Francia enfrenta críticas por iniciativa de ley xenofóbica
Acuerda la UE compartir vuelos para expulsar indocumentados
Luxemburgo, 27 de abril. La Unión Europea adoptó hoy un plan para que los gobiernos de sus 25 miembros expulsen inmigrantes indocumentados en vuelos compartidos, mientras que el gobierno de Francia enfrentó críticas de organizaciones sociales en el sentido de que pretende impulsar un proyecto de ley de inmigración de carácter xenofóbico.
Al concluir aquí una reunión que trató asuntos migratorios, los ministros del Interior europeos se comprometieron a "incrementar el uso de vuelos compartidos para aumentar el ritmo de personas devueltas desde los países miembros".
La UE invitó a los gobiernos de los 25 miembros a coordinar esos vuelos conjuntos con Frontex, la agencia europea de control de fronteras creada el año pasado, con sede en Varsovia.
Organizaciones de defensa de los derechos humanos denominan "charters de la vergüenza" a los vuelos para expulsar inmigrantes. En su declaración de hoy, los ministros pidieron que las operaciones conjuntas de renvío se organicen en "completo respeto de los derechos humanos y la dignidad de las personas".
Desde 2004, la Comisión Europea liberó 30 millones de euros para apoyar acciones coordinadas de repatriación de indocumentados, incluidos los vuelos conjuntos.
En julio de 2005, Alemania, España, Francia, Italia y Gran Bretaña decidieron organizar vuelos conjuntos. Madrid, Roma y París organizaron en septiembre pasado el primer vuelo para repatriar a 125 rumanos.
En París, el diario Le Monde publicó declaraciones del ministro del Interior de Francia, Nicolas Sarkozy, en respuesta a las acusaciones de líderes religiosos, grupos de apoyo a inmigrantes y dirigentes de la oposición de izquierda, en el sentido de que el proyecto gubernamental de legislación migratoria es "xenofóbico" y busca atraer votos de la derecha, con miras a las elecciones presidenciales de 2007.
La legislación, que será discutida en el parlamento francés a partir del martes próximo, favorecerá una inmigración "elegida", en vez de una "padecida", dijo Sarkozy.
"La inmigración elegida es practicada por casi la totalidad de las democracias del mundo. En estos países, el racismo y la extrema derecha son menos fuertes que en Francia. Es decir, es una muralla contra el racismo", declaró Sarkozy.
La ley pretende dificultar a los inmigrantes el traslado de sus familiares a Francia, forzará a los recién llegados a tomar clases de francés y de educación cívica, al tiempo que cancelará el derecho de acceso automático a un permiso de residencia permanente, tras 10 años de residir en el país.
Mientras, en España, la Federación Estatal de Asociaciones de Inmigrantes y Refugiados pidió legalizar a un millón de indocumentados, un año después de que el gobierno español llevó a cabo un proceso de regularización de 570 mil inmigrantes.
El presidente de la organización, Víctor Sáez, dijo que mientras esas personas vivan en España sin documentación migratoria, sus derechos en el plano laboral estarán vulnerados.