No sé con quién tendremos nexos el 1º de diciembre
Cada viaje de Vicente Fox significa pleito: Madrazo
Ciudad Juárez, Chih., 12 de mayo. Cada viaje internacional del presidente Vicente Fox significa "confrontación, pleito", afirmó Roberto Madrazo en torno al nuevo diferendo del mandatario con su igual de Venezuela, Hugo Chávez, y exclamó con sorna: "no sé con quién vamos a tener relaciones (diplomáticas) el 1º de diciembre".
En tres días el tabasqueño tuvo su segundo acto de carácter religioso. Reunido con evangélicos, el tabasqueño se declaró defensor del Estado laico, aunque citó un pasaje de la Biblia para decir que "Dios pone y quita reyes", y acompañó en sus oraciones a sus simpatizantes.
Apenas el miércoles pasado, el candidato de la Alianza por México participó con católicos en el Día de las Madres, y este viernes hizo breve mención de las sagradas escrituras ante integrantes de la asociación de Laicos Evangélicos, cuyo líder se enorgulleció de que existen 20 millones de fieles en el país y 250 mil en la entidad, pero sólo consiguió congregar a 20 personas en el encuentro con el tabasqueño.
Al día siguiente de haberse referido por primera vez al tema de la derrota, señaló que, a diferencia de sus contrincantes, no recurrirá a los tribunales o a las calles para defender los resultados del 2 de julio, porque la victoria se defiende en las urnas y "no se arrebata".
En el cierre de su gira por la entidad que inició ayer, el tabasqueño tuvo una apretada agenda que incluyó reuniones con directivos de medios de información y líderes priístas, así como un mitin en el estadio Nuevo Milenio.
También visitó una maquiladora de arneces automotrices, donde se encontraba Héctor Barrio, hermano del panista Francisco Barrio, quien acudió en representación de industriales de este ramo; pero la mayoría de los reporteros fue excluida de este recorrido.
Temprano, Madrazo rechazó el llamado de Felipe Calderón a firmar un pacto de civilidad entre los candidatos para evitar agresiones, porque -dijo- el presidente Fox aún no garantiza condiciones de equidad en la contienda electoral y sigue siendo el jefe de campaña del panista.
Criticó la política exterior del gobierno al señalar que cada día, cada viaje del Presidente significa una confrontación. "Creo que con la confrontación provocada hacia el interior de México es suficiente como para andar peleándonos afuera".
Pero señaló que es natural, porque representa el reflejo de la política interior de esta administración, que se ha distinguido por ser de "confrontación, de pleito, de una imagen muy negativa para México".
En relación con los señalamientos de Andrés Manuel López Obrador de que le gustaría que el escritor Carlos Monsiváis se encargara de la cultura del país, Madrazo deslizó que él no lo invitaría.
Declaró que respeta al autor, pero consideró que "hay muchas personas más talentosas que el maestro Monsiváis" para ese cargo.
Durante su encuentro con la militancia del estado escuchó de todo, el reclamo más fuerte fue el de Javier Escareño Cortés, quien pidió que se ponga fin a la discriminación y pobreza en que viven los discapacitados.
En esta semana los actos de Madrazo han tenido tintes de religiosidad. Cumplió con lo que se ha vuelto visita obligada de los candidatos en las entidades y se entrevistó durante 40 minutos con el obispo de Ciudad Juárez, Renato Ascencio León.
Luego tuvo un singular encuentro con la comunidad evangélica juarense. En el salón de fiestas Mediterráneo una veintena de personas lo recibió con los acordes de un mariachi cristiano. Pese a la escasa concurrencia, el dirigente de la Asociación de Laicos Evangélicos de México, Salvador Barbosa, calificó el acto de "histórico", y ofreció al priísta millones de potenciales votos de evangélicos.
A cambio le pidió asumir un pacto y leyó una retahíla de peticiones -algunas al margen de la Constitución- como donar terrenos públicos para construir templos, incluir en la administración pública a fieles del pueblo evangélico y respaldar la educación cristiana apoyando la creación de escuelas y universidades cristianas.
Barbosa lanzó una "alerta" ante el surgimiento de fuerzas ajenas al interés nacional, tanto de la "extrema derecha como la izquierda beligerante y recalcitrante".
Como Madrazo habló antes ya no aclaró públicamente si estaba de acuerdo con este pacto, pero tampoco tuvo empacho en hablar en los términos cristianos. "Estoy seguro de lo que señala la escritura está puesto ahí: dice que 'Dios pone y quita reyes'", señaló en su discurso.
Con lenguaje ambiguo se comprometió a avanzar mucho más "en la posibilidad real de difundir nuestra libertad religiosa, para que podamos tener este Estado laico, tolerante de todos los credos", y prometió regresar a Benito Juárez a Los Pinos.
Al final, el pastor Julián Ibarra pidió permiso para orar por Madrazo y le dio una instrucción a él y a sus acompañantes, los candidatos priístas al Senado, Fernando Baeza y a diputada federal, Lilia Morobio.
"Cierren los ojos, inclinen la cabeza, porque Dios exalta a los que se humillan. Si quieren ser grandes por bien de este país precioso sean humildes delante de Dios y oraremos. Levanten las manos en fe", pidió.
Madrazo medio inclinó la cabeza y escuchó cómo el evangélico pedía a Dios que lo ayudara a alcanzar su meta de ser Presidente de la República y le otorgara sabiduría y gracia para gobernar el país.
Cuando el hombre remató su oración con un amén, el abanderado apenas movió los labios.