CUMBRE UE-LATINOAMERICA
Condiciona Bolivia la entrada de Brasil al megaproyecto del gasoducto del sur
Brasilia amenaza con retirar a su embajador en La Paz
Cuestionan la diplomacia de Lula
Ampliar la imagen En canciller brasileño, Celso Amorim Foto: Ap
Ampliar la imagen El secretario general de la ONU, Kofi Annan; el comisionado europeo, Jos� Manuel Barroso, y el presidente de Bolivia Evo Morales, ayer en Viena FOTO Ap
La Paz, 12 de mayo. Bolivia no será parte del megaproyecto sudamericano del gasoducto del sur si el capital privado continúa controlando la mayoría accionaria de la estatal brasileña Petrobras, aseveró el ministro boliviano de Hidrocarburos, Andrés Soliz Rada, cuyo pronunciamiento fue rechazado de inmediato por Brasil.
El canciller brasileño, Celso Amorim, desde la cumbre eurolatinoamericana en Viena, Austria, advirtió de un posible retiro del embajador de su país en La Paz, si no se llega a un acuerdo en cuanto a la petrolera.
Subrayó que para que se concrete esa propuesta "necesitamos que las empresas que participan en el gasoducto sean estatales", en relación con la iniciativa impulsada y delineada por el presidente venezolano, Hugo Chávez, que quiere interconectar Brasil, Bolivia, Argentina y Venezuela.
Durante una comparecencia ante el pleno de la Cámara de Senadores sobre el decreto de nacionalización de los hidrocarburos, Soliz Rada indicó que no se pueden realizar grandes inversiones para beneficiar a petroleras trasnacionales socias de la empresa brasileña que poseen 60 por ciento de las acciones, contra 40 por ciento del Estado brasileño.
"La articulación de empresas del Estado de todos nuestros países nos daría la posibilidad de disputar y pelear en mejores condiciones esas disputas que tenemos ahora los países coloniales y semicoloniales, que es el excedente económico", agregó.
"Esto no es ningún ataque ni mucho menos. Todo lo contrario, la reunión de ayer -entre funcionarios brasileños y bolivianos y ejecutivos de las petroleras de ambos países- sirvió para demostrar cómo Bolivia ha logrado que una empresa tan poderosa como Petrobras y un gobierno tan fuerte como el de Brasil reconozcan la soberanía y el derecho del pueblo boliviano a recuperar sus hidrocarburos", destacó Soliz Rada
Añadió que "esto nos da un clima de gran relación, para lograr acuerdos futuros". Pero, insistió en que ahora hay un "gravísimo problema" con Petrobras por los capitales extranjeros que posee, por lo que estimó que el gobierno del presidente Evo Morales no dará su autorización en esas condiciones.
Pero el ministro brasileño de Exteriores, Celso Amorim, respondió de inmediato desde Viena que sin la petrolera Petrobras no habrá gasoducto del sur. "O entonces -el gasoducto- tendrá que dar una vuelta tan grande que se convertirá en el gasoducto del oeste", ironizó, señalaron agencias de prensa.
Amorim quien expresó la víspera su molestia e "indignación" por declaraciones de Morales sobre operaciones ilegales de la petrolera en Bolivia, advirtió ahora que su país podría retirar al embajador en Bolivia, Antonio Mena Goncalves, si fracasa el diálogo bilateral en materia de operación y venta del gas.
El ministro brasileño de Minas y Energía, Silas Rondeau, aseveró a su vez que son legales los contratos firmados por Petrobras en Bolivia, al reafirmar declaraciones en el mismo sentido de Amorim.
El ministro boliviano de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, tuvo que salir al paso de lo anterior al señalar que las declaraciones de Evo Morales sobre supuestas prácticas ilegales de Petrobras fueron "malinterpretadas". Sostuvo que Morales se refería a 72 contratos ilegales que 20 petroleras foráneas operaron en Bolivia entre 1997 y 2005 bajo una ley de privatización.
Sin embargo, Morales atizó la crisis en esas declaraciones contra Petrobras al sacar a relucir el estado brasileño de Acre, que los bolivianos perdieron en 1903, cuando dijo que "los brasileños cambiaron ese territorio por un caballo" y que con su gobierno y la lucha de los pueblos indígenas no ocurrirá eso.
Reportes de las agencias internacionales citaron que medios brasileños aseguran que la leyenda de los caballos surge porque el Barón del Río Branco, artífice del acuerdo, envió dos caballos blancos a Bolivia para celebrar el pacto.
Prácticamente todos los medios de prensa brasileños reaccionaron con tintes nacionalistas y cuestionaron la eficacia de la diplomacia del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva. O Globo, por ejemplo, destacó que "Morales se radicaliza contra Brasil y preocupa a Lula", otros dijeron que Evo ataca a Brasil y acusa a Petrobras de contrabando, o que se afrenta a Brasil y Lula calla.
El ex presidente brasileño José Sarney acusó a Morales polemizar con Brasil con fines electoralistas de cara a la constituyente en su país el 2 de julio, y comparó este modo de hacer política con los militares argentinos que lanzaron la guerra de las Malvinas en 1982 para lograr apoyo interno.
Por lo demás, dijo que el estado brasileño de Acre fue adquirido a estadunidenses e ingleses por conducto de Bolivian Syndicate, a quienes los bolivianos habían entregado ese territorio de 152 mil 581 kilómetros cuadrados.
Por otra parte, el ministro Soliz Rada al referirse a la venta de gas a Chile, apuntó que mientras el tema del mar esté pendiente el gobierno conservará el gas natural como elemento de presión. Bolivia mantiene un diferendo con Chile al buscar recuperar una salida al Pacífico, tras perder sus territorios con ese país a fines del siglo xix.
Líderes de oposición y empresarios bolivianos se dijeron preocupados por las declaraciones de Evo Morales en Viena, sobre todo en relación con el estratégico sector de los hidrocarburos, al señalar que está poniendo en duda la seguridad jurídica del país. Los empresarios pidieron una "buena" negociación con las 70 petroleras que hay en el país desde hace 10 años.
Parlamentarios del opositor partido Poder Democrático Social criticaron las declaraciones de Morales contra las petroleras trasnacionales. Rodrigo Ibáñez, diputado, y William Cardozo, senador de ese partido, señalaron que esas afirmaciones dificultan las negociaciones con las empresas afectadas por la nacionalización, y afirmaron que Morales está "mal asesorado", por lo que debe hacer cambios en su gabinete.