Restauraron el recinto donde mostrarán objetos de la colección de Carlos Monsiváis
Instituyen fideicomiso para solventar los gastos del Museo del Estanquillo
Resguardará casi 400 piezas adquiridas por el escritor en mercados de pulgas y antigüedades
Alentador, que la cultura persista para preservar valores, expresa el ensayista
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Vista parcial del Museo del Estanquillo, recinto ubicado en Isabel la Católica 26, Centro Histórico, que resguardará parte de los objetos atesorados por Carlos Monsiváis
Foto: Marco Peláez
El escritor Carlos Monsiváis no ama a la ciudad de México, la padece y se declara al mismo tiempo un ''preso afortunado" de la urbe. Es lo que en sicología se conoce como ''el síndrome de Estocolmo", deduce él mismo.
Por esta ciudad, ''he llegado a generar esa relación de amor-suplicio que a todos nos distingue", confiesa en el mensaje pronunciado en el acto de entrega de los trabajos de restauración del edificio que durante muchos años albergó a la joyería La Esmeralda, que en adelante será el Museo del Estanquillo y resguardará parte de la colección de objetos atesorados por el autor de obras como Entrada libre: crónicas de la sociedad que se organiza, No sin nosotros: los días del terremoto 1985-2005, Amor perdido y Días de guardar, entre muchas otras, curada por Rafael Barajas, El Fisgón, caricaturista de La Jornada.
Tiempo de canallas
El propósito de la exposición, que contará con alrededor de 400 piezas adquiridas la mayoría en mercados de pulgas y antigüedades, es comenzar lo que puede llegar a ser el Museo de Ciudad de México, refiere Monsiváis en entrevista posterior, y que revelan a una urbe que ha enfrentado ''acontecimientos trágicos y difíciles, pero ha sido también una ciudad que se ha divertido, sí, una ciudad que se ha divertido enormemente y ha tenido momentos imaginativos formidables" y asume como lema: ''si no es divertido, no es nada".
Con anterioridad, ante el jefe de Gobierno capitalino, Alejandro Encinas Rodríguez; el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Juan Ramón de la Fuente, y la directora general del Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México, Ana Lilia Cepeda de León, Monsiváis destacó el hecho de que ''en un momento tan extraordinariamente duro y tan marcado por bajezas y canalladas, en este tiempo de canallas", es alentador que la cultura siga siendo el elemento de recuperación, de consolidación sicológica y de búsqueda de valores que están allí, que no han desaparecido y perseveran.
Y al expresar su agradecimiento al ex jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, y al empresario Carlos Slim, quienes fueron los ''inspiradores" del proyecto, compartió la anécdota que da nombre al museo: ''Luego de ver lo que tenía, que en ese momento era, digamos numéricamente reducido, me dijeron 'y por qué no lo exhibes'. Una de esas dos personas me dijo que sería como un gran estanquillo; yo había pensado que llevara mi nombre, pero a la hora que tenía que decidirse se me olvidó cómo me llamaba y entonces se optó por El Estanquillo".
El edificio, explicó Cepeda de León, ubicado en el número 26 de la calle Isabel la Católica, en el Centro Histórico, es una construcción de 1890, que destaca por su estructura reforzada de acero y en cuya cimentación se aplicó la misma técnica de la Torre Eiffel, así como por su fachada a base de cantera con aplicaciones de mármol y la monserga rematada por un reloj monumental, representativa de la arquitectura de la época.
En el acto, tras la firma del acta constitutiva del Fideicomiso del Museo del Estanquillo, que se encargará de dar solvencia económica al recinto, Encinas Rodríguez anunció una aportación inicial del Gobierno del Distrito Federal de 7 millones de pesos para garantizar su primer año de funcionamiento y nombró como director a Rodolfo Rodríguez Castañeda.