Deplora que hasta los programas educativos causen polémica
Académica pide dar oportunidad al plan que reduce horas de clases de historia
"Estamos juzgando con los ojos al revés", se defendió Josefina Vázquez Vera, académica que presidió la comisión que aprobó reducir las clases de historia en secundaria. En entrevista, pidió "darle chance" a esta opción, que, aseguró, ayudará a "solucionar algunos problemas"; porque ahora se mantiene a los niños "repitiendo, repitiendo, repitiendo", y "a lo mejor no aprenden tanto".
Necesitamos ayudar a los jóvenes a entender el México de hoy, y no mantener su enseñanza con la versión de los libros de texto de 1940, abundó.
"No creo que sea válido impartirles lo que yo recibí de enseñanza en la secundaria", señaló la académica, que cursó ese nivel en los años 40.
"Uno nunca da gusto con la historia", agregó, "pero estoy preocupada por el presente de México. A mí me duele mi país; desearía que los niños sean más conscientes, que se den cuenta de lo que hicieron la maquinaria priísta y el sindicalismo, y ver que no ha cambiado nada. Eso de que (el presidente Vicente) Fox iba a cambiar la historia es una babosada". Tenemos que ver cómo se generaron los cambios en los últimos años y qué estamos viviendo.
Vázquez Vera rechazó que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no haya tomado en cuenta la opinión de especialistas para hacer cambios al programa que se impartirá a partir del próximo ciclo escolar.
"No es cierto, puede irse a la página web de la SEP. Yo presidí la comisión, nos eligieron a seis personas": Bernardo García, por la Academia Mexicana de Historia; Sergio Miranda, por el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM; Verónica Zárate, del Instituto Mora; la directora de Investigaciones Históricas del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Ruth Elizabeth Arboleida Castro; Miguel Soto, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y Josefina Vázquez Vera, de El Colegio de México. También participaron académicos de la Universidad Pedagógica.
"Y conseguimos que no se enseñara todo en un año. Eso tiene su lógica, según las necesidades de la educación secundaria, que era darles menos alumnos a los maestros, más espacios dentro de las escuelas, para que no anden de una a otra.
"Eran cosas que no nos atañían, pero nos parecía que era demasiado amontonar a los niños todos los días en las clases de historia, y a lo mejor no aprendían tanto."
La historiadora aprovechó para refutar el argumento de diputados a favor de que sean maestros y padres de familia quienes decidan lo que se enseña. "No puede ser, porque por eso estamos en la cola de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Los que tienen que decir qué se enseña son lo que saben, porque, si no, imagínese enseñar la física de los años 40, cuando estudiaba yo, la química o la vieja historia."
Pidió evitar comentarios partidistas a partir de esta reforma. "Debemos superar eso. He dicho que no soy panista y que los profesionistas estamos al servicio de México, no del gobierno. Entonces, creo que debemos tener cuidado al oír las reacciones."
Lo preocupante, subrayó, es que "no se puede cambiar nada. Hasta los programas de educación causan polémica".