El auge de Exportadora de Sal
Guerrero Negro, BCS. Los vasos de agua salina de la empresa Exportadora de Sal han crecido en años recientes, no sólo en las tierras que ocupan por la concesión otorgada por el ejido Benito Juárez, sino también porque de manera irregular y sin el pago de renta ocupan 5 mil hectáreas comunales.
La empresa utiliza en su actividad alrededor de 30 mil hectáreas, 29 mil repletas de sal y salmueras. Alrededor de 16 mil pertenecen al Benito Juárez, y a cada ejidatario le pagan sólo 20 mil pesos al año. El acuerdo original entre empresa y ejidatarios fue el pago anual de 17 pesos por la renta de una hectárea, y cada 12 meses se actualiza con base en la inflación.
Dentro de la reserva de la biosfera El Vizcaíno, en el límite con Baja California, está Guerrero Negro, que por un lado tiene al desierto y por el otro la laguna Ojo de Liebre. Este poblado surgió en 1950, a partir del establecimiento y crecimiento de la exportadora, por lo que gran parte de las actividades giran alrededor de la planta.
Exportadora de Sal es de capital mixto, y Mitsubishi posee 49 por ciento de acciones. En 1994 se firmaron los convenios con los ejidos Benito Juárez, Díaz Ordaz, Héroes de Chapultepec y Gómez Palacio. "Las leyes establecen que podrán actualizarse de acuerdo con la inflación y se hicieron con vigencia indefinida, de acuerdo con las leyes agraria y minera", explica Brenda Carrillo, subgerente jurídico de la empresa.
Exportadora de Sal -genera mil empleos directos- se instaló donde nada se podía producir: en medio del desierto, donde hay grandes áreas de terreno plano e impermeable, alta radiación solar, viento constante y baja precipitación pluvial. Sólo sal se podía obtener.
El proceso de producción de la sal es por evaporación solar de agua de mar. Se obtiene salmuera saturada de cloruro de sodio, se cristaliza y después se cosecha y lava. El proceso se realiza en sitios donde hay depósitos naturales del mineral.
El director de Ecología, Martín Domínguez, afirma que la planta no genera desechos industriales y almacena las aguas de salmuera que se generan en el proceso; una parte se utiliza en la producción de sal de mesa y otra se guarda. "Y como no es posible hacerlo indefinidamente", se busca verterla al mar. Para ello la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales autorizó el estudio de impacto ambiental y sólo falta que la Comisión Nacional del Agua dé su autorización.