Usted está aquí: lunes 22 de mayo de 2006 Deportes Baña de nuevo Rafael Ortega a El Zotoluco

Baña de nuevo Rafael Ortega a El Zotoluco

LUMBRERA CHICO

Mientras la alegría de la fiesta brava regresa poco a poco a la Monumental Plaza México -donde ayer, por segundo domingo consecutivo, un muchacho anónimo salió triunfante y con sobradas posibilidades de convertirse en figura de primera clase-, el fin de semana hubo como de costumbre corridas y novilladas en todo el país, destacando entre todas las funciones registradas el mano a mano entre Eulalio López El Zotoluco y Rafael Ortega en El Relicario de Puebla.

Con un encierro de José María Arturo Huerta que, según las crónicas disponibles estuvo bien presentado, El Zotoluco se sacó en la rifa el lote más difícil y de sus tres toros nada pudo hacer con el primero; en cambio, a su segundo le cortó una oreja y a su tercero las dos, con petición de rabo. Por su parte, el diestro tlaxcalteca siguió fiel a su costumbre de hacerlo todo bien en los tres tercios de todos los cornudos que salgan a su encuentro.

Así, al primero de su tercia le tumbó una oreja, a su segundo, igual que El Zotoluco, le cercenó las dos y al sexto y último de la tarde, al que le iba a cortar las dos y el rabo, lo pinchó a la hora de la verdad y tuvo que consolarse con recibir de nuevo un solitario apéndice, antes de salir en hombros rodeado por la euforia del respetable.

El novillero Oliver Godoy sufrió una aparatosa voltereta en Querétaro, donde un astado de la ganadería de Luis Felipe Ordaz le embistió con fuerza y fijeza en una serie de verónicas con una rodilla sobre la arena. Pasada la suerte de varas, clavó un primer par de banderillas en todo lo alto y, al intentar colgar el segundo, el bicho lo empitonó arrojándolo a las alturas desde donde cayó de cabeza y quedó inconsciente, sufriendo sin saberlo en ese momento una demoledora paliza y un varetazo en el ojo izquierdo.

Ya en el hospital le diagnosticaron conmoción cerebral y golpes contusos en todo el cuerpo, el más grande y doloroso de ellos en la espinilla zurda, pero en general sin consecuencias lamentables, por lo que podrá volver a torear el fin de semana que viene. Y hablando de tundas, una tremenda fue la que se llevó a cuestas el matador Atanasio Velázquez en La Florecita de Ciudad Satélite. En compañía de Luis de Triana enfrentaba un encierro de cuatro pavos de Piedras Negras que resultó sobrado de bravura.

Quienes se llevaron las palmas a carretadas fueron los banderilleros Gustavo Campos y Gerardo Angelino, quienes se rifaron el pellejo de verdad cuarteando y asomándose al balcón, con gran dramatismo, durante la cobertura del segundo tercio del festejo. La gente que acudió a La Florecita y después a la México ponderaba anoche que los hermosos machos de Barralva que protagonizaron la segunda corrida de la Feria Torista tenían presencia y se dejaban hacer cosas, mientras los de Piedras Negras eran unas fieras de verdad y lo que necesita la fiesta brava para resurgir, tras la negra etapa de Herrerías, son ambas características: trapío y raza y por supuesto toreros dispuestos a morirse como Ismael Rodríguez y Arturo Macías. Y olé.

 
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