El sector se sumergió y aumentó la pobreza entre los productores: campesinos
Contradictorios, los balances de Sagarpa y labriegos sobre el agro en este sexenio
La dependencia asegura que el crecimiento en el rubro es satisfactorio
Para las organizaciones campesinas, en este gobierno el agro lejos de tener un resurgimiento se sumergió en el ocaso, la producción de dos de los principales granos básicos -maíz y frijol- no repuntó lo esperado, la migración dejó poblados prácticamente abandonados y la pobreza aumentó. Sin embargo, para la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), el balance es satisfactorio ya que el presupuesto para el sector tuvo un incremento de 59.3 por ciento en términos reales y el PIB agroalimentario creció a tasas dos veces mayores al aumento de la población.
Las visiones de ambos se mantienen distantes. El 80 por ciento del consumo de granos y oleaginosas son de importación; en el caso del frijol, el 40 por ciento ingresa de manera ilegal, y lo mismo sucede con el 30 por ciento del arroz y 20 por ciento de la carne.
Los dirigentes de las organizaciones del Congreso Agrario Permanente están convencidos de que los efectos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) han sido negativos para el campo como consecuencia de la falta de negociación de las cláusulas agropecuarias y porque no se tuvo la visión para establecer las medidas compensatorias para eliminar las asimetrías existentes.
Pr ello pugnaron para que en el Acuerdo Nacional para el Campo quedara plasmado el compromiso del gobierno para evaluar los impactos del TLCAN y por tanto la defensa y protección de los productores frente a los de Estados Unidos y Canadá; además de la obligada consulta del gobierno a los productores para futuras negociaciones comerciales internacionales. Ambas partes firmaron 282 compromisos que, según las organizaciones, no se cumplieron.
Y desde el inicio de esta administración demandaron al gobierno foxista proteger al sector agropecuario, forestal y pesquero para conservar la soberanía alimentaria, ya que "la realidad nos dice que lejos de ser autosuficientes, seguimos importando particularmente granos y oleaginosas".
Incluso Sagarpa reconoce que la soya, maíz, sorgo, trigo, arroz, leche en polvo y carnes de bovino, así como aves de corral están en la lista de los principales productos importados para el consumo nacional. En el año 2000, las importaciones fueron por 9 mil millones de dólares y en 2005 llegaron a 14 mil 293 millones de dólares, mientras que las exportaciones se sostuvieron en 8 mil millones de dólares durante los dos primeros años de gobierno y a partir de 2003 tuvieron un ligero repunte hasta alcanzar, en 2005, los 11 mil 856 millones de dólares.
En un recuento preliminar del actual gobierno, Sagarpa asienta que la industria de alimentos y bebidas -la que eleva los ingresos en la balanza agropecuaria- ha crecido a una tasa de 2.6 por ciento anual; la producción agropecuaria es mayor en 6.3 por ciento, con respecto al año 2000; la pecuaria en 14 por ciento y la pesquera y acuícola 8 por ciento. Así, al inicio del gobierno, se tenía una producción agrícola de 132 millones de toneladas y durante 2003 y 2004 se sostuvo en 158 millones; un año después cayó a 140 millones de toneladas por problemas climatológicos.
Sagarpa reconoce que maíz, frijol, leche y azúcar requieren atención especial. En el caso del maíz, la producción no es suficiente para satisfacer en particular la demanda pecuaria y por ello se importan 5.6 millones de toneladas de grano amarillo. Advierte que debe sostenerse la producción de maíz blanco para satisfacer la demanda interna -actualmente de 12 millones de toneladas- y utilizar la importaciones del grano amarillo para impulsar el desarrollo del sector pecuario e industrial, sin afectar el mercado interno del blanco.
En su balance, Sagarpa asienta que la producción nacional promedio de frijol es de 1.2 millones de toneladas; sin embargo, tiende a decrecer por la dispersión de la oferta, baja calidad y estructura oligopólica en los mercados. En el caso de la leche, el consumo es de 11 mil 500 millones de litros, de los cuales se importan mil 500 millones de litros anualmente, volumen que podría aumentar debido al crecimiento de 4.4 por ciento anual de la elaboración de derivados lácteos. En azúcar la producción nuevamente se recuperó y alcanzó un volumen de 5.8 millones de toneladas frente a un consumo de 4.9 millones.
Dichos productos quedarán desgravados a partir de 2008, por lo que las organizaciones de productores han insistido en que se les deje al margen de los acuerdos comerciales.
Según Sagarpa se avanzó en la productividad y competitividad del sector y "alcanzaron metas importantes en el ingreso y bienestar en la sociedad rural", pero no hay aún un fortalecimiento legal, institucional y regulatorio que otorgue certidumbre a todos los agentes económicos relacionados con las actividades del campo.