Presentan video en que la joven deportada narra abusos que sufrió en Atenco
Exigen cineastas reingreso a México de la estudiante chilena Valentina Palma
Ampliar la imagen Ayer se exhibió en el Centro de Capacitación Cinematográfica un video de la estudiante chilena Valentina Palma, en el que narra los abusos policiacos de los que fue víctima Foto: Cristina Rodríguez
La estudiante de cine Valentina Palma seguirá grabando y documentando la realidad mexicana, y lo hará mediante el trabajo de alumnos, maestros y directivos de las dos instituciones de enseñanza más importantes del país en esta materia: el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), que ayer se comprometieron a demandar, por todas las vías posibles, incluyendo las instancias internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que el gobierno mexicano rectifique la acción de deportación que le fue aplicada a la joven chilena para que pueda retornar a México a concluir su carrera.
En una conferencia de prensa convocada por la comunidad cinematográfica, los compañeros de estudio de la alumna expulsada del país exhibieron un breve documental sobre el arresto y expulsión de Valentina Palma, que fue deportada junto con otro joven chileno, dos españolas y una alemana un día después del asalto policiaco a San Salvador Atenco.
Las cuatro deportadas han denunciado, en testimonios por separado, actos de violencia y agresión sexual mientras estuvieron detenidas en poder de las fuerzas policiacas estatales y federales el día de los hechos.
Las escenas del documental, en las que se ve a Valentina con un rictus de dolor, llevada de los brazos por dos elementos de seguridad con el protector de los cascos sobre la cara, mientras otros dos la golpean por detrás, recuerdan momentos de muchas grabaciones hechas hace 38 años en Tlatelolco.
"Pensábamos -dijo el cineasta Jorge Fons, director de Rojo amanecer, al hacer uso de la palabra- que nuestro modo de vivir y pensar se había acercado más a las normas democráticas. Ahora vemos, por medio del caso de Valentina, que no hemos dejado atrás el pasado. Vemos que los hechos de Atenco fueron un acto de represión, un patrón de conducta y no un simple operativo para detener a unos señores que habían transgredido la ley."
En respuesta a las argumentos con los que las autoridades han intentado justificar la deportación de la estudiante chilena, diciendo que ella sólo tenía una visa para estudiar y no para "trabajar", que es lo que estaba haciendo en Atenco, la directora del CCC, Angeles Castro, reivindicó el derecho de los alumnos de la institución a salir a las calles a documentar con cámaras la realidad o hacer ficción.
El haber coartado ese derecho en el caso de Valentina Palma, señaló, significa un grave retroceso "en los esfuerzos que esta sociedad ha hecho para construir espacios de libre expresión".
Armando Casas, director del CUEC, de la Universidad Nacional Autónoma de México, acudió al CCC para solidarizarse con la afectada. Manifestó que el registro de la realidad "es indispensable para la práctica y el aprendizaje del cine documental. Es -subrayó- nuestro derecho y nuestra obligación como comunidad cinematográfica. Es nuestro compromiso con la cultura y no vamos a permitir que este derecho nos sea negado".
La maestra María del Carmen Lara, realizadora de En este país no pasa nada, expresó que las autoridades "no ven nunca documentales; por eso no saben lo que es", por lo que procedió a definir este género "como parte de los movimientos sociales, un instrumento de la historia, de la denuncia". Lo que Valentina Palma hizo como estudiante, explicó, fue seguir los pasos de los grandes maestros del cine documental, como Leobardo López Arteche, autor de El Grito, filme sobre el movimiento estudiantil del 68, y Patricio Guzmán, autor del la trilogía La Batalla de Chile.
Con los hechos de Atenco, añadió, "el régimen de Vicente Fox se quitó el velo" y se muestra "como lo que es: un poder violento que promueve la violencia" y que cuenta con la complicidad de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. "Nosotros -concluyó- no somos cómplices; no permitiremos que Valentina no pueda terminar su carrera en México".
Otro docente, Carlos Taibo, del Instituto Mexicano de Cinematografía, afirmó que la joven expulsada "va a seguir documentando la realidad de México a través de nosotros. No queremos un país de botas, toletes y puertas rompiéndose. Queremos un estado de derecho, no de derecha".
A su vez, los estudiantes del CCC, de la Escuela Nacional de Arte Teatral y de la Escuela de Pintura de La Esmeralda expresaron que la detención de su compañera "es un agravio a la libertad de expresión, y reafirma la ignorancia y cinismo" del presidente Vicente Fox.
También hubo una lectura dramática de un texto escrito por Valentina Palma, leído por la actriz Julieta Egurrola. "Para ellos -expresa la joven cuando describe el momento en que fue golpeada y agredida sexualmente, después de ser arrojada sobre una montaña de cuerpos heridos en un transporte policiaco- soy un nombre cualquiera, unas nalgas cualquiera, unos senos cualquiera. Pero ellos también son cualquiera. Sin el uniforme de policía, con sus caras mexicanas, podrían ser cualquiera, como los otros cualquiera ahí tirados, llenos de sangre, de miedo y de rabia. Rabia por la impotencia".