La bailarina originaria de Sri Lanka se presentará hoy en la Casa del Lago

Sharmini enlaza el alma gitana con la espiritualidad del kathak

Con estudios en Holanda y Madrid, la artista descubrió que el flamenco y la cultura del norte de India tienen estrechos vínculos

"Demuestro que todos somos un mismo ser", dice la coreógrafa

JUAN JOSE OLIVARES

Kathak es una danza del norte de India, en la que la mitología y la filosofía hindúes se funden con la influencia musulmana. Una de las bailarinas de esta danza sacra es Sharmini Tharmaratnam, oriunda de Sri Lanka, avecindada en España, y quien ahora ha encontrado el puente que une a este baile con el flamenco -cuyo origen es esa región india- creando una fusión extraordinaria que demuestra que "todos somos el mismo ser humano", como comenta en entrevista.

Sharmini presentará algunas ejecuciones de kathak este sábado a las tres de la tarde, junto con algunas alumnas mexicanas que asistieron a un seminario en la Casa de Lago del Bosque de Chapultepec, donde ejecutarán este arte, el cual lleva un estudio de gran disciplina, y que ahora, inclusive, alcanza el nivel de doctorado. También realizará otra presentación el siguiente sábado, en el Antiguo Colegio del Arzobispado, en el Centro Histórico.

"Hay siete danzas clásicas en India. Todas se basan en una escritura antigua del siglo II. Kathak es una de éstas, y es una ofrenda a los dioses, a la mitología", explica Tharmaratnam, quien estudió Bellas Artes en Holanda. Después de haber tomado clases de Bharata Natyam en Holanda y Madrid, se concentra en la danza flamenca para preparar la tesis de sus estudios sobre el vínculo que tienen los gitanos españoles y la danza flamenca con la cultura del norte de India.

Transición

Con el interés de descubrir las semejanzas e investigar más sobre su propio origen, Sharmini estudió kathak en Nueva Delhi, bajo las enseñanzas de Rajendra Gangani, quien la invitó a añadirle elementos de la danza flamenca, creando así su propia fusión. Estos estudios la han llevado a realizar trabajos de fusión con el flamenco, de danza clásica en su forma más auténtica, y también otros mucho más experimentales.

"Kathak pasó del templo a los palacios mongoles; se hizo una danza de Corte. Ahora se hace como algo más escénico.

"Tiene influencia popular, pero sigue siendo para los templos. Yo estaba obligada a hacer la fusión porque vivo en España y allí no hay músicos de India, pero encontré la forma de bailar kathak con músicos de flamenco. Las fronteras están abiertas y la gente necesita investigar y hacer otras cosas."

No considera que se profane, porque "el kathak lo llevo dentro; pero al principio tenía miedo: esperaba que ningún indio me viera y quisiera hacerme algo".

El bailarín de kathak se expresa golpeando rítmicamente los pies, a los que van atados unos cascabeles con los que se reproduce el ritmo de la percusión, haciendo señas con las manos (mudras), giros rápidos y gestos. La música tiene como base el ritmo de la percusión, que elabora secuencias que pueden ser reproducidas por la voz y tienen su correspondencia en las posturas de la danza.

"Desde pequeña me identifico con los pueblos nómadas, por eso fui a España a estudiar sobre los gitanos, y el kathak tiene que ver con ellos. Lo que es importante en la danza kathak es el zapateado, pero sin zapatos (antiguamente los gitanos bailaban en las cuevas sin zapatos). La colocación de voz, el quejido, las tonalidades", asegura la coreógrafa.

Sharmini ha dado clases de kathak a niños gitanos de los barrios de Granada y de Mallorca, resultando en espectáculos de fusión. Ha trabajado con la compañía de Blanca del Rey y ha dado clases a la compañía de Antonio Canales.

Su trabajo en España es bailar kathak sobre compases y música flamenca, y participar en proyectos de esa danza tradicional. Es coreógrafa y compone sus piezas.

Actualmente trabaja en Barcelona con un grupo de fusión llamado Savitri. Pero también trabajó con el grupo Radio Tarifa.