terceras partes de su territorio, incluido Bancos de San Hipólito, mientras desconoce la autonomía de los pueblos. Ahora le ofrece a San Andrés Cohamiata el Procede, ecoturismo, pago por servicios ambientales y una serie de programas paliativos, pero se niega a resolver las causas que dieron origen a la reclamación ante la OIT.

Los comuneros de Bancos comentan: "Los mestizos de San Lucas de Jalpa tienen indebidamente la titularidad sobre nuestras tierras. Ellos y otros pobladores mestizos de la región nunca han respetado a los wixaritari, ni nuestra organización y relación con el territorio (takiekari, la casa de todos), ni la cultura, mucho menos nuestra lengua. Con los coras y tepehuanos hay respeto, antes vivíamos tranquilos y compartíamos las ceremonias.

"El gobierno ha provocado esto y nos quiso someter a la decisión de unos extraños sobre nuestro territorio. Ha dado permisos para talar nuestro bosque por diez años sin nuestro consentimiento y metió el Procede en San Lucas de Jalpa siendo que hay un juicio de por medio. Ya hemos efectuado acciones para detener esto.

"Desde 1992 se han hecho reformas a la Constitución que afectan nuestros territorios, aguas y saberes. Ni siquiera nos reconocen el derecho sobre nuestras tierras. Con las leyes estatales quieren que todos los indígenas de la región quedemos con legislaciones diferentes, ya es demasiada contradicción, por eso nos declaramos autónomos. El juicio agrario y los procedimientos legales los hace largos el mismo gobierno, no nosotros.

"¿Qué va a responder el gobierno a la OIT?, ¿cuándo esta patria nos tomará en cuenta como somos? El gobierno piensa que nos vamos a cansar, pero es más fácil que cambie este país, este sistema, y ellos no sean gobierno a que nosotros nos cansemos. Tenemos el reconocimiento de todos los pueblos indígenas para cuidar y gobernar nuestra propia comunidad."
 

No se puede postergar más la solución del asunto de Bancos de San Hipólito. Los wixaritari han hecho un gran esfuerzo por conservar su territorio y autonomía. Cada día se evidencia más la gran capacidad de los pueblos para organizarse en la adversidad frente a la ineficacia de los gobiernos y su insistencia en mantener privilegios y opulencia a cualquier costo.

En relación a las reformas constitucionales en materia indígena, en el reciente comunicado de la comisión de expertos de la oit se solicita al gobierno mexicano que explique cómo interpreta los conceptos de "disfrute preferente" y "áreas estratégicas" en relación a los recursos naturales de los territorios ancestrales de los pueblos indígenas. Esta ambigüedad en asuntos primordiales continúa evidenciando la intención del gobierno de favorecer a "terceros" y garantizar el saqueo de los territorios indígenas.

En el caso de Bancos de San Hipólito, la comisión muestra preocupación porque no se hayan resuelto las situaciones que dieron origen a la reclamación de los wixaritari3 y solicita medidas para solucionar la titularidad de las tierras que habitan estas comunidades, incluso la posibilidad de asignar más tierras cuando las que dispongan sean insuficientes para garantizarles los elementos de una existencia normal.
 
 

José Godoy y Evangelima Robles son parte del equipo de la Asociación Jalisciense de Apoyo a los Grupos Indígenas (AJAGI, AC)
 
1 http://www.ilo.org/ilolex/gbs/ceacr2006.htm

2 Sindicato de Académicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (SAINAH), el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de México (STUNAM) y el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Jornada (SITRAJOR).

3 Reclamación presentada por la Unión de Comunidades Indígenas Huicholas (ucih) a través del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación-Radio Educación, asesorados por la Asociación Jalisciense de Apoyo a los Grupos Indígenas (AJAGI, AC)