Es necesario enviar el mensaje de que nuestra frontera está cerrada, dicen legisladores
Nuevos muros y barreras reforzarán la militarización impuesta por Bush
''Buenas bardas hacen buenos vecinos'': senadores tras recibir el visto bueno de la Casa Blanca
Ampliar la imagen Manifestación pro migrantes, ayer en Washington Foto: Ap
Nueva York, 17 de mayo. Con el visto bueno de la Casa Blanca, el Senado aprobó hoy una propuesta -dentro del proyecto de reforma migratoria- para construir cientos de kilómetros de nuevos muros y ''barreras'' en la frontera con México.
La medida aprobada es para construir 370 millas de cercado triple, además de 500 millas de algo llamado ''barreras vehiculares'' en la frontera sur, en lo que fue un triunfo para los legisladores conservadores al avanzar el contencioso debate sobre la reforma migratoria en la Cámara alta.
Jeff Sessions, senador republicano que patrocinó la enmienda sobre las barreras fronterizas, declaró que es necesario ''enviar un mensaje al mundo de que nuestra frontera no está abierta, está cerrada''. Además, empleó la famosa frase del poeta Robert Frost para promover su iniciativa: ''Buenas bardas hacen buenos vecinos''.
''Algunos lugares van a necesitar cercas''
El nuevo vocero de la Casa Blanca, Tony Snow, respondió hoy a medias a preguntas sobre si el presidente George W. Bush apoya la enmienda de ley para las barreras fronterizas, al declarar que ''algunos lugares van a necesitar cercas''.
Richard Cheney ya había revelado el apoyo de la Casa Blanca a un muro parcial. Ayer, en entrevista con el locutor de radio ultraconservador Rush Limbaugh, el vicepresidente afirmó que Bush ha ''dado seria consideración'' a la construcción de muros en partes de la frontera sur. ''Donde sea apropiado, tienen sentido cercas o barreras de seguridad'', comentó, aunque rechazó la idea de un muro a lo largo de la frontera.
Cheney participa en la ofensiva política que el presidente Bush y su equipo realizan en varios frentes para promover esta reforma limitada, lo que se ha convertido en una de las iniciativas políticas de mayor prioridad para el mandatario, y en la que está apostando casi todo en este año de elecciones legislativas.
Muestra de ello es su discurso del pasado lunes, cuando anunció el envío de elementos de la Guardia Nacional a la frontera con México. El presidente y su equipo comenzaron lo que dicen será un esfuerzo de meses para lograr la aprobación de una reforma migratoria. Este jueves, Bush viajará a Yuma, Arizona, en la frontera con México, para reiterar su mensaje y ofrecer entrevistas a las cinco cadenas nacionales de televisión sobre su propuesta; posteriormente hará un recorrido con la Patrulla Fronteriza.
Mientras, el principal estratega político del mandatario, Karl Rove, su subjefe de gabinete, se reunió este miércoles con conservadores republicanos de la Cámara de Representantes -a puerta cerrada-, en un intento de persuadirlos en favor de la propuesta presidencial sobre migración, la cual enfrenta gran oposición en la Cámara baja. Algunos representantes, al término de la sesión, comentaron que Rove sólo repitió lo que ya había dicho el presidente, y que no logró su objetivo.
Otros integrantes del gabinete se incorporan a esta ofensiva para promover la posición de Bush en diversos foros y en los medios. El procurador general, Alberto Gonzales, es uno de los que encabezan este esfuerzo, usando su historia como nieto de inmigrantes mexicanos e hijo de jornaleros en Texas. Ayer, en la cadena televisiva CNN, Gonzales recordó que tres de sus abuelos nacieron en México y migraron a Texas, pero que ''no está claro, no está claro'' si ingresaron como indocumentados.
El debate en el Senado continúa con optimismo entre varios legisladores de ambos partidos sobre la aprobación de un proyecto para fines de la semana próxima. Sin embargo, las divisiones continuaron expresándose en intensos intercambios entre promotores y opositores del anteproyecto. Hoy el debate giró una vez más sobre la palabra ''amnistía'', y si el proyecto de ley era eso o, como prefieren definirlo los promotores de la reforma, sólo un camino para la ''legalización ganada''.
Con todo, por el momento las fuerzas pro reforma manifiestan su confianza en que se aprobará un proyecto en las próximas dos semanas. Pero a la vez -como hoy se enteró Rove- el discurso del presidente parece haber endurecido la oposición a la reforma de influyentes representantes de su propio partido en la Cámara baja. Por lo menos 73 representantes republicanos han firmado una carta declarando que jamás aceptarán algún proyecto que incluya la legalización y ciudadanía para trabajadores indocumentados. Varios legisladores reaccionaron públicamente contra el discurso de Bush, y el líder de la mayoría republicana en la Cámara, John Boehner, reiteró que, aunque entiende la posición del mandatario, ''he dejado bastante claro que he apoyado la posición de la Cámara'', o sea, el famoso proyecto de ley Sensenbrenner.
Por otro lado, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el general Stephen Blum, jefe de la Guardia Nacional, entre otros oficiales, se presentaron ante comités del Senado para explicar y detallar el envío de los elementos de esa corporación a la frontera. Una vez más subrayaron que los militares no participarán directamente en las operaciones de detención de inmigrantes y otras actividades policiacas, y que su función será exclusivamente de apoyo logístico, administrativo y en desarrollo de operaciones de infraestructura.
El secretario asistente de Defensa, Paul McHale, subrayó ayer en una sesión informativa sobre la iniciativa que los militares y el Departamento de Defensa ''no jugarán ningún papel directo en la captura, custodia y seguridad asociada con aquellos que son detenidos por las autoridades civiles. La aplicación de la ley en la frontera permanecerá como una función civil''.
Rumsfeld y Blum insistieron hoy en que esta iniciativa es de carácter provisional, y que no es una misión nueva en sí, ya que cientos de miembros de la Guardia Nacional han participado en operaciones de apoyo a la seguridad fronteriza durante los últimos 20 años. La única diferencia, señalaron, es que ahora se elevarán el número de personal y la dimensión de la operación sustancialmente.
Recordaron que ''inicialmente'' se desplegarán unos 6 mil hombres, que se rotarán cada dos o tres semanas por un periodo de hasta 12 meses. Señalaron que podría continuar la presencia de no más de 3 mil efectivos por un segundo año, e indicaron que se considera iniciar el despliegue en junio de este año.
Una fuente del gobierno de Bush declaró que esto podría, teóricamente, involucrar a un máximo total de 156 mil elementos de la Guardia Nacional a lo largo de dos años, e insistió en que todas las unidades de ese cuerpo operarán bajo el comando de los mandatarios estatales, y no del gobierno federal.
Por su parte, la Alianza Somos América, integrada por algunas de las organizaciones claves del movimiento en defensa de los inmigrantes, intentó ''inundar'' hoy el Congreso con miles de correos electrónicos, postales y telefonemas de varias partes del país, mientras que entre 200 y 400 personas pertenecientes a organizaciones religiosas y sindicales visitaron oficinas de legisladores en lo que denominaron día nacional de cabildeo en favor de una reforma migratoria integral, que incluye la legalización de unos 12 millones de indocumentados.
Sin embargo, como fruto de las divisiones entre líderes de este movimiento, una manifestación y marcha nacional programada para esta tarde, en la que se esperaba la participación de ''decenas de miles'', acabó con unos cientos. Eso causó el regocijo de personalidades como Lou Dobbs, de CNN, quien se ha destacado como una de las principales voces antirreforma migratoria, quien calificó el acto de ''fracaso''.
Pero otras voces advirtieron que el envío de la Guardia Nacional a la frontera, y otras medidas, como las bardas, sólo generarán mayor unidad y motivación al movimiento migrante en los próximos meses. Mientras tanto, las diversas fuerzas que constituyen este movimiento están promoviendo campañas de empadronamiento para hacer efectiva su consigna de ''hoy marchamos, mañana votamos'', y están preparando movilizaciones masivas para los próximos meses.