Recuerda que vio gente herida; yo atendí a uno de los lesionados por arma calibre 38
En la toma de Atenco fueron varios los heridos de bala, revela médico de ONG
Ha visitado en prisión a tres de los apaleados; el más grave requiere hospitalización
El día del asalto policiaco a San Salvador Atenco fueron varios los heridos de bala y no sólo Francisco Javier Cortés Santiago -adolescente que resultó muerto- asegura el médico Fernando Rubí Apreza, presidente de la Organización Multidisciplinaria para la Salud de la Población Indígena y Marginada (OMSPIM).
Junto con el también integrante de la OMSPIM, Guillermo Selvas -quien fue detenido con su hija Mariana, estudiante de la Escuela Nacional de Antropología e Historia- llegó a Atenco con la finalidad de brindar servicios médicos a los habitantes que resultaron lesionados el 3 de mayo.
"Vimos a gente herida por arma de fuego. Yo atendí a uno de los lesionados de bala. Se le hizo curación y se le condujo a una clínica particular. Era una herida por arma de fuego calibre 38. Los primeros auxilios se los proporcioné yo", afirmó.
Al enterarse de que su amigo, el doctor Guillermo Selvas, fue detenido, Rubí Apreza decidió acudir a Almoloya de Juárez, estado de México, para intentar verlo. En varias ocasiones el médico intentó entrar en el penal de Santiaguito; en una lo logró.
Hasta hoy, es la única persona ajena a las autoridades que ha logrado pasar más allá de los locutorios del penal de Santiaguito. El médico relata que la semana pasada logró ingresar y valorar a los tres detenidos "más graves" tras la golpiza que les propinaron elementos policiacos durante el operativo en San Salvador Atenco.
Narra que el sábado 13 de mayo, gracias a un oficio médico en favor de Octavio Castilla -también detenido- logró tener acceso a esa cárcel. "Este joven tiene insuficiencia renal por trauma prostático y requiere que se le practique un sondeo para descongestionar la vejiga. Por medio de ese oficio logré entrar como médico, sólo para atenderlo a él, pero conocí a parte del personal médico del penal."
Sin embargo, relata que el siguiente día se adhirió a la comisión que entraría a dejar las provisiones de agua y dulces para los presos que están en huelga de hambre y, gracias al personal médico que conoció un día antes, logró entrar al área de enfermería.
"Allí me facilitaron atender a los detenidos. Primero vi a los que están más graves y lastimados." Se trata de Heriberto Nopaltitla, campesino de 58 años; Arnulfo Pacheco, incapacitado para caminar, de 55, y Paulino Zavala, carpintero de 60 años.
Riesgo de vida vegetativa
Describe que Nopaltitla presenta fracturas múltiples en un brazo, en huesos de la muñeca y en un dedo. "Su cuerpo es toda una mancha de moretones y exfoliaciones; detecté fracturas en costillas; le conté 19 heridas en el cráneo. Estas lesiones ponen en riesgo su vida porque los moretones provocan que la sangre se coagule, no se disuelva y así viaja por el torrente sanguíneo. Puede producirle accidentes vasculares cerebrales, como trombosis, y eso puede generar una vida vegetativa."
Considera que el más grave de los tres es Pacheco, quien, por su incapacidad física, opuso menos resistencia y fue severamente golpeado. Presenta, explica, golpes en todo el cuerpo y debido a esa situación se le ha generado un "trauma" por lo que presenta pérdida del control de esfínteres. "Además, aún hace ocho días presentaba orina con sangrado; inflamados los miembros inferiores por la retención de líquidos producto de la paliza; recibió un golpe en la garganta que le lesionó la faringe, por lo que se le dificulta comer; tiene fracturas múltiples en las costillas. Es el más delicado de los tres. Para que su vida no corra peligro debería estar hospitalizado y atendido por un especialista. En el menos optimista de los casos, podría presentar cualquier situación de insuficiencia vascular cerebral o cardiopulmonar."
En tanto, Zavala, quien padece diabetes, "parece un mapa de llagas", agrega el doctor; además tiene lesiones en el cráneo, rostro y nariz, dos costillas fracturadas y le cuesta trabajo respirar.
Fernando Rubí Apreza explica que tras valorar a estos tres hombres, el personal médico del penal le ayudó para acceder a las celdas y así analizar a los detenidos. "Doy prioridad a las mujeres y logro atender a Bárbara Italia Méndez", quien "fue ultrajada con manos y objetos. La semidesnudaron y la pusieron en posición supina, además de lastimarla, manosearla, la fueron ultrajando en sus genitales; fue la única a quien pude valorar."
Indica que por alguna razón se corrió el rumor en el interior del penal de que un médico valoraba a los internos, por lo que personal de enfermería le pidió que saliera de las instalaciones. Sin embargo, comenta que envió una carta al director de Prevención y Readaptación Social del estado de México, Alejandro Carmona, en la que le solicitó que le permita el acceso al penal para continuar con los análisis clínicos de los detenidos.