ASTILLERO
Voto del extranjero
De Irak, a la frontera
Gasolina gringa al fuego
Crispar, angustiar
EL BONDADOSO SEÑOR de la Guerra está por anunciar hoy por la noche (en un discurso "a la Nación") el envío de elementos de la Guardia Nacional a la frontera con México. De confirmar la decisión que ya su gente cercana ha filtrado a los medios, el Amigo George lo hará con ánimos de camarada, no de pleito, según comentó ayer al capataz del traspatio sureño (un señor alto, de bigotito, que viaja por el extranjero acompañando a su esposa, al hijo de ésta y a los ayudantes de ella), que, explicablemente acomedido, se desmañanó en domingo para preguntarle al patroncito texano qué decisiones había tomado respecto a los linderos del corral sureño.
EL PACIFICO SEÑOR Bush le hizo saber a míster Fox -según la versión de éste- que no estaba pensando en militarizar la contigüidad con México sino, simplemente, que la Guardia Nacional diera "apoyo administrativo y logístico a las policías en la zona fronteriza". No especificó el compasivo mandatario gringo cuántos efectivos de la citada guardia dejarán de dar asesoría en Irak para trasladar sus servicios de ayuda espiritual a la línea divisoria con México, ni la intensidad y capacidad de fuego que esas blancas palomitas internacionales podrán desplegar contra los infieles que en su mayoría son de piel morena. Eso sí, el siempre colaborador Vicente se quedó bien apaciguado con las sedantes palabras de George. En el boletín de prensa que Los Pinos emitió para dar cuenta del heroico lance telefónico del ex gobernador guanajuatense se consignó como dato especial el hecho de que la llamada de larga distancia internacional duró media hora (¡oh, cuán importante es el presidente mexicano!).
EL GRUESO DE LOS mexicanos, desde luego, bien sabe que su desdibujado presidente ha abierto como nadie las puertas al intervencionismo gringo, sobre todo a partir de que los ataques a las Torres Gemelas dieron a la Casa Blanca el argumento necesario para abatir cualquier asomo de legalidad, instaurar el espionaje indiscriminado y atropellar pretensiones de soberanía de algunas naciones. La administración Fox ha cooperado de excelente gana con los planes gringos de supuesto combate al terrorismo, permitiendo la intromisión de agentes extranjeros en los aeropuertos y colocando a las instituciones nacionales al servicio de los proyectos del imperio vecino.
PERO EL AMAGO BELICO en la frontera se inscribe además en el contexto de la política del miedo que con asesoría de extranjeros se desarrolla a unas semanas de las elecciones. Instalar "bases de apoyo" de la Guardia Nacional en la frontera es una manera de advertir a los votantes mexicanos (a quienes votarán desde fuera del país, pero en especial a los familiares que han quedado acá) que la relación con Estados Unidos se puede complicar peligrosamente si el próximo 2 de julio se elige un presidente que no se entienda con el poder gringo o sea mal visto por él.
La militarización de la frontera es también un paso adelante en el libreto de crispación y angustia que los estrategas electorales trasnacionales han diseñado. Si en el contexto del Jueves de Atenco se produjeron escenas que hicieron recordar la prisión de Abu Ghraib, ahora con la Guardia Nacional podría acelerarse la percepción de que el país va tan mal que los presuntos salvadores históricos del mundo podrían decidirse a cargar contra los vecinos incivilizados para rencauzarlos y dar viabilidad a la "democracia" en riesgo.
WASHINGTON, DESDE luego, también vota. Normalmente lo hace mediante los representantes nativos en materia comercial y empresarial y los comisionados permanentes que tiene en la política mexicana (místeres Fox y Derbez, por ejemplo). Pero, ante las difíciles circunstancias nacionales, que requieren de más aplicación e imaginación, la Casa Blanca (es decir, el Pentágono; es decir, los consorcios que se encargan de los negocios de los energéticos, las armas, la salud y las finanzas) parece dispuesta a intervenir en el proceso electoral mexicano con las armas en la mano.
ASTILLAS: El cantante Pedro Fernández y los grupos Kumbia Kings y Sonora Dinamita demostraron el gran poder de convocatoria de Felipe Calderón en Monterrey, donde éste volvió a lanzarse contra los violentos -no es un grupo musical- y los promotores del odio y el rencor -no es bolero de Paquita la del Barrio-... El candidato del PRD -y satélites plurinominales con los que forma una alianza- se lanzó contra los candidatos pirrurris de la derecha -o sea, Luis de Alba pero en versión Chapelén, es decir, chaparrita, pelona y de lentes- y criticó que entre la miseria mexicana haya cuartos lugares de riqueza mundial (todo ello mientras sus asesores le programaban la próxima reunión con Carlos Slim)... Roberto Madrazo elogió por su parte la "mano firme" de Enrique Peña Atenco, perdón, Nieto, a quien el priísta pretende elevar a la categoría de ejemplo nacional de firmeza en la aplicación de la ley (sobre todo, en cuanto a Arturo Montiel y el saqueo del erario de esa entidad tanto para fines familiares del ex gobernador como para financiar la campaña y la imposición electoral del mencionado Quique Piñas)... Luis Téllez, representante en México del Grupo Carlyle, sombría firma trasnacional de negocios estratégicos, participó en Guadalajara en un foro calderonista sobre política exterior. Además del ex secretario de energía del gobierno de Ernesto Zedillo, y gran amigo de Eduardo Medina Mora, actual secretario de represión pública, asistieron los empresarios Juan Gallardo y Manuel Arango y varios ex colaboradores de Jorge Castañeda en Relaciones Exteriores... Y, mientras monseñor Abascal asegura que toda violación a los derechos humanos será castigada (aunque no explicó si en esta vida o en la otra), ¡hasta mañana, en esta columna globalizada que ve en Brasil el ataque sincronizado de grupos criminales inconformes con decisiones de las autoridades penitenciarias!
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