CIUDAD PERDIDA
Distrito Federal: campañas que no prenden
Muchos panfletos, pocas ideas
Adinamia electoral de candidatos
LAS CAMPAÑAS por la jefatura de Gobierno del Distrito Federal entraron ya en su etapa final, sin que por el momento levanten mayores comentarios.
ESTO SE sabe, desde luego, porque los panfletos televisivos de unos y otros se han disparado, pero nunca porque exista entre los contrincantes un juego de ideas que permitan saber, bien a bien, cuál será el rumbo que tome el gobierno en manos de cualesquiera de ellos.
DESDE LUEGO se podría adivinar qué trae entre manos cada uno de ellos, con sólo tomar en cuenta a los partidos que abanderan, aunque no sería lo más justo, cuando menos para las plataforma de sus organizaciones.
LA CIUDAD de México ha decidido, desde hace ya buen tiempo, por dónde quiere caminar, pero según nosotros, ninguno de los candidatos actuales es garantía de que el camino hasta ahora recorrido no se tuerza, porque ninguno parece imbuir en su discurso el ánimo de dar el siguiente paso.
EMPECEMOS POR los imposibles. Por el Panal hace la lucha un muchacho con cierto éxito en el negocio de los restaurantes, que más que tener una idea de lo que significa la lucha política, compró un capricho y disfruta de él con un discurso neoliberal caduco.
ALBERTO CINTA tiene poco más de 30 años, pero sus dichos son tan viejos, tan manidos, que le hacen perder la frescura que corresponde a su edad y lo clavan en alguna página de archivo; no obstante, lanza disparates con tanta seguridad que hasta resulta chistoso.
POR SU lado, el tránsfuga Demetrio Sodi promete rebasar rápido al partido que siempre deseó (el PAN), para convertirse en la derecha de la derecha, tanto así que los azules lo ven con bastante desconfianza, y si no fuera porque tienen claro que no pueden ganar la ciudad, nunca lo hubieran aceptado.
PERO TAMPOCO parece aceptarlo la ciudadanía. Sodi se ha convertido en el símbolo de la desconfianza. Ni sus mentiras sobre la situación de la ciudad, ni sus campañas televisivas, bastante costosas, por cierto, han permeado en una población que simplemente no le cree nada.
TAL VEZ la campaña más interesante de todas sea la de Beatriz Paredes. Reuniones en corto con distintos grupos de la población, giras discretas sin grandes promesas, pero la señora carga el pesado fardo del PRI.
PAREDES PARECE que tampoco tiene oportunidad de ganar la capital, pero su lucha y tal vez error más grande sea ir en paralelo con la candidatura de Roberto Madrazo, es decir, competir al mismo tiempo, porque eso la marca y le resta oportunidades.
MUCHA GENTE, dentro y fuera del PRI, recuerda su confrontación con Madrazo por la presidencia de ese partido y nadie, o casi nadie, le perdona que hubiera abdicado a una postura política que en aquellos momentos fue bien aceptada.
MARCELO EBRARD arrancó con toda la ventaja que le produjo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El reconocimiento de la gente al gobierno del actual candidato a la Presidencia de la República por el PRD lo lanzó a la contienda con una ventaja enorme, que aún no ha perdido.
PERO EBRARD decidió mantenerse en las sombras de esa ventaja. La prueba más difícil la pasó en la contienda interna por la candidatura y de allí en adelante a lo más que ha llegado es a pagar buenas sumas de dinero por mirarse en el espejo de la televisión.
ASI, LA carrera por la jefatura de Gobierno, en la que no han estado ausentes las descalificaciones, ha sido hasta ahora descolorida. En ningún lado se habla con entusiasmo. No hay controversia, no existe una propuesta que cale, no hay casi nada, podríamos decir, pero aún faltan algunos días y tal vez, ¿por qué no?, los candidatos, pese a todo, le pongan algo de sal a este desabrido proceso político capitalino.