¿Subir a un avión? Nunca, ¿pos cuándo?
Ejido de Jalpa, Municipio de General Cepeda, Coah., 6 de mayo. A doña Francisca Maldonado Corpus, de 59 años, madre de familia y ama de casa, le emociona saber que será operada de sus ojos en Cuba y dejará los lentes que ya de poco le sirven.
"En Saltillo me los dieron, pero nunca me han dicho qué tengo, nada más que cada año tengo que cambiarlos, aunque a veces no lo hago porque... pos cuesta", comenta.
-¿Nunca le dijeron que su problema puede resolverse con una cirugía?
-No. Nos sorprendió bastante que los de Cuba nos vengan a ayudar porque en los lugares apartados uno no se imagina que lleguen los apoyos", dice la habitante de este ejido de Coahuila.
-¿Y ya está lista? ¿Ya se ha subido a un avión?
-No, nunca, ¡imagínese!, Toda la gente de acá ¿pos cuándo? Una señora me dice: "¡Ay, nomás oí que iremos en avión y el corazón como que se me apretó! Pero no creo que pase nada, me echo un chiclito o un dulcecito y a la hora del desprendimiento (despegue de la aeronave) ¡pues apretamos el chicle o el dulce!
Alfredo Valadez, corresponsal