Ambos buscan las posibilidades de objetos inanimados
Similares, las labores del científico y el titiritero: sicólogo
Guanajuato, 27 de mayo. El científico y el titiritero realizan, de alguna manera, una labor similar, al explorar las posibilidades de un objeto animado y lo que este puede provocar en una mente. El trabajo del primero es más analítico, ya que trata de demostrar exactamente los componentes de una cierta interacción física, mientras que el propósito del creador es encontrar las condiciones mínimas para elaborar un personaje, explicó en entrevista el sicólogo Mathieu Le Corre, luego de su conferencia que ofreció en el Museo del Pueblo, con el título El espíritu del títere. Proceso cognitivo de los niños frente a un objeto animado.
Realizada en el contexto del cuarto Festival Internacional Titerías, en su conferencia el investigador de la Universidad de Harvard, mediante algunas diapositivas explicó el desarrollo de los experimentos que él, junto con un grupo de investigadores, han venido realizando en un laboratorio de dicha institución a partir de presentarles a pequeños de un año determinadas imágenes animadas, con el propósito de conocer que es lo que piensa al ver físicamente objetos en movimiento.
Le Corre planteó la manera en que se podría distinguir un objeto animado del que no lo es, así como la percepción de si ese objeto podría tener una mente o no.
De igual manera, explicó lo que es "un agente", un estadio sicológico, el cual se podría entender como referencia, es decir, lo que implica: propósitos, creencias y emociones acerca del mundo. Asimismo, definió el término racional como una manera de satisfacer nuestros propósitos de la manera más sencilla.
En la charla con La Jornada especificó que "el proceso perceptual que analiza los objetos para determinar si éste tiene estadios sicológicos o no, es innato. Lo que no es innato es la interpretación de los estadios sicológicos de una persona. Por ejemplo, lo que es innato (señala un vaso) sé que eso no es un agente y nosotros somos agentes que tenemos una interacción constante con el mundo, que utiliza el principio de racionalidad para predecir y explicar nuestro comportamiento".
De acuerdo con el investigador se puede ir en diversos sentidos, uno, "de la percepción directa para reconocer a un agente. En ese sentido explicativo, es como una hipótesis, se trata de explicar el comportamiento de un objeto físico, utilizando los conceptos de un agente y sus estadios. Lo que podría, en el sentido perceptual, considerar al objeto como un agente. Y hay otro sentido más abstracto, más experimental, en el que uno se puede preguntar si un objeto es un agente o no".
Lo que han hecho, explica, es mostrar en animación, a niños de un año, un gran círculo amarillo y uno azul más pequeño, que se pasean, el primero persiguiendo al segundo. En un momento el círculo azul se mete en un agujero y desaparece. Entonces el amarillo quiere entrar pero no cabe y se mete por otro hoyo grande. "La pregunta que nos plateamos es cómo el bebé piensa en eso que está viendo físicamente. Lo que planteamos e investigamos sólo es en términos físicos. Es posible que el bebé piense que los círculos tiene estados internos, pero para nosotros la pregunta no es si el bebé esta viendo a un agente".
Como conclusión, "se puede decir que a la edad de un año, el humano puede comprender el mundo, en términos de agente, y eso significa que el ser humano no está limitado a la información que está directamente disponible en lo que percibe. A esa edad el niño es capaz de analizar lo que puede ver, para inferir estados invisibles sicológicos".