Del 21 de mayo al 4 de junio, el restaurante hará un festival dedicado al entremés
En el Mesón del Cid, como en España, se ofrecen tapas originales: Arroyo
El bocadillo es más que una indulgencia gastronómica, asegura el dueño del lugar
Ampliar la imagen El lechón es una de las especialidades que atrae a los comensales cotidianos del Mesón del Cid
Del 21 de mayo al 4 de junio se realizará el Festival de las Tapas en el Mesón del Cid, donde se podrán comer bocadillos irresistibles, como butifarra con pimientos, buñuelos de bacalao, caracoles a la catalana, chipirones pelayo, chorizo a las brasas y croquetas surtidas. Para tomar, el dueño del lugar, Agustín Arroyo Legaspi, recomienda un vino Casa Madero Merlot 2003.
Ayer, en el restaurante se ofreció una rueda de prensa que fue coronada con una degustación de los citados entremeses. "Una excursión a los bares de tapas de una ciudad española calma inmediatamente la sed de aventura y el hambre, además de confrontar al gourmet con el agradable tormento de elegir.
"Las tapas son bocados irresistibles que suelen preceder a la comida principal y a veces la sustituyen. Estas delicias pueden ser frías o calientes, sencillas o refinadas. En algunas tascas o mesones se puede escoger entre varias docenas de tapas diferentes, las cuales se sirven en pequeños platos de porcelana o en las típicas cazuelitas de barro", añadió Arroyo.
Historia del entremés
Mucho se ha hablado sobre el origen de las tapas. Lingüísticamente su significado es una extensión del verbo tapar, que se refiere a la antigua costumbre en los bares andaluces de tapar con rebanadas de pan, queso o jamón las jarras de vino para proteger su contenido.
Ese es el origen que se atribuye a la tradición de servir a la clientela pequeñas porciones de comida sin cargo alguno para acompañar un vaso de cerveza, vino o jerez.
Otra idea sobre su surgimiento se remonta al siglo XIII, cuando el rey Alfonso X de Castilla, siguiendo las órdenes de sus médicos, pasó varios días en cama sorbiendo vasitos de vino acompañados con pequeñas porciones de alimentos.
Su recuperación fue tan poco dolorosa que pronto originó un decreto real que ordenaba a los taberneros que sólo sirvieran vino si éste iba acompañado de un tentempié.
Otro planteamiento de la génesis, más creíble, relaciona las tapas con las jornadas de trabajo en el campo para calmar el apetito y restaurar energías en un clima no siempre adecuado para compaginar grandes comidas con un trabajo duro. Sin embargo, lo más probable es que las tapas provengan de los árabes, quienes dejaron su huella principalmente en Andalucía. En su tierra, especialmente entre los beduinos, servir bocadillos de todo tipo sigue siendo símbolo de hospitalidad.
El chef del Mesón del Cid, el queretano Francisco Mendoza Hernández, artífice de lo que se come en el lugar desde hace 30 años, dijo que preparar las tapas requiere de muchas horas de antelación.
"Preparamos 24 tipos de tapas. De las que más gustan son las de mariscos. Son entradas, pero muchos comen sólo eso. No hace falta más. Las croquetas son muy llenadoras y muy sabrosas. Por otro lado, el platillo que demanda más tiempo de elaboración es la paella, que tarda unos 40 minutos. La de aquí es mejor que la de otros sitios de moda, y vale unos 125 pesos", aseguró.
También citó entre los platillos favoritos el lechón. "Su carne es muy sabrosa. Hay quien come más de medio kilo".
Representación de la dieta mediterránea
Agustín Arroyo expuso que el precio no es alto si se considera la variedad de tapas.
"Desde hace una década las tapas han conquistado al mundo; se han extendido desde España para tentar a los paladares de quienes deseen acompañar un vaso de vino con un tentempié generoso. Sin embargo, estos clones son meras sombras de la versión original, que sólo puede encontrarse en España y en el Mesón del Cid.
"Las tapas, más que una indulgencia gastronómica, representan a la famosa y saludable dieta mediterránea, y resume la actitud de los españoles ante la vida: disfrutar y vivir el presente."
En las mesas, ayer se distribuyeron mejillones tigre, pan de sobreasada, pan con tomate, con anchoas y boquerones. Los visitantes al festival podrán añadir papas bravas, pulpos a feira, sardinas frescas, setas y gambas al ajillo, tarta de angulas de surimi, tortilla en salsa verde, verbena de embutidos y de mariscos, riñones encebollados...
También gazpachos (sopas que se sirven como ensaladas) fríos o calientes, rojos o blancos, que pueden llevar almendras, ajo y uva, y otro en el que predomina el jitomate.
El gazpacho puede ser frío porque en las regiones de España donde se sirve el clima es muy caliente, entonces resulta refrescante.
El Mesón del Cid se encuentra en Humboldt 61, colonia Centro. Teléfonos 5512 7629 / 5521 o 1940.