Más seguridad, legalización parcial y programa de trabajo temporal
Aprobado, primer paso de la reforma migratoria
Felicita Bush al Senado por haber llegado a un acuerdo comprensivo
Nueva York, 25 de mayo. El Senado estadunidense aprobó esta tarde un proyecto de ley de reforma migratoria, pero es sólo un paso más en un tortuoso proceso legislativo que enfrenta una serie de etapas, cada una más difícil que la anterior, antes de convertirse en ley, si sobrevive.
Con 62 votos en favor y 36 en contra, esa Cámara aprobó el proyecto de ley S2611, marcando la primera vez en 20 años que se considera una reforma migratoria en Estados Unidos. El proyecto de ley aprobado incluye mayores medidas de seguridad fronteriza (soldados y bardas), un proceso para la legalización de una parte de los indocumentados y un programa de trabajadores temporales.
El presidente George W. Bush celebró el hecho esta noche: "Felicito al Senado por aprobar una reforma comprensiva de migración de manera bipartidista", dijo. La Cámara baja, agregó, inició el "diálogo nacional" al aprobar una versión el año pasado, y prometió que ahora que el Senado ha actuado trabajará junto con ella "para producir un proyecto de ley que pueda ser promulgado".
Sin embargo, la promulgación de esta iniciativa como ley está lejos de ser realidad, ya que comienza otra etapa en el proceso legislativo; esta versión tendrá que ser conciliada con el proyecto aprobado por la Cámara baja en diciembre pasado, algo que podría durar meses, y aún hay dudas de que prosperará este año.
Un gol en el primer tiempo
Una versión negociada entre ambas cámaras tendrá que ser sujeta a otro voto de aprobación en cada una, antes de ser enviada finalmente al presidente para ser promulgada. Aún no se sabe si todo esto se logrará este año, y nadie puede descartar que este esfuerzo quede al final anulado. Líderes republicanos en la Cámara, opuestos a una reforma que incluya legalización y trabajadores temporales, han reiterado que no aprobarán nada que se parezca a lo que ellos llaman ''amnistía".
Por lo tanto, lo ocurrido hoy es como un gol en el primer tiempo, y por lo tanto nadie puede decir cómo ni quién ganará el partido.
Algunos de los patrocinadores de la reforma elogiaron su triunfo por lo que podría significar para algunos indocumentados y el manejo del flujo en el futuro a través de los programas de trabajadores temporales. El senador Edward Kennedy declaró que el proyecto "fortalece nuestra seguridad y refleja nuestra humanidad". Su homólogo John McCain dijo que es una invitación a los trabajadores inmigrantes, que tanto contribuyen a este país, a "salir de las sombras", pero destacó las medidas de seguridad. "Vamos a cerrar nuestra frontera. Haremos imposible cruzarlas", indicó.
A su vez, legisladores opositores, como el senador Jeff Sessions, dijeron: "No asegurará nuestras fronteras''. Su colega David Vitter apuntó: "Esto es amnistía". Mientras tanto, sus contrapartes en la Cámara baja reiteraron su oposición, o por lo menos advirtieron que no están complacidos. El líder de la mayoría, John Boehner, señaló esta noche que aunque se deben buscar soluciones responsables, "tenemos que enfatizar nuestra prioridad más importante, la cual es asegurar nuestras fronteras y detener la inmigración ilegal".
Las reacciones iniciales a la aprobación de este proyecto entre diversas fuerzas sociales empezaron a circular desde poco antes del voto en el Senado. La Cámara de Comercio de Estados Unidos celebró el hecho, mientras que algunas organizaciones latinas y de defensa de inmigrantes rechazaron la versión aprobada.
Randel Johnson, vicepresidente de la Cámara de Comercio, declaró que el proyecto de ley establece un marco bipartidista que "aborda las necesidades tanto de seguridad como económicas del país", y consideró que fue "un enorme paso adelante al abordar la necesidad de reformar nuestras leyes de migración, y le agradecemos al Senado su difícil trabajo". Concluyó que "aunque algunos asuntos significativos necesitan ser resueltos, esta legislación satisface nuestras prioridades principales".
El Consejo Nacional de la Raza y el Foro de Inmigración Nacional elogiaron lo logrado por el Senado, aunque manifestaron sus reservas sobre algunas medidas del proyecto. "Tenemos preocupaciones profundas sobre algunas de las provisiones en este proyecto de ley, pero al final el Senado votó hoy para poner a millones de inmigrantes en un camino a la ciudadanía... Esto es un importante paso en un debate que es vital para nuestra comunidad y para la nación", declaró Janet Murguía, presidenta del consejo.
Por su parte, Frank Sharry, director ejecutivo del foro, señaló que el "acuerdo histórico" contiene "la estructura acertada y elementos claves de una reforma integral". A pesar de esto, indicó, es una propuesta "imperfecta" que necesita mejorarse, y advirtió que si los "extremistas" del proyecto Sensenbrenner (la versión aprobada por la Cámara baja) logran imponerse, será "preferible no tener una propuesta a tener una propuesta mala".
Para algunas organizaciones latinas y de defensa de inmigrantes nacionales, regionales y locales, la propuesta adoptada hoy ya es demasiado mala. La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) y el William C. Velasquez Institute -ambos influyentes ejes en la comunidad latina- declararon que la versión del Senado "viola los valores y principios de los millones que marcharon esta primavera en 200 ciudades estadunidenses por una reforma migratoria justa y humana".
Denunciaron que el ala antimigrante del Congreso logró erosionar la versión aprobada hoy, y señalan que se propone el gasto de miles de millones de dólares en bardas fronterizas, guardias armadas, un sistema de identificación nacional y "otras medidas que crearán una cultura de sospecha contra inmigrantes y sus familias".
Otras organizaciones pro inmigrantes -entre ellas participantes en las megamarchas de los últimos meses- también se sumaron a la oposición. La Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas calificó la versión de "inhumana, inmoral e inoperante". Cientos de organizaciones y líderes del movimiento inmigrante también se han manifestado en contra de esta versión.
Finalmente, las divisiones ahora no son sólo entre los republicanos, sino entre diversas fuerzas del movimiento pro reforma migratoria. Esto, combinado con el hecho de que este es un año electoral, complica el actual panorama y hace casi imposible pronosticar el destino final de este debate.