DISQUERO
El caso Salieri
Al igual que Magdalena Kozena, la soprano romana Cecilia Bartoli encanta al mundo con su conjugación feliz de belleza física y belleza canora. Su más reciente grabación que llega a México es un álbum pleno de esplendor y de belleza por doquier: The Salieri Album (Decca), una suerte de reivindicación tardía del trabajo realizado con ahínco y hondura por el compositor italiano Antonio Salieri (1750-1825) que pasó a la historia de una manera triste, por su debilidad mayor, el feo y autodestructivo sentimiento de la envidia, y no por su grandeza musical, que la Bartoli despliega en 13 arias, la mayoría de ellas en estreno mundial, aunque parezca increíble, gracias a la edición crítica que preparó para este álbum el especialista Claudio Osele, quien escribe un ensayo amplio en el libro (ilustrado con fotos espléndidas de la bella Cecilia y de esculturas eróticas del clásico italiano Antonio Canova) que envuelve a este disco, pero ese escrito ignora por completo el asunto de todos conocido, que sí aborda Cecilia en una breve nota en la contraportada: ''Descubrir las óperas de Antonio Salieri ha sido para mí una gran experiencia. Espero que este disco ayude a Salieri a emerger de la sombra de Mozart y finalmente se le conceda el lugar que merece".
Y es que en efecto, la fama pública de Salieri, agigantada por el exitoso filme de Milos Forman, Amadeus, lo pinta como un pobre diablo atormentado por la envidia que sentía debido al éxito de Mozart, imagen que ya había explorado el dramaturgo ruso Pushkin en una pieza teatral también clásica.
En estas arias, extraídas de entre lo mejor de sus 39 óperas, se muestra el talento de Salieri, aunque la comparación resulte inevitable con el genio mozartiano, sobre todo en los esfuerzos de aquél por ahondar en la puesta en sonidos de la naturaleza humana, que es la especialidad de Mozart. Sin duda un documento fundamental este rescate de Salieri.