Las imágenes provistas ayudarán a mejorar los modelos de predicción de fenómenos
Los satélites Calipso y Cloudsat ya están en órbita para estudiar el clima
Ampliar la imagen El cohete Boeing Delta II traslada los satélites Cloudsat y Calipso desde la base Vandenberg, de la Fuerza Aérea estadunidense, antes de su lanzamiento Foto: Ap
Washington, 28 de abril. Tras siete postergaciones por razones técnicas o meteorológicas, la agencia espacial estadunidense NASA logró lanzar al espacio los satélites Calipso y CloudSat, diseñados para mejorar el estudio del clima en la Tierra.
Con el estudio de las nubes que cubren el planeta, científicos de Estados Unidos, Francia y Canadá esperan develar los misterios de fenómenos atmosféricos aún enigmáticos, como los frentes fríos y las olas de calor, además de evaluar el impacto de la contaminación.
Diferentes problemas, desde el mal funcionamiento de las comunicaciones y defectos en un sensor de temperatura hasta la fuerza de los vientos, impidieron el lanzamiento de los minisatélites en siete intentos anteriores, desde el 21 de abril.
Los satélites fueron propulsados este viernes por un cohete Boeing Delta II desde la Base Vandenberg, de la Fuerza Aérea estadunidense, en California, a las 10H02 GMT, en la apertura de la ventana de lanzamiento de apenas un minuto, según imágenes transmitidas en directo por la cadena de televisión de la NASA.
Unos 15 minutos después del despegue, Calipso fue puesto en órbita a 705 kilómetros de altura, seguido por CloudSat, 30 minutos más tarde.
Proyecto conjunto
Calipso y CloudSat se unirán al equipo espacial franco-estadunidense de estudio atmosférico conocido como A-Train, cuyos tres primeros satélites ya están en órbita, y que contará con seis en total, tras el lanzamiento del Oco de la NASA, previsto para 2008.
Según la NASA, los instrumentos a bordo de Calipso y CloudSat proveerán imágenes en tres dimensiones de las nubes, y permitirán distinguir entre los aerosoles -finas partículas suspendidas en la atmósfera- y las precipitaciones.
"El conocimiento científico que emerja de tales observaciones servirá para mejorar los modelos que predicen el clima terrestre", dijo Ghassem Asrar, subdirector asociado de la NASA.
Las nubes son un importante regulador de la temperatura promedio del planeta. Algunas ayudan a enfriarlo al reflejar la energía solar, mientras otras contribuyen a su calentamiento, al contener parte de la energía que emite la superficie terrestre.
Mínimos cambios en la cantidad o ubicación de las nubes, afirman los científicos, podrían modificar el clima, inclusive más de lo que hacen los gases de efecto invernadero, generalmente asociados al calentamiento global.
Pero se sabe relativamente poco sobre cómo interactúan estos gases con la capa de nubes. Por ello, los investigadores esperan que los satélites arrojen información para averiguar si el efecto invernadero puede producir cambios en las nubes que modifiquen la temperatura global.
Desarrollado por la NASA y la agencia espacial francesa CNES, Calipso (Cloud-Aerosol Lidar Infrared Pathfinder Satellite Observations), de 585 kilogramos en el lanzamiento, posee una cámara y un sistema infrarrojo, y su duración de vida prevista es de tres años.
"Gracias a los instrumentos de observación ultrasensibles de Calipso llegaremos a una mejor comprensión de la circulación de los aerosoles y de la mecánica del clima", subrayó por su parte el principal científico de este satélite, David Winker, del centro de investigación de Langley, de la NASA.
CloudSat, de 848 kilogramos en el lanzamiento, es producto de la cooperación entre la NASA y la Agencia Espacial Canadiense.