G-20 y el Grupo de Cairns coinciden en que debe avanzarse en comercio agrícola
Pende sobre la OMC nuevo fracaso
Calcula el Banco Mundial costo de tropiezo en 290 mil millones de dólares
Ampliar la imagen Manifestantes procedentes de diversos países protestan frente al ministerio de Comercio en Manila, Filipinas, contra las negociaciones de la Organización Mundial de Comercio Foto: Ap
Ginebra, 28 de abril. Después del enésimo tropiezo en las negociaciones sobre la reducción de barreras aduaneras en el mundo, el espectro de un fracaso de la Ronda de Doha pende de nuevo sobre la Organización Mundial de Comercio (OMC), mientras los países en desarrollo opinan que más vale un 'no-acuerdo' que un mal acuerdo.
El G-20 y el Grupo de Cairns han reiterado que, para un avance de la Ronda de Doha, es necesario que progresen las negociaciones sobre el comercio agrícola, principalmente la reducción del proteccionismo de países europeos con la aplicación de trabas a las importaciones y de subsidios a su producción.
Días antes del plazo del 30 de abril, los 149 países miembros de la Organización OMC ya reconocieron que no podrían respetar esta fecha que ellos mismos se fijaron el año pasado para llegar a un acuerdo sobre una reducción de derechos de aduana.
Varios ministros -entre ellos el canciller brasileño Celso Amorim- se reúnen este fin semana en Ginebra, sede de la OMC, para llevar a cabo reuniones bilaterales, aunque no se espera ninguna negociación real, según diplomáticos en la ciudad suiza.
Los derechos de aduana, punto crucial de la ronda de negociaciones lanzada a finales de 2001 en la capital de Qatar, amenazan con hacer fracasar unas negociaciones que imperativamente deben terminar a fines de 2006, con dos años ya de retraso sobre el programa previsto.
Económicamente, un fracaso haría perder al planeta esos 290 mil millones de dólares que -según el Banco Mundial- serían liberados por una baja generalizada de las barreras aduaneras.
Políticamente, un fracaso de Doha sería un duro golpe para la OMC, y una victoria para las fuerzas proteccionistas. En el congreso de Estados Unidos varias voces se elevan ya para dar prioridad a la 'vía bilateral' en las relaciones comerciales con otros países, en detrimento del sistema multilateral que encarna la OMC.
Pero después de más de cuatro años de conversaciones en la OMC persiste el nudo de las negociaciones sin que nadie haya sido capaz de deshacerlo: por un lado, los países en desarrollo exigen un mejor acceso para sus bienes agrícolas en los mercados de los países ricos; por el otro, estos reclaman aperturas para sus productos industriales y de servicios.
Esta exigencia rebela a India, uno de los principales negociadores, que recordó que la Ronda de Doha tuvo como principio fundador poner el comercio al servicio del desarrollo.
Sin embargo, el director general de la OMC, Pascal Lamy, aseguró que son los países en desarrollo los que más tendrían que perder en caso de un fracaso en las negociaciones. Instó a seguir negociando en las próximas semanas para poder cerrar a finales de año la Ronda de Doha, que debió concluir a finales de 2004.