La reforma aprobada ayer en Washington deberá confrontarse con la ley Sensenbrenner
Al final, la ley migratoria será perjudicial para indocumentados mexicanos, prevén senadores
En el trabajo legislativo conjunto puede imponerse la visión ultraconservadora, advierten
Senadores de PRI y PRD consideraron que la reforma migratoria aprobada ayer por el Senado de Estados Unidos no es definitiva, toda vez que falta una parte del proceso legislativo: la concertación entre ambas cámaras, donde deberá confrontarse con la llamada ley Sensenbrenner, que endurece el trato a los indocumentados.
La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte, Silvia Hernández, comentó que en el Senado de Estados Unidos se dio ayer un paso muy importante para la negociación posterior en materia migratoria, al aprobarse una reforma que permite regularizar a millones de mexicanos, pero también deja fuera de esa posibilidad a millones de connacionales.
El perredista Raymundo Cárdenas advirtió que la reforma puede ser recortada en sus aspectos positivos durante el trabajo legislativo conjunto, donde los senadores deben negociar con los republicanos ultraconservadores de la Cámara de Representantes. ''La parte positiva es la regularización para todos aquellos que tienen más de cinco años de laborar en Estados Unidos; tarjetas verdes para más de medio millón de personas, que ahora tienen estatus de ilegalidad; 200 mil permisos de trabajo temporal adicional y, por tanto, una vía para vivir con tranquilidad dentro de la ley para millones de mexicanos'', recalcó a su vez la senadora del PRI Silvia Hernández.
Insistió, sin embargo, en que no es una norma definitiva, ya que falta aún el intento de acuerdo del Senado con la Cámara de Representantes, que antes votó su dictamen conocido como ley Sensenbrenner, donde se plantea construir un muro en toda la frontera y se tipifica como delincuentes a quienes emigren a territorio estadunidense de manera ilegal.
Senadores y representantes deberán reunirse en breve para analizar ambos dictámenes, y puede ser que se apruebe uno de los dos o uno nuevo que acerque los puntos de diferencia entre ambas cámaras.
En la ley Sensenbrenner, el extremo es construir un muro alto en toda la frontera y negar cualquier posibilidad de regularización a los migrantes, y en la reforma ayer aprobada en el Senado se habla también de bardas, pero se abre la legalización a quienes tengan más de cinco años de residir en territorio estadunidense, detalló Hernández.
Sobre el tema, el senador del Partido de la Revolución Democrática Raymundo Cárdenas señaló que sería un gravísimo error congratularse por la reforma que ayer se votó en Washington, ya que los republicanos pueden ''echar atrás muchas cosas''. A su juicio, lo aprobado en el Senado es menor a la expectativa que se tenía. En el caso de los 200 mil permisos temporales para trabajar en Estados Unidos, no son suficientes si se considera que tan sólo 400 mil mexicanos cruzan cada año la frontera. ''De manera que la puerta de entrada sigue siendo muy pequeña y la gente tratará de colarse de manera ilegal.''
Hernández consideró que en junio podría darse el trabajo entre ambas cámaras, para que en julio haya reforma migratoria. Después de ese mes ya no sería posible, por los tiempos electorales en el vecino país.