Alianzas y principios
No se entiende . Una alianza entre Andrés Manuel López Obrador y Roberto Madrazo, más allá de encubrirlas bajo el manto del PRI y del PRD, tiene un trasfondo no ético e inmoral. ¿Los fines justifican los medios? En política las alianzas califican a los aliados. Las esencias de unos a otros se transmiten y al final terminan por parecerse.
El PRD lopezobradorista se parece mucho al PRI actual. Sus dirigentes, candidatos a senadores, diputados y al Gobierno del Distrito Federal, pasaron del Revolucionario Institucional a las listas perredistas, sin haber efectuado la más mínima autocrítica de su desempeño anterior. Recordemos que Arturo Núñez, hoy candidato a senador del partido del sol azteca por Tabasco, fue el operador de la mayoría priísta en la Cámara de Diputados para la aprobación del Fobaproa, y firmó no con una, sino con las dos manos. ¿Existe una explicación o rectificación al respecto?
El lopezobradorismo y su pragmatismo han sido una de las razones para mantener el deslinde con esta corriente política, que gradualmente fue desmantelando los principios y la coherencia del amplio movimiento democrático que luego se transformaría en el PRD. Para el lopezobradorismo es fácil y hasta explicable una alianza con Madrazo, pero no para el PRD, pues aquí ya no estamos ni siquiera pensando en el tren propio, al cual se subieron pasajeros como Núñez, Socorro Díaz, Durazo, Guadarrama o Camacho, sino en dar credibilidad al proyecto que por esencia va contra los principios del Partido de ls Revolución Democrática.
Este acercamiento, y el solo hecho de que se hable de la posibilidad de una alianza, tienen explicación, no justificación. No se entendió que la fracción de diputados del PRD en vez de votar una posición propia, de principios, en materia de reforma hacendaria hubiese votado junto al tricolor en 2004. Si se iba a ganar en este año, según encuestas de ese momento, ¿no era de principios delinear lo que sería la política hacendaria del nuevo gobierno? ¿No podían los diputados perredistas tener un mínimo alcance para votar en minoría su propia propuesta, distinta a la del PRI y del PAN y que sirviera de programa hacendario para el que sería el nuevo gobierno?
El pragmatismo lopezobradorista ha llegado lejos y va tumbando principios. Su rencuentro con Roberto Madrazo y el PRI pasa por hacer que la izquierda se coma muchos sapos enteros sin hacer gestos. Desde la elección de 1994 en Tabasco y el uso de recursos privados y públicos utilizados por Madrazo; desde las denuncias a esos gastos, que valieron una marcha hasta la ciudad de México, el trasfondo de las alianzas oscuras del lopezobradorismo con el zedillismo justificaba los primeros, pues era "contra el fraude de Madrazo" y "un representante de Carlos Salinas". En esta última etapa se borra al Madrazo que ha actuado sin escrúpulos inclusive dentro del mismo PRI, y ahora no sólo es parte de la lucha contra las "elecciones de Estado", sino que él tomó la iniciativa.
Desde hace años, aun durante el desafuero, Madrazo no ha existido en el discurso de Andrés Manuel López Obrador. Ha sido un adversario tratado cuidadosamente, con terciopelo, y hoy, en un clima propicio, López Obrador le cede la iniciativa política y coloca su campaña y al PRD a la cola de éste.
Con la alianza PRI-PRD, que se pretende minimizar, ambos dan al PAN y a Felipe Calderón un argumento de oro. Es una transferencia de años de lucha de izquierda contra el PRI, depositada ahora en el PAN, el cual se erguirá como el autor que desmanteló al PRI, aunque en esencia han estado aliados desde 1988. De nuevo López Obrador vuelve a usar al PRD al decir "eso lo decide el PRD", como si el partido tuviera una mínima posibilidad de tomar una decisión propia, cuando Leonel Cota es una de las imposiciones del lopezobradorismo. Esta alianza también desmantela todo lo que se dijo respecto a Madrazo y Carlos Salinas, aunque ahora ya se dice, a manera de justificación, que el inmombrable en realidad apoya a Felipe Calderón.
¿Cómo sería un gobierno surgido de esta alianza contra la "elección de Estado"? ¿Cuáles serían sus principios y orientación? ¿Adónde irían a parar el tema del Fobaproa y las responsabilidades de Salinas?
Para todos quienes de buena fe han respaldado al lopezobradorismo como la gran oportunidad de la izquierda, esto anuncia el futuro derrumbe, pues no se puede a la mitad de la batalla cambiar de enemigos y de aliados a menos que se haga ejercicio de la traición. ¿Puede triunfar por la causa de México una fuerza sin principios?
Y aun falta mucho por ver, pues si bien el lopezobradorismo peca de pragmatismo inconsecuente, el madracismo es un símbolo de la traición a todos sus aliados. En esencia Madrazo juega para los peores intereses oligárquicos y se alineará y jugará con su delfín Felipe Calderón. Roberto Madrazo desprecia a Andrés Manuel López Obrador, quien camina hacia su propia tragedia. Estamos a pocas semanas para hacer un balance objetivo de lo que significa perder la coherencia y los principios.