Usted está aquí: martes 25 de abril de 2006 Economía Mejora la explotación petrolera, pero las reservas se encogen

Mejora la explotación petrolera, pero las reservas se encogen

La exploración de las petroleras más grandes del mundo tiende a deteriorarse

Economist Intelligence Unit /The Economist

Ampliar la imagen Refinería Carson de BP, en la ciudad de Carson, California. Las previsiones de expertos señalan que la producción mundial de crudo llegará pronto a su máximo antes de sucumbir a la inevitable decadencia Foto: Ap

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Ante un precio del petróleo que flota alrededor de 73 dólares por barril a mediados de abril, las empresas petroleras no pueden avanzar lo bastante rápido, pero para seguir produciendo a largo plazo necesitan mantener el ritmo de sus hallazgos. Por desgracia, la exploración de las más grandes empresas petroleras de Occidente tiende a deteriorarse. Neil McMahon, analista de Sanford Bernstein, estima que tuvieron una tasa de reposición de reservas de 129% durante los cinco años pasados, lo que significa que encontraron 29% más de petróleo y gas del que extrajeron. Pero el año pasado la proporción cayó a 114%.

Esas cifras minimizan el problema, ya que incluyen no sólo los más recientes descubrimientos petroleros, sino también el petróleo obtenido a través de la adquisición de empresas y compras: ''perforar en los pozos de Wall Street'', como decían los viejos trabajadores de la industria. El año pasado, por ejemplo, Chevron compró Unocal, lo que provocó un aparente aumento de sus reservas, en tanto otras empresas estadunidenses compraron acciones de campos petroleros en Libia. Si se excluyen esos incrementos, de acuerdo con Sanford Bernstein, la tasa de reposición de reservas del año pasado cayó a un magro 87% en promedio global; las reservas se encogen. Las cifras podrían ser más sombrías si se trata de nuevos descubrimientos en oposición a una extracción más eficiente de los campos existentes. La consultora Word Mackenzie estima que en tal caso el índice caería debajo de 50%, una de las razones por las que la industria busca cada vez más tecnología de extracción mejorada.

Inclusive esas empresas con índices relativamente altos con frecuencia dependen de sólo uno o dos aumentos abundantes en sus libros. La reposición global de Exxon Mobil, por ejemplo, ha promediado 114% durante la década pasada. Pero en 2004 y 2005 la gran mayoría de sus nuevas reservas provinieron de un solo campo en Qatar. Exxon no halló el campo sola: lo está desarrollando con la empresa petrolera gubernamental de Qatar.

Exxon sostiene que las tasas de reposición de reservas, como las define la Comisión de Valores y Cambios de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), no son la mejor medida del éxito de la exploración. En virtud de que las reservas de una empresa forman gran parte de su valor, la SEC estipula cómo calcular el petróleo que una empresa tiene en la tierra y qué precio debe dársele si tiene que extraerse. Pero la tecnología continúa desarrollándose y los precios cambian siempre, de modo que la SEC parece arbitraria y conservadora. Por ejemplo, no permite que las empresas incluyan el petróleo obtenido por procesos de minería en vez de perforación, aunque en Canadá se excavan muchas arenas bituminosas.

Richard Ward, de Asociados en Investigación, cree que las definiciones de SEC no sólo proporcionan una imagen distorsionada de cuánto petróleo tienen las empresas, sino también desalientan la inversión al hacer que algunos proyectos parezcan inviables económicamente. En fecha reciente, la Asociación de Investigación Energética de Cambridge (CERA, por sus siglas en inglés) sugirió que la Sociedad de Ingenieros Petroquímicos redacte las definiciones de reserva de la SEC.

Pero desde 2003 los inversionistas se han mostrado nerviosos en cuanto a dar demasiada libertad de acción a las empresas, a raíz de que la petrolera Royal Dutch aterró a sus accionistas al anunciar que había sobrevaluado sus reservas aproximadamente en un tercio. A principios de este año, Repsol-YPF, otro gigante petrolero, anunció una baja similar de 25%. Aun tomando en cuenta los efectos del peculiar sistema de precios de SEC, y agregando las reservas de las arenas bitmuninosas, el año pasado la tasa de reposición de Shell fue de sólo 78%.

Lo pequeño es más productivo

Números como estos han ocasionado temor de que la producción mundial de crudo llegará pronto a su máximo, antes de sucumbir a un decadencia inevitable. Muchas compañías aún logran encontrar mucho gas y petróleo. Por ejemplo, durante los tres años pasados, Apache, empresa mediana estadunidense, ha descubierto casi el doble del petróleo que ha vendido. Gran parte de su éxito es resultado de comprar campos maduros de compañías grandes, como Shell y BP, y desarrollarlos para aprovechar al máximo su petróleo. Otras empresas con buenos registros de exploración se especializan en ciertos nichos, como extraer gas de campos difusos o perforar en tipos particulares de terreno.

En general, dice Fadel Gheit, de Oppenheimer, pequeño banco de inversión, las empresas especializadas en la exploración tienden a encontrar más petróleo en relación con su tamaño que las grandes. Esto es en parte cuestión de escala: un golpe de suerte de una empresa más pequeña podría duplicar sus reservas, pero apenas se registraría en una de las más grandes. Sin embargo, es también cuestión de oportunidad.

Los ejecutivos de las empresas más grandes afirman que vender posesiones en decadencia libera a los escasos administradores para que puedan concentrarse en proyectos más grandes y productivos, que son los que marcan la diferencia en la fortuna de las empresas. Eso crea economías de escala y baja el precio de cada barril que producen. El problema, sostienen los analistas, es que el campo para esos proyectos está disminuyendo. Las regiones más prometedoras para exploraciones adicionales, incluso Medio Oriente y Rusia, están más allá de los límites de las empresas occidentales. No es coincidencia que las compañías que han logrado negociar cierto acceso a esas áreas, como Exxon y BP, tengan altas tasas de reposición.

Esto no implica que las grandes empresas vayan a quedarse sin petróleo, sino que tendrán que buscarlo en sitios más oscuros e intimidantes, y usar nuevas tecnologías para extraerlo, con probabilidad de campos más pequeños. Esas empresas comienzan a explorar en puntos relegados, como los lechos marinos de Africa Occidental y el Artico. No es necesario señalar que la perforación en tales sitios es cara y difícil y, por lo tanto, riesgosa.

Las gigantes son las únicas empresas con la dimensión para emprender semejantes proyectos, y también las que por su tamaño se ven obligadas a hacerlo. Como dice Tony Lentini, de Apache, de las empresas más pequeñas de exploración: ''Somos cerdos que siguen a las vacas a través de un sembradío de maíz''. Como sea, comparadas con sus rivales más grandes, están en el paraíso de los cerdos.

FUENTE: EIU/INFO-E

 
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