Gasolina cara y mentiras baratas
La gasolina está cara. En el norte del país, está más cara porque las autoridades mexicanas igualan los precios, o los acercan, a los de Estados Unidos. Y éstos se han incrementado de manera muy importante. Por un lado, el petróleo sube, y por otro, los cambios en las fórmulas de las gasolinas por razones inicialmente ambientales, son tomados como motivo o pretexto para aumentos adicionales.
Los movimientos que hay en ciudades fronterizas contra la gasolina cara, se han ido extendiendo. Entonces, a algunos candidatos se les hace fácil "fusilarse" el compromiso de Andrés Manuel López Obrador de reducir, entre otros, el precio de la gasolina. Prometer no empobrece, han de decir estos candidatos, dar es lo que aniquila.
En efecto, esas promesas de la derecha no son sostenibles, son evidentes mentiras. Porque hay que considerar que el compromiso original lleva un soporte que hace posible, que hace viable, esta y otras reducciones de precios. Se puede decretar una baja modesta en los precios de la gasolina, por un tiempo y sobre la base de ahorros en diversas áreas, pero los compromisos de López Obrador incluyen la instalación de tres nuevas refinerías que permitirían, entre otras cosas, eliminar las importaciones de gasolina. Entonces es posible vender este combustible a su costo real interno, y no en términos de los precios estadunidenses. Se pueden tener precios estables y bastante más baratos que allá.
Para construir las refinerías se necesita, entre otras cosas, recursos económicos importantes. Entre los compromisos de López Obrador, se describen varias fuentes de ingresos que se pueden usar para este propósito: primero, reducción importante del aparato burocrático y sus ingresos. Se trata de decenas de miles de altos funcionarios que no sólo tienen salarios muy altos, sino toda clase de ingresos adicionales, varios de ellos ausentes de la ley y, en su caso, de los contratos colectivos de trabajo. Entre la eliminación del excedente de funcionarios y la reducción del ingreso de los que queden, sólo en Pemex se ahorrarían decenas de miles de millones de pesos.
Ninguno de los "copiones" que plantean como receta el bajar los precios de la gasolina tiene un sustento similar ni ha hablado de medidas de verdadera austeridad para los altos funcionarios. La gente no les cree porque ya han dicho suficientes mentiras y en ningún momento dicen de dónde va a salir el dinero para bajar esos precios.
Para las otras reducciones de precios, incluidas en los compromisos mencionados, algunas de las medidas de fondo son las siguientes:
Para la generación de electricidad, una parte se logra usando combustibles más baratos producidos en México y adquiridos a su costo real de producción, no a los precios del sur de Texas. Otra parte muy importante es generar energía por medios que no consuman combustibles fósiles, o sea los que usan fuentes renovables, por ejemplo: la generación eólica en La Ventosa o geotérmica en Baja California cuestan entre 20 y 30 centavos por kilovatio hora, menos de la mitad de lo que cuesta generar con gas, según documentos de la CFE anteriores a los aumentos recientes en el precio de ese combustible.
En cuanto al precio del gas, en la medida en que se eliminen las importaciones, por sustitución o por un cierto aumento en la producción nacional, se podrá tener también un precio mexicano con base en los costos de producción y no en los precios del sur de Texas, o inclusive otros más altos que se han usado (Henry Hub, el mercado spot y de futuros de gas natural más grande de Estados Unidos).
Como vemos, existe toda una estrategia para reducir los precios de los energéticos. Esto muestra que los compromisos de López Obrador son viables, y muestra que los que le quieren copiar como receta esas reducciones, no sólo mienten sino que les resultaría imposible cumplir.