El poeta italiano presentó su antología Alba en la Noche en San Luis Potosí
La televisión se ha convertido en el mayor certificador de la realidad: Calabrò
El escritor es el encargado de vigilar las telecomunicaciones en su país de origen
Ampliar la imagen Porta de uno de los libros de Corrado Calabrò
Dentro de dos meses, en Italia será posible ver televisión en la computadora por medio de Internet y sobre la pantallita del teléfono celular, porque "de un momento a otro se pondrá en marcha el proceso de la convergencia tecnológica que pronto se extenderá al resto de Europa y tarde o temprano llegará a México", asegura el poeta Corrado Calabrò, presidente de la Autoridad Italiana para las Telecomunicaciones, organismo independiente del Estado que protege los derechos de los ciudadanos ante los medios electrónicos de comunicación.
Considerado como dueño de una de las voces más importantes de la poesía italiana contemporánea, Calabrò estuvo de visita en México, invitado por el festival literario de la ciudad de San Luis Potosí, en donde participó los días jueves y viernes pasados para dar a conocer Alba en la noche, una antología temática de su obra, publicada por El Tucán de Virginia y traducida por Bruno Aceves y Franco Avicolli.
"Crecí en una casa vacía y solitaria en Messina (Calabria, sur de Italia), donde mis padres nunca estaban; desde niño me acostumbré a salir a cazar y a pescar de noche con los hombres del pueblo; esas experiencias me marcaron y me ayudaron a descubrir muy temprano mi verdadera vocación", recordaba el poeta el pasado martes, durante una comida organizada por Pier Augusto Petacco, director del Instituto de Cultura Italiana, y ocupado en descubrir los sabores de un pargo a la veracruzana, agregó:
"El poeta sabe que es poeta desde el principio de su vida: se es o no se es, pero a mí un crítico muy importante, llamado Mario Luzzi, que acaba de fallecer, escribió acerca de un libro mío que publiqué a los 52 años: 'Calabrò ha encontrado finalmente la plenitud y la madurez', y citó como ejemplo de ello un poemita que yo había escrito a los 20 años".
Además de la poesía, Corrado Calabrò ha seguido con éxito la carrera de derecho, que le permitió convertirse en magistrado del Tribunal Superior de Justicia a los 30 y tantos años, adscrito al Consejo de Estado que, explicó, es el órgano que protege los derechos de los ciudadanos en los conflictos administrativos.
Como jurista de prestigio, en 1997 fue elegido responsable principal de la Autoridad para las Telecomunicaciones, que jugó un papel clave en las pasadas elecciones parlamentarias de Italia, donde cumplió con el deber de impedir que el abuso de la televisión de parte del consorcio Media 7, del ex primer ministro Silvio Berlusconi, influyera en la voluntad de los ciudadanos y, por eso, comenta con una sonrisa, "tuve que aplicarle fuertes multas al Cavaliere".
Al exponer que ahora una de sus tareas centrales es mantener los principios de "objetividad, pluralismo y equilibrio", que deben regir todas las telecomunicaciones, Calabrò narró una anécdota que confirma, como bien dijo, que "la televisión es el instrumento que el pueblo reconoce como mayor certificador de la realidad".
Este periodista le había dicho que, al menos en México, la televisión es la casa donde viven los ídolos del cine, las heroínas y los villanos de los teledramas, los locutores que gritan los goles y esos extraños personajes que alzan la ceja o sonríen para indicarnos que una noticia es buena o mala.
-Sí -dijo el poeta-, la televisión valida o invalida la realidad. Yo siempre tomo café en la plaza San Eustaquio, en Roma. Hace poco un hombre fue balaceado delante del bar al que voy todos los días. Cuando llegué, como de costumbre, a eso de la una de la tarde, le pregunté al camarero qué había sucedido. Y me contestó: parece que le dispararon a un hombre aquí enfrente, pero no lo ha confirmado el noticiero de la televisión.
Antes de partir a San Luis Potosí, Calabrò ofreció en la Casa del Poeta, de la avenida Alvaro Obregón, un recital de algunos de sus poemas contenidos en Alba en la noche. Al acto acudió el embajador de Italia en México, Felice Scauso. El maestro viajó de regreso a Roma anoche.