Homenaje de la administración capitalina al político, periodista y académico
Reconocen la aportación de Samuel del Villar a renovar instituciones
En el primer gobierno democrático de la ciudad saneó la PGJDF, recuerda Encinas
Ampliar la imagen Samuel del Villar durante una comparecencia en la Asamblea Legislativa del DF
Ampliar la imagen Bernardo Bátiz, Alejandro Encinas y Cuauhtémoc Cárdenas, en el homenaje al ex procurador de Justicia capitalino Samuel del Villar Foto: José Antonio López
El Gobierno del Distrito Federal rindió un homenaje a la memoria y a la vigencia del legado de Samuel del Villar, hombre de distintas facetas. Político, periodista, académico, creador de instituciones y de convicciones firmes, fue el impulsor de la creación de una policía renovada y de calidad; de aquella que se alejara de la prepotencia y el autoritarismo que durante muchos años caracterizó a la policía del Distrito Federal, coincidieron funcionarios, académicos, políticos y demás asistentes al homenaje póstumo al ex procurador capitalino.
Tras develar la placa en memoria de Samuel del Villar Kretchmar en la entrada del aula magna que desde ayer lleva su nombre, en el Instituto de Formación Profesional (IFP) de la Procuraduría General de Justicia local, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Alejandro Encinas, destacó que Samuel del Villar "hizo una aportación importante para la construcción de las nuevas instituciones en esta ciudad, especialmente de la procuraduría capitalina".
Al recordar su relación con Samuel del Villar, Encinas Rodríguez comentó: "Cuando hablo de Samuel me resulta difícil disociar el recuerdo del político y del servidor público de la imagen que tengo del amigo y compañero de partido. Samuel fue un hombre de muchos méritos; uno de los más importantes lo demostró al hacerse cargo de una de las instituciones con mayor descrédito. Desde el inicio de su gestión al frente de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, bajo el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, Samuel del Villar se propuso el saneamiento y la moralización de la policía capitalina. Lo hizo en un momento muy importante para la ciudad, después del triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas en 1997, cuando esta ciudad pasaba de ser un departamento del gobierno federal, a la conformación de un gobierno democrático".
Sin embargo, continuó Encinas, un gran mérito "que muy poco se ha valorado en la gestión de Samuel del Villar es el enorme esfuerzo que en los primeros tres años del primer gobierno democrático en la ciudad desarrolló para frenar y revertir el incremento de los índices delictivos.
Dejó una procuraduría "de primera"
Por su parte, el actual titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), Bernardo Bátiz, expresó que recibió una dependencia "de primera", y parte de su gestión ha sido dar continuidad a la obra de su antecesor, especialmente en marcar "el quiebre de una policía autoritaria y lejana de la gente".
Bajo la gestión de Del Villar, recordó Bátiz Vázquez, comenzó la carrera de la nueva policía judicial, la cual al empezar tenía una duración de seis meses, luego se amplió a ocho y ahora es de un año. "El siguiente paso es crear una licenciatura y otorgar un título a los policías que actualmente egresan como técnicos".
Por su parte, Cuauhtémoc Cárdenas señaló que su primer contacto con Samuel del Villar fue de manera indirecta, a partir de una serie de artículos. Sin embargo, "el trato directo me llevó a descubrir muchos de los valores de Samuel: su acendrada rectitud, y una conducta sin desviaciones, en la que la honradez fue una de las características más importantes".
Lo que esta institución es hoy mucho se lo debe a Samuel del Villar; "este instituto de formación profesional, nacido de su iniciativa y de su conocimiento es sólo un ejemplo de lo mucho que hizo", acotó el ex jefe de Gobierno del DF.
Durante la presentación del libro Agravios nacionales de la hacienda pública mexicana, 1982-2005, de la autoría de Del Villar, Lorenzo Meyer reseñó que el esfuerzo del ex procurador capitalino por cambiar la policía no cejó. "Desde la vida académica la policía no era ejemplo de institución para verla positivamente, pero Samuel se dedicó a estudiarla y se obsesionó en cambiarla. Sostenía que si cambiaba la policía podía cambiar el país. Ese pensamiento lo llevó a la práctica con la fuerza de sus convicciones".