Usted está aquí: martes 30 de mayo de 2006 Opinión Astillero

Astillero

Julio Hernández López

Polígrafo

Policías y políticos Maravilla

Cinismo mata verdades

Superhéroes preciosos

Astillas:

La política mexicana ha entrado a la era del polígrafo (pero no a la del escritor cuya sapiencia le permite abordar materias diferentes, sino a la del detector de mentiras que en 1917 inventó el sicólogo William Moulton Marston, creador a su vez de la historieta de La Mujer Maravilla, la mítica secretaria Diana Prince que se convertía en superheroína con todo y un lazo dorado de la verdad que impedía ser falaz a quien con él fuera atado).

Confiado en el inexistente valor científico del citado polígrafo se aparece ahora el Policía Maravilla, Wilfrido Robledo (continuador de las sagas del 2 de octubre y el 10 de junio), para presumir que los muchachitos bajo sus órdenes no mostraron cambios neurofisiológicos presuntivos de culpabilidad cuando se les preguntó sobre mujeres agredidas sexualmente el día que las armas mexiquenses se cubrieron de escoria. Robledo, gobernador del estado de sitio, ha suministrado tema para discursos de "mano dura" y "respeto a las leyes" al figurín Peña Nieto que en aquella entidad reina, pero no manda, rehén ya de sus propios demonios liberados en forma de policías represores. "Negativa", dice Wilfrido que ha resultado esa prueba que quiere asumir como de inocencia cuando no tiene valor jurídico y cuando el proceso de medición de reacciones fisiológicas puede ser fácilmente adulterado por los encargados de aplicarlo.

Pero hoy lo importante es desmentir a la realidad con cualquier pretexto instrumental. El terrorismo de Estado que se practicó en Atenco está filmado y comprobado, pero los burócratas de alto nivel se empeñan en defenderse a golpe de cinismo y demagogia. Allí está, por ejemplo, el Héroe de la Enchilada Completa (su nombre de la vida normal es Vicente Fox, y también tiene Mujer Maravilla, y entenados maravillosos) que dice frases ordinarias e incluso contradictorias en cuanto deja su traje de Supermojado y aterriza en la reseca realidad. Poco faltó para que en días pasados, desde Gringolandia, declarara segundo día de la Independencia Nacional la ocasión en que el Senado estadunidense aprobó proyectos migratorios que ya de regreso a casa no le parecieron tan definitivos ni contundentes como en un primer momento. Entonces, ¿además de banda tricolor, en 2000 debió haberse instalado un permanente polígrafo portátil en el cuerpo presidencial? ¡Oh, cuántas suspicacias cuando todo mundo debería estar celebrando que el Presidente Maravilla logró su primer 7 por ciento de crecimiento económico, aunque haya sido solamente en un mes y a unas semanas de las elecciones en que, apantallando, busca continuidad!

Manuel Bartlett dice hoy verdades que antes fueron por él combatidas. El triturador de la democracia se arroja a las aguas envenenadas para salvar la delicada flor del respeto a la voluntad ciudadana. Y sus nuevos compañeros de viaje sudan, respiran con agitación y se presionan arterialmente para aparentar que tienen buenas razones para compartir futuro con el político de denso pasado (héroe precioso de tiempos violentos como aquellos en que Manuel Buendía fue asesinado, justamente en un día como hoy, 24 años atrás, y en que el poder del narcotráfico comenzó a tomar control de las elites políticas, nacionales y estatales).

Y otros declarantes también engalanan el mundo del polígrafo posible. El Niño Verde quiere audiencia en Los Pinos para demostrar que él dice verdades sobre propuestas indecorosas, pero el Adulto Mayor se la niega porque dice que mucho respeta al IFE, mientras el consejero presidente de éste, a su vez, decide que los debates entre candidatos no son 100 por ciento asunto de las televisoras y anuncia que tomará su porción del 0.1 por ciento pronunciando un sentido discursito inaugural. Y las tales encuestas de opinión siguen moviendo sus resultados al ritmo que desean las manos que mecen las cunas, provocando entre muchos ciudadanos una situación de angustia que un detector de mentiras consideraría inculpación de los ciudadanos contra sí mismos: que si Madrazo ya recuperó el paso, que si el Peje mediático sube y la lana Calderona baja, que si triple empate, oh ¡polígrafos del mundo, mentíos!

A propósito de la columna de ayer (Babel), Silvana Rabinovich ([email protected]) comparte lo escrito por Joseph Roth en 1934: "Es peor que en tiempos de la torre de Babel. Lo único confuso entonces eran las lenguas, y uno no se entendía con otro porque cada cual llamaba a las mismas cosas de forma distinta. Hoy, sin embargo, todos hablamos una lengua igual pero falsa, y todas las cosas tienen las mismas denominaciones, pero erróneas. Es como si se hubiera construido una torre de Babel horizontal"... Clemente Caballero ([email protected]) plantea una adivinanza: ¿Cómo se llama el que viajó a recoger una enchilada completa y lo que le tocó fue un hot dog completo?... Y, con la esperanza -propia de un cómic- de que un día de estos se instalen detectores de verdades, ¡hasta mañana, en esta columna maravilla que no tiene lacito dorado!

Fax: 55 45 04 73 * [email protected]

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.