Argumentos contra el PTT
Desde que George W. Bush, presidente de Estados Unidos, llevó al debate nacional la reforma migratoria, en enero de 2004, propuso que la mejor solución para terminar con la migración es el Programa de los Trabajadores Temporales (PTT), también llamados huéspedes, braceros o invitados. Cada vez que él tiene la oportunidad de hablar sobre el tema repite lo mismo, y últimamente ha llamado al Senado para que trabaje por una propuesta migratoria integral; hasta los oídos se acostumbran a que es buena idea. Pero no es ninguna novedad, esto se ha implementado en diferentes épocas de la vida con distintos nombres y con muy malas experiencias.
El programa de los braceros que se aplicó en las décadas de los 40 y 60, donde traían miles de personas contratadas de México para que trabajaran en Estados Unidos por falta de mano de obra. Ahora después de casi 50 años de esa experiencia, los braceros siguen luchando porque se les entreguen el 10 por ciento de ingreso que les descontaron de sus salarios semanales o quincenales. El gobierno mexicano les está entregando una miseria llamado Fondo de Apoyo Social mediante un fideicomiso. No sólo porque miles fueron engañados por los patrones que no les pagaron sus salarios completos, estuvieron viviendo en condiciones pésimas y en algunos casos en campos de concentración, alejados y marginados del acceso a las cosas más elementales para el sustento de la vida.
Ha existido desde siempre el PTT con diferentes nombres y con un mismo objetivo, por ejemplo, el llamado H2A de los trabajadores del bosque y los pastores que cuidan a los borregos, quienes son contratados en México y otros países y vienen a trabajar a Estados Unidos de manera "legal" con visas temporales de trabajo. Esto está muy bien, porque no cruzan la frontera arriesgando sus vidas y le evita pagar grandes cantidades de dinero a los coyotes, por eso muchos aceptan estos programas. Sin embargo, no tienen los derechos plenos bajo las leyes laborales estatales y federal; no reciben los beneficios como cualquier trabajador en ese país; viven marginados en lugares alejados de la sociedad sin ningún servicio de sanidad, vivienda digna y agua; no tienen derecho a recibir visitas de las organizaciones de derechos humanos, menos de asistencia legal, porque no pueden demandar a sus patrones en caso de abuso, falta de pagos salariales y violaciones a leyes laborales.
Muchos hablan maravillas sin conocer la realidad de la vida de los trabajadores de este programa, y ponen como ejemplo al que se está implementando por el gobierno en Canadá desde hace muchos años. Yo cuando escucho cosas increíbles de la vida de los trabajadores tengo dudas increíbles, porque no es la verdad, detrás de eso no existe el respeto a los derechos humanos, laborales, el derecho a entender el propio idioma, acceso a la educación, la salud que son lo básico de la vida. En una conferencia realizada en 1999 en la ciudad de Washington, DC., un alto funcionario de la embajada de México se alegraba mucho de este punto, mi respuesta fue lo que escribí al principio de este párrafo y otras cosas más, el funcionario se quedó en silencio y muy colorado de coraje o de vergüenza, estas es la ignorancia de los gobiernos y sus funcionarios.
Los presidentes Bush, Fox y todos los políticos del mundo, incluido el candidato del Partido Acción Nacional (PAN) en México, Felipe Calderón , están muy contentos con estas ideas porque no les importa todos los demás derechos, sólo les interesa recibir millones en remesas de los migrantes sin que hagan nada para que el fenómeno empiece a frenarse con propuestas serias y realistas en los lugares de fuerte expulsión de migrantes. Esta propuesta no sólo se está promoviendo en Estados Unidos, sino a escala mundial en todos los países receptores y expulsores de mano de obra, llamada Modo 4 del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), es un marco convenido multilateralmente que se aplica a todos los países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC). El acuerdo incluye normas para que los países se comprometan a abrir determinados sectores de servicios a proveedores extranjeros. Se refiere a la oferta de servicios de un ciudadano de un Estado miembro en el territorio de otro.
Los trabajadores bajo este programa no tienen derecho a la residencia permanente y menos a la ciudadanía, no reciben la atención ni la ayuda médica, no tienen derechos laborales igual que un residente permanente o ciudadano estadunidense, no se pueden organizar y menos sindicalizarse, en caso de falta de pago de salarios o accidentes tienen pocas posibilidades de ganar una demanda legal contra sus patrones, se les puede despedir en cualquier momento, viven en lugares apartados del resto de la sociedad en general, por lo regular los mayordomos o supervisores son los encargados de ir a la tienda para comprar todo lo que necesitan de comida, ropa, herramientas, etcétera.
Si se hablara del PTT, Modo 4 o como se llame, en donde se incluya todos los derechos laborales, igual que un ciudadano o residente permanente para los trabajadores y sus familiares de recibir beneficios médicos, salubridad, vivienda digna, beneficios por desempleos y retiro, vacaciones, a organizarse y demandar a sus patrones cuando éstos no cumplen sus deberes, es decir, el respeto a todos los derechos humanos. Entonces sí sería muy buena idea, pero sabemos que en la práctica esto no se va a realizar, porque aun los residentes permanentes y ciudadanos sufren violaciones a sus derechos.
Lo único en lo que coincido con Bush es en que no habrá amnistía, porque esto significa olvido de los delitos y perdón al castigo que se debe a causa de una violación a la ley. Los migrantes no hemos cometido ningún acto ilegal más que responder al chillido de nuestro estómago vacío, por eso cruzamos la frontera, para llenarlo. La única solución por ahora es la legalización integral justa, humana y que garantice la unidad familiar de los 12 millones de personas que, se asegura, vivimos en Estados Unidos, y por ahora decimos no al PTT.
*Coordinador General del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB)