Usted está aquí: martes 30 de mayo de 2006 Política Aumentan abusos en México contra ilegales en tránsito

ONG documenta violaciones a sus derechos básicos

Aumentan abusos en México contra ilegales en tránsito

VICTOR BALLINAS

El éxodo de centroamericanos y sudamericanos que cruzan por territorio mexicano hacía Estados Unidos sigue creciendo. Son cada vez más pobres a consecuencia de la globalización de la miseria y de los desastres naturales, y más golpeados, porque en lugar de disminuir la violencia, las autoridades policiacas "han incrementado su crueldad: robos, golpizas, humillaciones y violaciones sexuales de hombres y mujeres".

La organización Frontera con justicia denuncia lo anterior en el segundo Informe sobre la situación de los derechos humanos de los migrantes en tránsito.

Esta organización entrevistó de mayo de 2005 a abril de este año a mil 3 migrantes, mismos que denunciaron mil 558 casos de violaciones a sus derechos básicos, ya que muchos hacen puntualizaciones sobre las agresiones de camino a la frontera norte.

Frontera con justicia denuncia en este informe que en su investigación los migrantes entrevistados en 472 casos afirmaron haber sido golpeados; se documentaron mil 153 casos de robos y extorsiones, muchos de ellos por más de una vez; alertaron sobre 222 agresiones sexuales, actos morbosos y la petición de que les realizaran "sexo genital" no sólo en mujeres, sino también los hombres, quienes son desnudados y en sus genitales les buscan dinero.

Además, esta organización revela que las autoridades que más agreden a los migrantes son los guardias de trenes, policías municipales, agentes migratorios, Policía Federal Preventiva, el Ejército, sobre todo en la frontera y en los retenes, y las policías estatal y judicial.

Como resultado de su investigación Frontera con justicia señala que hay 100 quejas contra agentes migratorios; 93 contra PFP; el tercer sitio es para el Ejército, y el cuarto y quinto lugares las policías estatal y judicial. Dan cuenta en este informe que en 642 casos las autoridades agresoras utilizaron algún tipo de arma para intimidar a los migrantes.

Los instrumentos intimidatorios más utilizados fueron armas de fuego en 415 casos y en 121 menciones el tolete, utilizado sobre todo por guardias y seguridad privada del tren; también los lastimaron con piedras, otros fueron agredidos con gas lacrimógeno, cuchillos, navajas y animales como perros y caballos.

Entre las agresiones más frecuentes hacia los migrantes centroamericanos destaca el robo o la extorsión, con mil 153 casos; 443 fueron golpeados y 801 insultados; en 98 casos hubo disparos al aire y 359 migrantes sufrieron corretizas.

Asimismo, Frontera con justicia señala que el primer lugar en agredir a los migrantes lo ocupó el estado de San Luis Potosí, con 466 denuncias; el segundo sitio Veracruz, con 263; el tercero estado de México, con 237; el cuarto Chiapas, con 205.

Detallan en su estudio que de los mil 3 migrantes entrevistados, 776 fueron hondureños, 129 salvadoreños, 75 guatemaltecos, 20 nicaragüenses, seis mexicanos y de países sudamericanos cinco personas. La edad promedio de los entrevistados fue de 27.5 años, en su mayoría solteros o en unión libre, y en menor grado casados o divorciados.

La organización referida lamenta que en lugar de armonizar las leyes que surgen de los tratados y convenios internacionales que el gobierno mexicano ha ratificado en materia migratoria, se preocupa más por aumentar la crueldad con que se ataca a los migrantes al criminalizarlos y combatirlos con la fuerza pública, lo que provoca muertes, mutilaciones, extorsiones y tratos crueles e inhumanos.

El informe se refiere a algunos casos de agresiones y violaciones de derechos humanos. Omar Sarmiento Puentes, hondureño de 20 años, denunció que en junio de 2005 "como a las cuatro de la mañana iba durmiendo en el techo del vagón de un tren, acompañado de una mujer, conocida como Reina; de repente sentí una luz en la cara que me despertó y dos guardias me quisieron quitar el dinero, se acercaron otros dos, uno me empujó y el tren me mutiló las dos piernas".

Otro caso es el de Arnulfo González Jiménez, salvadoreño de 36 años, quien narra que al ir en el tren por el municipio Garza García, en Nuevo León, un guardia del tren le dio una patada en el brazo derecho y por el golpe cayó a las vías y el tren le mutiló un brazo.

 
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