Pobreza de mentores e ínfimo nivel académico, saldos de De la Madrid a Fox
Reprueban maestros los 24 años de neoliberalismo impuestos al país
"En 75 Elba Ester tenía vochito y yo era peatona; hoy ella tiene edificios y yo sigo a pie"
Ampliar la imagen Aspecto de la marcha de maestros agrupados en a Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación hacia la Secretaría de Gobernación, en mayo de 2005 Foto: Guillermo Sologuren
Cuentan que de Miguel de la Madrid hasta el presidente Vicente Fox, han sido despojados de su vocación principal de maestros para convertirse a ratos en taxistas, meseros, veladores, siempre con la angustia de no tener ni para acabar la quincena, al grado de que muchos entran al mercado negro de la compra de préstamos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, mientras que sus escuelas no están mejor que ellos, pues el gobierno ya ni siquiera proporciona las escobas para la limpieza y, cuando hablan de sus estudiantes, lo hacen con impotencia porque muchos "ya se fueron a Estados Unidos".
Esto es lo que le han hecho los gobiernos neoliberales al magisterio: la renuncia de la responsabilidad del Estado a la educación. Sus efectos, dicen los docentes, saltan a la vista: en el aspecto educativo, las cosas no son mejores, porque los programas están "organizados maquiavélicamente para que el alumno sea mano de obra calificada" y, en el laboral y salarial, las cosas no son mejores porque existe una "debacle".
Con base en diversos estudios, Marcos Tello, responsable del Centro de Investigación Educativa de la sección 18 de Michoacán, recuerda que en 1976, el pago equivalente a tres salarios mínimos representaba la cantidad de 160.77 pesos diarios y hoy equivale a 33.3 pesos. "Luego entonces puede entenderse porqué los maestros buscan la doble plaza y otros trabajos alternos: taxista, agricultor, albañil, migrante, entre otros".
La maestra Dolores Moncayo González, con 32 años de servicio, advierte que la política neoliberal se ha valido de un discurso "hipócrita" para aparentar que el sistema educativo del país ha avanzado. Ahora, con el foxismo, se habla de Escuelas de Calidad, de Enciclomedia, de la Reforma a la Educación Secundaria, pero el hecho es uno: "Vicente Fox ha reforzado el charrismo sindical de Elba Esther Gordillo", lo que ha tenido las consecuencias más "nefastas" para todo el sector.
Por ello, sólo un puñado de maestros en este 15 de mayo -los beneficiados de ese corporativismo- tendrán algo que celebrar: "El disfrute del botín del escalafón, la venta de los derechos de los profesores, las cuotas sindicales que les roban a los demás, las canonjías del gobierno de la derecha hacia Elba Esther Gordillo", afirma por su parte, el maestro Sócrates Pérez.
Todavía a finales de los 70, narra con nostalgia el profesor guerrerense Lucio Justo Hernández, quien ahora tiene que "dobletear" en una primaria y en una telesecundaria del estado de México, "el salario alcanzaba para vivir con una sola plaza. Se podía comer, vestir y hasta asistir a algún evento recreativo; pero en los 80 el poder adquisitivo del salario ya no fue el mismo, hubo una distancia tremenda".
Fue cuando tuvo que trabajar de velador en una vinatería y también en una escuela particular para "completar para la comida y la renta". Hoy cobra un sueldo de 2 mil 500 pesos quincenales en la secundaria técnica José Vasconcelos y aunque tiene plaza en una primaria "el salario es insuficiente con cuatro hijos que tienen que comer, vestir e ir a la escuela".
La profesora Moncayo afirma que los apremios económicos con que viven los maestros es tal, que muchos tienen que recurrir al "mercado negro de la compra de hojas rojas del ISSSTE para que te presten seis meses de salario".
Estos préstamos complementarios -que son ofrecidos a los mentores mediante "una red de corrupción en la que participan los representantes sindicales y las autoridades del ISSSTE"- en el magisterio "han tenido un éxito rotundo", expresa.
Pero esto ocurre, añade, porque ya no alcanza ni siquiera para vivir modestamente, como en los años previos a estos gobiernos neoliberales. Hoy día, si los docentes no tienen una doble plaza, su opción, en el caso de los hombres, es ser taxista y, en el de las mujeres, contratarse como meseras y taquilleras en el Metro. También hay trabajos en grupos musicales, donde los mentores se integran a las tareas de seguridad, lamenta.
La verdad, dice, es que la mayoría está asfixiado por los préstamos, otros por tarjetas de crédito saturadas a las que tuvieron que recurrir por no tener otro medio para resolver en su momento las necesidades básicas.
Esclava del reloj para llegar antes de la 7 de la mañana a una escuela y estar por la tarde en otra, la profesora habla de las condiciones en las que imparte clase. En una de sus escuelas, la Doctor José María Luis Mora, Tlalnepantla, estado de México, los niños y ella tienen que andar corriendo dentro del salón con todo y mesabancos para escapar de las goteras.
"Son cinco aulas con el techo de lámina podrido que se tienen que cambiar, pero nadie se hace responsable. Se han hecho peticiones y peticiones y no pasa nada. En mi salón son ocho goteras; no sé a los demás de a cuántas les toque."
Sócrates Pérez, con 30 años de servicio, asegura que la Secretaría de Educación Pública (SEP) "ya no da ni siquiera los gises, las escobas y los trapos para la limpieza".
El gobierno se ha deslindado de sus obligaciones básicas y, aunque en el discurso se dice que los padres no están obligados a dar cuotas porque son voluntarias, la realidad es que de ellas dependen cosas fundamentales de la escuela. Ahora, hasta "cubetas para echar agua a los baños tenemos que comprar", agrega.
El profesor se levanta antes de las 5 de la mañana para llegar a las 8 a la telesecundaria Emiliano Zapata, en Tlapala, municipio de Chalco. Comenta que en estos últimos años, el efecto de la política neoliberal no sólo lo han sentido los maestros y las escuelas, sino los alumnos y sus familias: "Gran cantidad de estudiantes, junto con sus papás se han tenido que ir a Estados Unidos".
Esto echa abajo la famosa "modernización" de la educación de la que se han ufanado los gobiernos de Miguel de la Madrid hasta Vicente Fox que, por otra parte, sólo han servido para "incentivar la corrupción" y hacer maestros "de primera hasta quinta categoría", opina el profesor Lucio Justo Hernández.
Con el llamado Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica de 1992, impuesto durante el gobierno de Carlos Salinas, se impulsan cuestiones como la carrera magisterial y la capacitación que aparentemente beneficiaría tanto la formación como el salario de los profesores. Pero en los hechos, esto sólo ha servido para "la promoción de la gente cercana a Gordillo", indica.
Así, sin recibir buena capacitación, con salarios que los arrojan a otras ocupaciones, con una vida sometida al estrés y sin ningún aliciente para mejorar -a no ser que entren en la red de "prebendas y corrupciones"- los resultados educativos están a la vista: "un bajo aprovechamiento de los alumnos", mostrado ya en las evaluaciones internacionales, donde México aparece en los últimos lugares, comenta el maestro Sócrates Pérez.
Dolores Moncayo evoca un recuerdo personal para dar cuenta del "progreso" de la mayoría de los profesores en estos años: "Cuando yo trabajaba en Neza, en 1976, Elba Esther tenía un vochito y yo era peatona. Ahora anda en yates, en aviones, tiene edificios y yo sigo siendo peatona".