En 1997, boicot a La Jornada por presentar el caso

Nueve años después de las primeras denuncias, la resolución del Vaticano

Desde 1997 La Jornada asumió como uno de sus temas principales el caso de los abusos sexuales cometidos contra menores por el fundador de los Legionarios de Cristo, el sacerdote mexicano Marcial Maciel. Destapar el caso el 17 de abril de ese año con testimonios de las primeras víctimas denunciantes ante el Vaticano le valió el Premio Nacional de Periodismo y un boicot publicitario, promovido por intereses económicos ligados a esa orden.

Antes de que el sacerdote Antonio Roqueñí presentara ante el Vaticano la denuncia por absolución de cómplice en contra del clérigo de Cotija, Michoacán, a nombre de José Barba Martín, Arturo Jurado Guzmán, José Antonio Pérez Olvera, Alejandro Espinosa Alcalá, Juan José Vaca, Saúl Barrales Arellano y Fernando Pérez Olvera, este diario dio amplia cuenta de las vejaciones que sufrieron estos personajes cuando tenían entre 12 y 17 años, confiados por sus familias a Maciel para "dedicarlos al Señor".

Informó que desde mediados de los años 50 el Vaticano conoció las denuncias contra el superior general de la orden por consumo de morfina, y de las respuestas que con "una doble moral" el acusado ha emitido a quienes abrieron la puerta a la opinión pública para conocer sus excesos.

Fue el único periódico que difundió la imagen donde el ex nuncio apostólico Girolamo Prigione es flanqueado por el ya entonces arzobispo primado de la ciudad de México, Norberto Rivera, y Maciel, en la Universidad Anáhuac, en una comida que organizaron los legionarios para despedir al controvertido representante papal.

Después Gobernación reveló que pese a integrar un expediente con los ilícitos citados, no iniciaría una investigación contra el clérigo. Luego el arzobispo Rivera Carrera salió en defensa de su amigo Maciel, al decir que las acusaciones eran "totalmente falsas". Incluso, cuando se le comentó que las mismas serían transmitidas por televisión a partir del 12 de mayo de 1997, acusó a un representante de este medio de haber recibido un pago a cambio de publicar esos "inventos".

A la par se hicieron reportajes sobre el poderío educativo y económico de la organización religiosa, de cuyas escuelas han egresado integrantes de la familia Aspe Armella, los ex banqueros Carlos Cabal Peniche y Angel Isidoro Rodríguez, y el ex regente capitalino Oscar Espinosa.

También se informó que entre las familias que simpatizan abiertamente con la legión están los Azcárraga, dueños de Televisa; el magnate Carlos Slim; los hermanos Servitje, propietarios de Bimbo; la familia Arango, fundadora de la cadena Aurrerá y los restaurantes Vips; la familia Garza Sada, cabeza del grupo Alfa.

Se documentó la influencia de los legionarios en la política, como sus ligas con el equipo de Vicente Fox, especialmente con su esposa, Marta Sahagún, gracias a la amistad que desde la niñez tenía Alfonso Sahagún de la Parra con el sacerdote michoacano. Basta recordar que éste ayudó a la señora a entrevistarse en privado con el papa Juan Pablo II, en Roma, meses después de que contrajera nupcias con Fox, pese a que ambos mantenían sus primeros matrimonios católicos.

La Jornada también dio cuenta de cómo en mayo de 2000 hubo una campaña de la fundación de ultraderecha A Favor de México, AC, contra Televisa por transmitir el programa Círculo Rojo donde se recordaban, con testimonios, las acusaciones a Maciel, mientras algunos mexicanos, entre ellos José Barba y Consuelo Mejía, de Católicas por el Derecho a Decidir, preparaban y después entregaron al Comité por los Derechos de la Niñez de Naciones Unidas, un informe documentando 5 mil abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos contra menores de todo el mundo, entre ellos siete casos en México, incluido el de Maciel.

El 11 de enero de 2003, Jaime Avilés dejó entrever que detrás del chiquihuitazo de Televisión Azteca a Canal 40 estaba el fanatismo religioso de los sectores del régimen vinculados con los legionarios, por difundir años atrás los abusos de Maciel.

Este diario no ha dejado pasar por alto todos los indicios que señalaban sobre una pronta conclusión del caso en Roma: la renuncia del sacerdote a la dirección de la orden; la reapertura de las investigaciones; la visita a México del fiscal nombrado para el caso, el sacerdote maltés Charles Scicluna, y cómo integró un paquete con 30 expedientes de víctimas de vejaciones sexuales; del intento de la legión por hacer creer que no había indagatoria alguna contra su fundador, hasta el comunicado de ayer del Vaticano.