Los de abajo
Campesinos en EU
Desde hace más de 13 años, unas 350 familias trabajan de manera autogestiva 14 acres de tierra en la considerada granja urbana más grande de Estados Unidos, ubicada en el sur central de Los Angeles. Inconcebible para los de arriba, este proyecto exitoso cosecha maíz, tomate, nopales, papalótl, pipicha, chipillín, alachi, quelite, quintonil y otras plantas comestibles y medicinales para la atención de los más pobres. Imposible para los poderosos abandonar su apetito voraz por lo que no controlan.
No es poco el desafío que lanzan estos campesinos desde las entrañas del monstruo. Se puede, dicen, mediante su práctica cotidiana, transformar unos lotes baldíos en tierras fértiles y producir una dieta saludable para la gente sin recursos que no tiene cabida en el país más poderoso del mundo.
La rebelión civil desatada en esta ciudad a raíz del veredicto racista que condenó a Rodney King en 1992 sacó a la luz la enorme desigualdad y pobreza en la que sobrevive gran parte de la población aquí. En este contexto, el gobierno de Los Angeles decomisó unas tierras en el sur para crear un espacio comunitario en el que la gente pudiera cultivar.
Casi 14 años después, sin la presión que provocó el estallido social, el gobierno de la ciudad y las cortes pretenden arrebatar estas tierras que antes fueron basurero y hoy son fuente de alimentación y respiro. El objetivo parece extraído de un manual de neoliberalismo: quitarle las tierras a los pobres para entregarlas a un rico e influyente especulador de bienes y raíces.
La respuesta de los campesinos del sur de Los Angeles ha sido clara: "Aquí estamos y no nos vamos", no obstante el asedio del Departamento de Policía que amenaza con llevar a cabo el desalojo del jardín comunitario. Un helicóptero sobrevuela el lugar y anuncia lo inminente.
El llamado del sur estadunidense recorre ya la red internacional de solidaridad, la misma que ha respondido movilizándose contra la brutal represión en Atenco. Son el Colectivo de Pueblos Autónomos y del Eastside Café, adherentes a la Zezta Internazional y a la otra campaña, los que levantan la denuncia bajo un consigna: "Hace dos semanas vinieron por los campesinos de Atenco. Ahora vienen por los campesinos del sur-centro de Los Angeles". Acompañar a los campesinos en las parcelas de Long Beach, denunciar y hermanarse, son algunas propuestas.
De última hora: Los cuatro presos políticos mapuches en huelga de hambre desde hace más de dos meses muestran ya graves problemas de salud. Han comprobado que su lucha es digna y que los procesos judiciales que enfrentan están viciados. Siguen dispuestos a dar la vida por su libertad. ¿Por qué es necesario morir para ser libre? Es urgente que los de abajo lo impidan. Movilizarse, presionar, gritar y exigir es responsabilidad de todos. Ellos y ella no deben morir.