Cambio radical a 15 años de la extinción de la URSS
Prefieren los rusos el pop a la música clásica, según encuesta
Moscú. Desde temprana edad, los escolares soviéticos recibían cucharadas de alta cultura, se les llevaba a recorrer galerías retacadas de iconos y cuadros de antiguos maestros, y a ver ballets como El lago de los cisnes, de Chaikovski. Pero, 15 años después del derrumbe de la Unión Soviética, una encuesta ha revelado que la generación actual de rusos prefiere a Tom Cruise y a Britney Spears que una noche en la ópera o un viaje al Museo Hermitage.
Según un sondeo realizado por la acreditada Fundación de Opinión Pública, con sede en Moscú, la imagen de Rusia como nación de refinados consumidores de alta cultura es un mito del pasado. El país que dio al mundo a Fiódor Dostoievski, Antón Chéjov y el pintor abstracto Kazimir Malevich parece haber perdido su delicado gusto y su talento artístico.
La encuesta reveló que los rusos prefieren abrumadoramente el más reciente éxito de Hollywood o la canción pop del momento a cualquier cosa que exija más de ellos. Sólo 8 por ciento profesaron tener algún interés por el ballet, 6 por ciento por la ópera, y más de la tercera parte (37 por ciento) jamás han visitado una galería de arte. De hecho Rusia ostenta algunas de las mayores colecciones de arte del mundo, en la galería Tretiakov de Moscú y en el Hermitage de San Petersburgo, pero la mayoría de los rusos nunca han visitado cualquiera de esas instituciones.
Sólo la cuarta parte de quienes respondieron al sondeo dijeron haber estado en alguno de esos centros, y sólo 20 por ciento manifestaron interés por el arte. Pese a que Rusia tiene una grandiosa historia de producción de compositores de clase mundial como Dmitri Shostakovich y Modest Mussorgsky, la encuesta reveló que la gente está más interesada en los "bailes modernos" que en la música clásica.
Sólo 18 por ciento de los encuestados expresaron interés en escuchar música clásica, cifra empequeñecida por quienes dijeron que les encanta el pop (38 por ciento). Al teatro le fue un poco mejor: 31 por ciento dijeron que disfrutaban de ver una obra, pero tampoco es un apoyo trepidante.
En realidad, el panorama de la alta cultura está muy lejos de los días soviéticos, cuando se alentaba a los ciudadanos a probar algo que había estado reservado a la elite zarista, al darles acceso a cultura de la más alta calidad a precios para proletarios.
La organizadora de la encuesta, Ludmila Presniakova, sostuvo que sería un error ver en las cifras una sombría condena a la sociedad actual. "En muchas ciudades y poblados la gente no tiene acceso a galerías de arte, mientras que 98 por ciento de la población tiene televisor. Yo esperaba cifras aún más bajas", comentó. "Esperar que 80 por ciento de la gente vaya a la galería Tretiakov o al Hermitage, y creer que es una catástrofe si no... es extraño, por decir lo menos."
Aunque concedió que en tiempos soviéticos se consumía más alta cultura, dijo que no creía que se hubiera producido un cambio "radical" en los 15 años pasados.
En cambio, Yuri Levanda, un encuestador rival, reconoció que ha habido un gran cambio y culpó al ascenso de la televisión y de la Internet. "La televisión devora poco a poco todo el tiempo libre de los rusos", deploró.
© The Independent Traducción: Jorge Anaya