No han recibido respuesta de Gobernación, señalan
El conflicto en Sicartsa va para largo: trabajadores
Lázaro Cárdenas, Mich., 26 de abril. La Secretaría de Gobernación (SG) "continúa analizando" las peticiones de los mineros de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas (Sicartsa) en torno al desistimiento de demandas penales interpuestas por la empresa, condición indispensable que han puesto los trabajadores para iniciar formalmente la negociación.
"Hasta el momento no hemos recibido respuesta alguna. Esto es una calma desesperante", comentó Martín Rodríguez Piedra, dirigente de la sección 271 del Sindicato Nacional de Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, en un encuentro de su comité con los enviados del depuesto líder de este gremio, Napoleón Gómez Urrutia.
Esta sección cumple hoy 24 días de paro y, ante la lentitud del gobierno federal para ofrecer respuestas a los 13 puntos del pliego de peticiones, la representación de los obreros admite que la solución al conflicto no será pronto.
"No hay novedad en el retiro de las demandas (promovidas por Grupo Villacero por "daño a las cosas" y despojo, en contra de varias decenas de trabajadores). Tampoco hay novedad a nuestra petición de que se retire la Policía Federal Preventiva (PFP) de Sicartsa. Gobernación sólo nos ha indicado que continúa analizando ese punto", señaló una fuente de la directiva, consultada tras el encuentro plenario entre los líderes sindicales y sus abogados, realizado esta tarde a puerta cerrada.
-¿No temen que al abandonar la PFP el resguardo de la planta acerera los culpen otra vez de robo y destrucción?
-No. ¡Si de todas formas nos han acusado de todos los daños y seguirán haciéndolo, pues mejor que salgan los policías de las instalaciones en paro!, agregó la fuente consultada.
Como se difundió, una parte del equipo jurídico del sindicato retornó a la ciudad de México con las pruebas documentales para interponer, a su vez, demandas en contra de quien resulte responsable por el frustrado intento de desalojo de los paristas el pasado jueves en la puerta dos de Sicartsa, en que murieron dos obreros y decenas resultaron heridos.
Mientras tanto, en una reunión plenaria -realizada en la sede sindical de la sección 271- tomó fuerza la versión de que Gómez Urrutia (quien fue visto públicamente la última vez en febrero pasado, tras la tragedia en Pasta de Conchos) podría viajar a la capital del país la semana entrante para preparar, desde el lunes, la asamblea extraordinaria de este gremio, programada para el 2 de mayo.
Trascendió que Gómez Urrutia planea la forma y el lugar en que reaparecerá y, sobre todo, si será de forma discreta o llamará a los medios de comunicación.
El órgano oficial de difusión de la sección 271 (Expresión Minera) hizo un llamado a sus 3 mil afiliados a honrar la memoria de sus dos compañeros asesinados a mansalva por fuerzas policiacas: Héctor Alvarez Gómez y Mario Alberto Castillo Rodríguez.
Con el título principal "No olvidaremos a nuestros mártires", el periódico gremial titula la denuncia "Fox, ¡asesino!", y advierte que están "puestos para defender hasta la muerte nuestro contrato colectivo".
En la publicación se reiteran los acuerdos en favor de los deudos de los obreros caídos, en especial exigir al gobierno federal que indemnice a los beneficiarios. En el caso de Mario Alberto, quien tenía sólo 21 años, le sobreviven sus padres (mayores de 60 años) y una hermana menor, de 15 años. Héctor Alvarez Gómez, de 26 años, dejó huérfana a una niña de cuatro años.
Los socios de la sección 271 votaron en favor de apoyar con 500 pesos cada uno a las familias "de los compañeros asesinados". Estos recursos serán tomados de sus respectivos fondos de ahorro.
En el periódico aparece el texto titulado "Ya nada será igual", en el que se repiten las ideas de los obreros en guardia, quienes a seis días del choque con la policía permanecen exclusivamente en la puerta dos de Sicartsa, mientras que a un par de kilómetros, dentro de la acerera, están acuartelados los agentes de la PFP. Aquí un estracto textual de lo que escribieron directamente los paristas:
"Cuando todavía no se disipa el olor de la pólvora ni los humos de la refriega se asientan, ya se percibe en los ánimos de todos los mineros que nada volverá a ser igual, no sólo por la pérdida de dos compañeros, en circunstancias nunca vistas, que dejará una terrible huella en cada uno de nosotros, sino porque han ocurrido acontecimientos que van a modificar incluso la relación interpersonal.
"En este duro trance la solidaridad de clase consolida la amistad, más allá de la fábrica, en la medida en que se va conociendo a quien verdaderamente es nuestro aliado y también se van descubriendo las hipocresías y las falsas posturas de los demagogos.
"En cada lucha de los mineros, desde la primera huelga en la etapa productiva, en 1977, hasta la actual, la sociedad se divide en dos bandos, a pesar de que casi todos nos conocemos, porque prácticamente nos vemos a diario.
"Entonces se entierra cada quien en su trinchera ideológica y desde ella se lanzan anatemas. En un extremo, los agoreros que anuncian el retiro de las inversiones por el conflicto, arrellanados en la comodidad de un sillón ejecutivo, las organizaciones patronales lanzan proyectiles envenenados desde los medios electrónicos y en algunos impresos (por eso los mineros desconfían de ciertos periodistas, voceros de esta casta de parásitos).
"Los concanacos y coparmexos sólo esperan que los grandes monopolios vengan a invertir para aprovechar las sobras, pero cuando compiten con ellos entonces sí ponen el grito en el cielo, como cuando han llegado las grandes tiendas...
"(...) Lo que se está peleando: la autonomía sindical. Falta todavía la negociación pero queda en todos los protagonistas el amargo sabor de la sangre derramada por los compañeros, cuyo lamento no termina por saber a triunfo pleno. Lo cierto es que todos los que combatieron saben que la razón está de su parte."