Otra vez el voto útil
¿Usted le cree a Madrazo? Yo tampoco. Muy mal haría el PRD en establecer cualquier tipo de alianza con él para los próximos comicios. La pugna electoral es, por si alguien no se había dado cuenta, entre neoliberales y antineoliberales. No hay que buscar otra cosa.
Los continuadores de las políticas neoliberales que se fueron perfilando con Miguel de la Madrid y se afianzaron con Salinas para ser confirmadas por Zedillo y Fox, al margen de las pequeñas diferencias entre estos, son en este momento Calderón, en primer lugar, y Madrazo en el segundo. El continuador de las políticas que defendió en su momento Cuauhtémoc Cárdenas en la lógica del antineoliberalismo es López Obrador, aunque el primero se resista a reconocerlo.
La estrategia que ha seguido Andrés Manuel a lo largo de su campaña, en relación con los priístas de base, no ha sido comprendida del todo por sus antagonistas dentro del partido del sol azteca, pero fue visionaria, como si hubiera sabido de antemano lo que iba a ocurrir. El tercer lugar de Roberto Madrazo, que obviamente no va a mejorar, haga lo que haga, llevará al voto útil de los priístas de buena fe y que, a diferencia de sus dirigentes, no se han comprometido con Salinas ni por el lado de Madrazo ni por el de Calderón-Fox-Elba Esther. El voto útil ya fue planteado por el senador del PRI, Oscar Cantón Zetina: convocar "a una campaña nacional para que los priístas 'no desperdicien su voto sufragando a favor del candidato de su partido, Roberto Madrazo Pintado, quien encabeza la Alianza por el Bien de México'. Pidió en cambio votar a favor de Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición por el Bien de Todos" (El Universal-Internet, 18/5/06). Otros priístas, los de vocación neoliberal, votarán por Calderón, y justificarán su voto con el hecho de que conspicuos zedillistas y salinistas del PRI han hecho causa común con el candidato de la ultraderecha mexicana (me refiero a Diódoro Carrasco, Luis Téllez, Ruiz Sacristán y otros del mismo corte).
El hecho mismo de que Calderón y López Obrador estén en estos momentos más próximos en simpatías ciudadanas que hace dos o tres meses, lleva a la reivindicación del tan criticado voto útil que, contra lo que piensan los ingenuos, es realmente muy útil, especialmente en elecciones verdaderamente competitivas entre dos principales candidatos y otros de menores posibilidades. En este caso la elección presidencial se ha vuelto, mientras no cambie la correlación de fuerzas, un problema binario: cero o uno, apagado o encendido, continuidad o cambio, neolibealismo o antineoliberalismo.
Esta es la disyuntiva, lo demás es anecdótico y producido por la mezquindad de quienes fueron hechos a un lado creyendo que sus asesorías y consejos en el pasado serían indispensables en el presente, sin darse cuenta de que mucho ha cambiado en los últimos años.
Sí, en efecto, otra vez soy defensor del voto útil. En 1988 no defendí el voto útil por Cárdenas para sacar al PRI de Los Pinos (no estuve en México), pero no necesité hacerlo. Muchos se encargaron de ello sin llamarle así. Amplios sectores de izquierda "socialista" lo hicieron y llamaron a votar por el ex priísta y primero candidato del PARM, el mismísimo que ahora le regatea apoyos a López Obrador y que, en lugar de decir como miembro activo del PRD que el candidato de éste (su partido) es la mejor opción, responde diciendo que "la mejor opción sería una propuesta progresista (¿?) que no está hasta este momento expuesta a la opinión pública del país" (La Jornada, 22/5/06, p. 18). Cuauhtémoc, como el de la otra campaña, expide ahora diplomas de "progresistas", y López Obrador no se ha ganado el suyo firmado, por supuesto, por Cárdenas. Ya lo reprobó quien lo apoyó dos veces para gobernar Tabasco, para presidir el PRD y, en 2000, para gobernar el Distrito Federal, y todo porque el joven político compitió con el viejo político por la candidatura a la Presidencia en 2006, sin su permiso.
En 2000 sí defendí el voto útil por quien pudiera sacar al PRI de Los Pinos. Y quien tenía esa posibilidad en mayo y junio de ese año era Vicente Fox, según todas las encuestas serias del momento. El PRD no tenía esa posibilidad y no votar útilmente hubiera llevado al PRI a seguir gobernando (recuérdese que en marzo de ese año la correlación de fuerzas estaba a favor de Labastida). La prueba de que era correcto fue que el candidato presidencial perredista obtuvo menos votos que los candidatos a diputados (algo insólito en México).
Si el voto útil le sirvió a Fox, lamentablemente, fue por una razón: el PRD no supo remontar entonces el tercer lugar en que estaba; y esto también lo entendió AMLO al formar, ahora y en paralelo, las redes ciudadanas que lo apoyan. Será él, con la ayuda de su partido y de los ciudadanos sin partido, el que lleve al PRD al gobierno del país. Y no al revés. Esto también debería entenderse en el interior de este instituto político.