MEXICO SA
La retórica foxista, idílica versión del Jinete sin cabeza
El modelo neoliberal dejó bajo la línea de la pobreza a 40.6% de hogares de América Latina
Ampliar la imagen Estación de gasolina en Filadelfia donde se dejó de despachar combustible. Desde Neu Hampshire a Virginia se observó poco abasto del energético por los cambios en el uso de etanol para la producción FOTOAp
AL INQUILINO DE Los Pinos le ha dado por equiparar los equinos con el modelo económico que tanto defiende y que tan pocos resultados sociales le ha ofrecido a los mexicanos. Apasionado de la retórica repetitiva, cuando agarra una frase que supone excelente, de plano no la suelta: que "no se cambia de caballo a la mitad del río", que "¿para qué cambiamos de caballo, si el caballo va caminando bien?, que "hinquémosle las espuelas al caballo", que "el caballo de México es muy bueno y va a llevarnos muy lejos", que "cambiemos al jinete, pero no al caballo", que "dejemos madurar" al caballo y demás variantes sobre el mismo tema.
ESA ES LA IDILICA versión del jinete sin cabeza. Sin embargo, el "caballo" neoliberal es una verdadera mula salvaje que en cinco lustros nada ha "madurado" y que poco -por no decir nada- ha hecho a favor de los derechos económicos y sociales de los mexicanos. No sólo aquí, porque el jamelgo cabalga desbocado por toda América Latina, y la Cepal da cuenta de su carrera sin obstáculos: la región es la más desigual de todo el planeta, Africa incluida.
LA PROFUNDA DESIGUALDAD en la distribución del ingreso que predomina en los países latinoamericanos constituye un problema y un obstáculo que no se limita a una brecha de ingresos, ya que remite, como causa y consecuencia, a brechas en materia de bienestar social, capital humano, activos productivos y pleno ejercicio de los derechos ciudadanos. En particular, la desigualdad y la pobreza atentan contra el derecho a un nivel de vida adecuado, ya sea medido en términos absolutos (línea de pobreza) o relativos (comparaciones entre estratos de ingresos).
AUNQUE MUCHOS PAISES de la región tienen un nivel de desarrollo que podría permitir a una proporción significativa de pobres dejar de serlo, actualmente 40.6 por ciento de los hogares de América Latina se encuentran bajo la línea de pobreza y sin protección social básica, lo que afecta a 213 millones de personas, 88 millones de los cuales viven en condiciones de extrema pobreza. Por tratarse de sociedades muy poco equitativas, aun cuando los indicadores de ingreso per cápita sugieran niveles medios de desarrollo (como en el caso de México), la incidencia de la pobreza sigue siendo muy alta. El hecho de que un amplio contingente de individuos no logre acceder a un conjunto básico de satisfactores interpela a la sociedad en conjunto y revela dramáticamente las consecuencias negativas de la desigual distribución del ingreso sobre la titularidad de los derechos sociales.
LA FALTA DE EQUIDAD es un rasgo que acompaña desde hace mucho tiempo a las sociedades de la región y sintetiza estructuras económicas, sociales, de género y étnicas muy segmentadas, que se potencian entre sí. Su manifestación más elocuente es la distribución del ingreso, que es, a la vez, causa y efecto de otras desigualdades, como las que se producen en los ámbitos de la educación y el empleo. De hecho, la distribución del ingreso per cápita de los hogares refleja fielmente la desigual distribución de la educación, conocimiento, patrimonio y acceso al empleo y al financiamiento entre la población. El acceso a estos activos está condicionado por la capacidad de pago para acceder a servicios de educación y salud de buena calidad, así como a fuentes de financiamiento y mercados de trabajo segmentados. Se configura, pues, un círculo vicioso de reproducción de la pobreza, ya que son los jóvenes nacidos en hogares pobres quienes tienen menos acceso a mercados y a activos que les permitirían superar la pobreza.
MAS DRAMATICA AUN resulta la violación de derechos derivada de las desigualdades cuando estas determinan la posibilidad de sobrevivencia en los primeros años de vida. También resulta éticamente inadmisible una mala distribución del ingreso si se considera, por ejemplo, que la región produce suficientes alimentos para garantizar una alimentación adecuada al triple de su población, pero que, pese a ello, hay países en los que la subnutrición, la desnutrición global y la desnutrición aguda se mantienen a niveles altos (sobre todo entre la población que vive en condiciones de extrema pobreza, los miembros de minorías étnicas y los habitantes de las zonas rurales).
MANTENIENDO CONSTANTE EL nivel de ingresos por habitante, una mayor desigualdad en la distribución del ingreso está directamente relacionada con mayores índices de pobreza. Una meta importante vinculada a los objetivos de desarrollo del Milenio de Naciones Unidas es reducir, para el año 2015, la incidencia de la pobreza extrema a la mitad. Se estima que para concretar esta meta los países más pobres de la región debieran alcanzar tasas de crecimiento del producto por habitante cercanas a 4.8 por ciento anual entre 2006 y 2015. En caso de que se introduzcan cambios distributivos equivalentes a una reducción de 10 por ciento del coeficiente Gini de desigualdad del ingreso, la tasa de crecimiento necesaria para cumplir con la meta de pobreza disminuiría a 2.8 por ciento anual.
LA MALA DISTRIBUCION del ingreso en América Latina queda en evidencia al comparar el índice de Gini de la región con el resto de las regiones del mundo. En la comparación se observa no sólo que América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo en términos de distribución del ingreso, sino que además la dispersión de la desigualdad es mucho más alta que en otras regiones. Esto muestra claramente que los problemas de desprotección social no están solamente vinculados con la disponibilidad de recursos fiscales, sino que tienen clara relación con la estructura distributiva que recorre el conjunto de la sociedad, puntualiza el organismo.
ESE ES EL CABALLO que el inquilino de Los Pinos no quiere cambiar. Entonces, hay jinetes que cruzan el pantano y sí se manchan
Las rebanadas del pastel:
EL CABALLO AVON llama: "este gobierno dejó atrás eso de que la pobreza tenía que maquillarse", asegura la titular de Sedeso, Ana Teresa Aranda, y como muestra fehaciente de ello afirma que al finalizar la administración Fox "sólo habrá 16 millones de mexicanos en pobreza extrema, 8 millones menos que en 2000". Con los peores resultados económicos en 25 años, el "cambio" ha sido el "único capaz de reducir la pobreza". Y se quedó tan fresca.