Desnudos, los de los 400 Pueblos apoyan a sindicalistas
¡Fox, asesino!, reclamo en 60 minutos de paro en el DF
La muerte de mineros en Coahuila y Michoacán enciende ánimos de trabajadores; ¡ni un voto al PAN!, la consigna
Bajo el estruendo de dos helicópteros -uno de la policía, otro de la televisión, ambos del Gran Hermano orwelliano, que todo lo sabe y todo lo ve-, a los pies de la estatua del emperador Moctezuma, decenas de nalgas, morenas y masculinas, brillan sobre los prados de Paseo de la Reforma con los rayos del sol, mientras miles de trabajadores electricistas pasan por allí, los puños en alto, gritando: "¡Fox, asesino! ¡Fox, asesino!".
Son casi las tres de la tarde. Ha terminado el paro de 60 minutos convocado y acatado ayer por las organizaciones gremiales de electricistas, telefonistas, universitarios, docentes, nucleares y muchas más, adscritas a la Federación de Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios (Fesebes), en protesta por la muerte de 67 mineros en los últimos dos meses: 65 en Pasta de Conchos, en San Juan de Sabinas, Coahuila, el 19 de febrero, víctimas de un "asesinato industrial por neglicencia" de Minera México y del gobierno de Vicente Fox, y dos más, el pasado jueves 20 de abril, en la Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas (Sicartsa), en Michoacán, asesinados por el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel y la Policía Federal Preventiva (PFP).
Bloqueos de carreteras
Para elevar su voz, los electricistas suspendieron actividades ayer en 465 oficinas de Luz y Fuerza del Centro en el Distrito Federal y en los estados contiguos a la capital del país, y durante casi 60 minutos bloquearon las carreteras federales a Cuernavaca, Toluca, Pachuca, Querétaro y Puebla, y las principales arterias de la ciudad de México.
Al mismo tiempo, los telefonistas suspendieron de manera parcial su trabajo de oficinas y talleres, sin interrumpir los servicios de comunicación y cobranza, mientras los afiliados al Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México cerraban todas las ventanillas de atención al público en la máxima casa de estudios y cortaban el flujo de automóviles en ambos sentidos de Periférico Sur, donde llevaron a cabo un mitin frente a la Secretaría del Trabajo y Presivisión Social para exigir la renuncia del titular de la dependencia, Francisco Javier Salazar.
En todos los puntos donde se realizó la demostración de fuerza, los oradores plantearon tres demandas: la dimisión de Salazar, que el gobierno federal deje de meter las manos en la vida interna del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, y que se castigue a los responsables de los decesos ocurridos en Sicartsa y Pasta de Conchos.
Al recordar que Felipe Calderón expresó su apoyo a quienes desataron la violencia policiaca contra los mineros de Michoacán -donde murieron dos y 40 fueron heridos-, Francisco Hernández Juárez vaticinó que "el PAN y su candidato (a la Presidencia de la República), que avaló el asesinato de los mineros, se van a arrepentir" el 2 de julio. "¡Ni un voto al PAN, ni un voto al PAN!", respondieron a coro miles de telefonistas congregados ante las oficinas de Telmex en la avenida Parque Vía.
A 300 metros de allí, frente el edificio de Luz y Fuerza del Centro, en Marina Nacional, la plana mayor del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) aclaró que la movilización no era "para defender a nadie", en alusión al líder charro de los mineros, Napoleón Gómez Urrutia. "Si es culpable, que el gobierno federal lo acuse penalmente, demuestre sus delitos y lo encarcele, nosotros no vamos a mover una pestaña por eso", afirmó Alfredo Soto, secretario de Propaganda del SME.
"Lo que no vamos a permitir es que Fox viole el convenio 187 de la Organización Internacional del Trabajo, que a la letra señala que 'las autoridades deberán abstenerse de intervenir en la vida interna de los sindicatos', porque eso es contra la Constitución". Y anunció que al término del paro, un contingente del SME marcharía a la Secretaría de Gobernación, a reiterar sus demandas a Carlos Abascal Carranza.
Mientras los líderes del gremio de electricistas hablaban bajo el puente de Marina Nacional, en el Circuito Interior, cientos de trabajadores bloqueaban el tránsito, provocando las quejas de miles de automovilistas y el revuelo de curiosos; un vendedor de sombreros de paja agotó su mercancía en pocos minutos, ayudado por la violencia del sol. En punto de las 13:25, los coches volvieron a circular y los manifestantes se apartaron gritando: "¡Fox, asesino, ni un voto al PAN!".
En esos momentos, muy cerca de allí, Hernández Juárez continuaba su arenga subrayando que "la torpeza de Fox y las provocaciones de Salazar adelantaron la unidad de todos los sindicatos del país, cinco años antes de lo previsto", y exhortó a sus compañeros a participar en la marcha del próximo lunes, del Monumento a la Revolución al Zócalo, a partir de las 10:30 de la mañana, en solidaridad con los mineros y con el paro que millones de migrantes mexicanos harán ese día en Estados Unidos.
Los ánimos estaban muy caldeados por la evidente indefensión de los mineros de base en todo el país cuando una columna del SME marchó por Sullivan, General Prim,Versalles, Atenas, Abraham González, Morelos y Bucareli, hasta la Secretaría de Gobernación, donde muchas gargantas corearon: "¡Asesinos, asesinos!", ante un camión de la PFP repleto de uniformados que portaban armas de fuego automáticas.
Pero cuando los electricistas pasaron por el cruce de Reforma y Sullivan, muchos miraron con sorpresa los cuerpos, flacos, morenos y desnudos, de los campesinos del Movimiento de los 400 Pueblos, tendidos sobre los prados del camellón, y no pocos desenroscaron la tapa de sus botellas de plástico y les echaron sobre la espalda un chorro de agua fresca, mientras los acostados respondían: "¡No están solos, no están solos!".