Por primera vez reconoce que es un paso en el largo camino de la regulación de connacionales
La euforia de Fox, a la baja; la iniciativa es insuficiente, admite
El Presidente espera que se apruebe un plan más amplio de trabajadores huéspedes
El presidente Vicente Fox insistió ayer en atribuirse parte del mérito de la reforma migratoria aprobada la semana pasada por el Senado de Estados Unidos.
Ayer dijo que la aprobación de esa ley se debe al trabajo duro de su gobierno, a cinco años de contactos y cabildeos para encontrar "esa solución definitiva".
Pero esta vez, a diferencia de su algarabía de días anteriores, el mandatario admitió las insuficiencias de esa iniciativa de ley y, lo más importante, asumió al fin que falta la aprobación en la Cámara de Representantes de Estados Unidos para lograr que se haga posible la regularización migratoria de millones de indocumentados, así como un programa más extenso para trabajadores huéspedes.
En Los Pinos, reunido con el Consejo federal para la mejora regulatoria, Fox Quesada inició su discurso refiriéndose a la muy "alentadora" visita realizada la semana pasada a Estados Unidos, en específico a los estados de Utah, Washington y California. En esa gira, dijo, además de poder dialogar con autoridades, empresarios y los paisanos mexicanos radicados allá, también festejó que "se diera un paso importante hacia una reforma migratoria integral".
Insistió en que tal aprobación es un avance porque reconoce el trabajo que realizan los mexicanos en Estados Unidos y representa una reacción muy justa a sus demandas. "La regularización de nuestros paisanos en ese país es un acto de justicia social y una respuesta realista a una situación que no se puede ni debe ignorar", añadió.
Ayer, sin embargo, dijo que deben reconocerse las insuficiencias de la iniciativa, así como el hecho de que falta su aprobación en la Cámara de Representantes. Con todo, resaltó, "se trata de un paso fundamental que podrá beneficiar a millones de mexicanos que viven en Estados Unidos, escondiéndose, separados de sus familias y que por medio de este procedimiento quedarán debidamente documentados y legalizados".
Con su inveterado optimismo confió en que la propuesta de reforma llegará a buen puerto. Y atribuyó su confianza a los más de cinco años que su gobierno "ha trabajado muy duro para que así suceda, y tener una solución definitiva a este problema que afecta a tantos mexicanos".
Fox indicó que México es un incansable promotor de una migración legal, segura y estrictamente respetuosa de los derechos humanos y laborables. Ofreció seguir trabando "con pasión y mantenerse atento, día a día, a la evolución de esta iniciativa en el Congreso de Estados Unidos".