Admite que tradición bíblica "es difícil de entender"
Censura el Papa "a quienes desean falsificar la palabra de Cristo"
Ampliar la imagen En Varsovia, una pertinaz lluvia provocó una menor asistencia de católicos a la misa que ofició Benedicto XVI este viernes Foto: Ap
Varsovia, 26 de mayo. Los creyentes católicos deben atenerse a la tradición de la Biblia y de la Iglesia, "aunque ésta sea a veces difícil de entender", afirmó el papa Benedicto XVI al reclamar a los fieles de esa confesión que eviten los peligros que conlleva la desviación de la fe.
En plena polémica por el estreno mundial de la película El código Da Vinci, inspirada en una historia sobre la supuesta descendencia de Jesús, el Papa fustigó a quienes, "como ya ocurrió en siglos pasados, quisieran falsificar la palabra de Cristo y retirar sus verdades al Evangelio".
Benedicto XVI hizo esas afirmaciones al oficiar una misa en la capital de Polonia, adonde llegó el jueves para realizar una visita de cuatro días.
Los organizadores esperaban un millón de católicos en la plaza Josef Pilsudki, la misma donde el antecesor de Benedicto XVI, Juan Pablo II, celebró su primera ceremonia eucarística en 1979, pero debido a la pertinaz lluvia que cubrió Varsovia sólo 300 mil personas asistieron.
Esta es la primera vez que el pontífice habla de manera tan directa sobre "la dispersión de la fe".
En su homilía, Benedicto XVI señaló que quienes "falsifican" las escrituras lo hacen porque quieren "erradicar la verdad del Evangelio, que resulta incómoda para el hombre moderno".
"Se trata de crear la impresión de que todo es relativo y que inclusive las verdades de la fe dependerían de la situación histórica y de la evaluación humana."
Benedicto XVI no dejó escapar la oportunidad de hacer referencia a los temas políticos, y mencionó los cambios registrados en el Estado polaco durante el pontificado de Juan Pablo II (1920-2005) en la localidad de Wadovice, sur de Polonia.
"¿Cómo no agradecer a Dios por la libertad y el sentido de dignidad que la gente volvió a encontrar en numerosos países?", exclamó el Papa en alusión al resquebrajamiento del sistema soviético y de los regímenes aliados en Europa oriental a finales de 1989.
Por la tarde, en la localidad de Czestochowa, sur del país, el Papa recomendó a las corrientes integristas católicas que se han formado en esta nación en los pasados tres lustros que defiendan "sin agresividad" la fe católica.
Ante unas 200 mil personas que lo esperaron en la explanada del monasterio de Jasna Gora -centro de culto a la virgen negra-, Benedicto XVI sostuvo que "la sabiduría evangélica debe ser llevada con madurez, sin infantilismo y sin agresividad en el mundo de la cultura y del trabajo, en los medios de comunicación y en la política, en la vida familiar y social".