Turner México experimenta con un nuevo rubro: las obras literarias, anuncia
Cada vez es más difícil sobrevivir con un solo mercado, señala García Oteyza
La editorial es más conocida en el país por sus textos ilustrados, dice a La Jornada
Con la nueva ley del libro ''el lector saldrá beneficiado, por la diversidad de títulos''
Ampliar la imagen Juan García Oteyza, durante la entrevista con La Jornada Foto: Carlos Ramos Mamahua
Para una editorial cada vez es más difícil sobrevivir con un solo mercado y eso, para el sello Turner México, significa experimentar en un nuevo rubro: la literatura, con el lanzamiento de dos colecciones Literatura y memoria y la dedicada a literatura en lengua española.
''En nuestro país la editorial es más conocida por los libros ilustrados, mientras que en España se da el caso contrario: somos más conocidos por los títulos literarios'', señala el director de ese sello en México, Juan García Oteyza.
El primero de estos títulos es Disparo al corazón, de Mikal Gilmore, que comienza a circular hoy y le siguen José Bergamín: obra esencial, con selección y prólogo de Nigel Dennis; El concierto de los peces, del premio Nobel Halldór Laxness; Elegancia prestada, de Paula Fox y El libro de los sonetos en lengua española, con selección, prólogo y notas de Luis Antonio de Villena. Para finales de año se planea la publicación de otras cuatro obras.
Con los libros ilustrados, prosigue, ''nos ha ido relativamente bien; hemos logrado armar un espacio y tener presencia en las librerías. Hasta ahora estábamos coeditando los títulos de literatura con Océano -claro que esa editorial tiene un poder mucho más grande que el nuestro-, pero ya comenzamos a importar los libros desde España. Trajimos pocos ejemplares y, si funciona, traeremos muchos más. La competencia es más dura con esto, obviamente porque la cantidad de novelas y de libros literarios que se publican cada año es tremenda".
Por la apertura de más librerías
En efecto, añade Juan García de Oteyza en entrevista, ''se publican demasiados libros y todos los editores somos culpables. Lo que sucede es que cada vez es más difícil para una editorial sobrevivir con un solo mercado, que en nuestro caso sería el de España, donde el número de novedades está peor que aquí y las librerías guardan menos tiempo las obras; sin embargo, los libros funcionan. Pensar que nosotros estamos aquí y que eventualmente imprimimos los libros en lugar de traerlos es muy arriesgado. Podría pasar que no se vendiera un solo ejemplar. Esperemos que con la nueva ley del libro y el precio fijo se abran más librerías, que es uno de los objetivos. En Europa ha funcionado bien y se ampliaron los puntos de venta".
El editor subraya que el establecimiento del precio único será muy bueno para el país, ''pero toma tiempo para que se vean los resultados. La cuestión es tratar de que las librerías que se abran se vayan especializando. Esas librerías independientes son las que nos hacen mucha falta.
''Además, las personas se tienen que dar cuenta, hay que difundir la ley y luego fomentarla con cosas más locales.
''En el caso de España, en Madrid hay otra ley que permite abrir una librería sin ningún tipo de permiso, sería adoptar algo así, que no haya limitaciones en el uso de suelo: si se eliminan todas las barreras de uso de suelo, de permisos, trámites, entonces será diferente y la gente se va a dar cuenta de que puede abrir una librería y competir con Gandhi o Sanborns. Creo que eso tardará algunos años."
A final de cuentas el que saldrá beneficiado es el lector por la diversidad de títulos que va a encontrar: ''Ya no serán muchos ejemplares de Harry Potter o de la novela de moda, ahora en lugar de encontrar 10 mil títulos podrá elegir entre 50 mil".